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¿Eres un adicto al queso?

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¿Eres un fan del queso? ¿Tanto cómo para no parar de comerlo? ¡Atento! Quizás estás enganchado al queso, la droga láctea. Probablemente estaba entre tus sospechas, pero ya es toda una evidencia científica.

Gouda, cabrales, cheddar, manchego o gorgonzola. No importa cuál sea tu favorito, ¡pero cuidado! Varias universidades estadounidenses de prestigio han constatado la posible adicción al queso, la droga láctea.

La queso-adicción

¿El culpable? La caseína. Esta sustancia presente en la leche y otros productos derivados tiene efecto opioide y genera una gran sensación de bienestar. ¿El problema? Que la elaboración del queso necesita hasta 10 veces su peso en leche. ¿El resultado? Amantes de esta comida internacional considerada ya como la auténtica droga de la comida.

Las casomorfinas liberadas por el queso en el cuerpo humano, provocan una adicción que algunos asemejan a las tradicionales drogas. El último estudio de la Universidad de Michigan analizó los alimentos más adictivos en 500 estudiantes. La comida favorita de la mayoría resultó ser la pizza de queso, un clásico.

Los investigadores concluyeron en que la elaboración de los alimentos determina la adicción a los mismos. Así, cuanto más procesado y graso sea, mayor será la dependencia y adicción de las personas.

El estudio no pudo demostrar el alcance real de la casomorfina en el cerebro humano. Muchos lo denominan ya como la droga láctea por su adicción. Sin embargo, la clave está en que no es perjudicial para la salud mientras se consuma moderadamente.

queso droga lactea

¿Aún no sabes si eres un auténtico adicto al queso? ¿Podrías dejar de consumir esta droga láctea? Hay quien asegura que se podría llevar a cabo un proceso de desintoxicación similar al de la heroína o cocaína. Ni consumir, ni oler, ni mirar queso están permitidos.

¿Qué no te lo crees? Tranquilo, los mayores fans del queso manifiestan que es una exageración meter en el mismo saco de las drogas al gran queso. ¿Será porque no pueden prescindir de este alimento? ¿Será el queso, la droga láctea?

Texto: Lucía Barra Asenjo