Andalucía tiene una personalidad propia y desbordante, nadie lo puede dudar. El atractivo de la región ha alcanzado fama global, y no son pocas las personas de todo el mundo que ponen rumbo a ella, muchas veces incluso para vivir. Visitantes de otros países a menudo se admiran de algunas diferencias culturales que observan en tierras andaluzas, pero lo cierto es que alguien de cualquier otra zona de España también encuentra peculiaridades que solo parecen ser normales en Andalucía. Aquí van diez, pero probablemente podrían ser más.
Costumbres y hechos curiosos que son normales en Andalucía pero no en otras partes de España
Tener un desierto
Sí, España tiene dunas y zonas desérticas, pero el único desierto de verdad, en España y en toda Europa, es el de Tabernas, en Almería. Por si no fuera lo bastante exótico, Tabernas sigue siendo un sorprendente escenario de spaghetti western, el lugar donde se han rodado multitud de películas de vaqueros y forajidos, gracias a su potente paisaje. En concreto, la recreación del oeste americano se halla en los Poblados del Oeste, mientras que Tabernas es también un municipio perfectamente ligado a la historia local, con su iglesia, su castillo y, sobre todo, su embrujo andaluz.
Vivir en una cueva
Una de las formas más singulares de arquitectura popular es la costumbre de habitar viviendas excavadas en la roca o aprovechando oquedades naturales. Este tipo de casa es sorprendentemente común, sobre todo en Guadix y en la provincia de Granada en general, y se ha convertido en todo un reclamo turístico, con muchos alojamientos que permiten experimentar cómo es eso de vivir en una cueva. Una de las ventajas es el aislamiento del tórrido calor, algo a tener en cuenta cuando llega el verano.
Desayunar pan con aceite
La cocina andaluza está llena de platos suculentos, pero uno de los más representativos es a la vez uno de los más minimalistas: el pan con aceite. Esta combinación tan sencilla se comprende mejor cuando se prueba un aceite que es una joya, ya sea de Cazorla, Antequera, Baena, Lucena o cualquier otra de las indicaciones geográficas protegidas. Además de la calidad del aceite andaluz, la cantidad de oro líquido que se encuentra en Andalucía es más que notable, al ser la región que produce el 80 % de toda España. A su vez, España es el principal productor europeo.
Ir a la feria
Pocas cosas hay más andaluzas que la Feria de Abril, uno de los grandes eventos de cada primavera. Las flamencas, las casetas, el rebujito y el baile de sevillanas marcan una celebración masiva y de lo más vistosa. La Feria de Sevilla es la de más renombre, pero otras ciudades como Málaga no se quedan atrás. Incluso en otras comunidades se ha trasplantado este festejo, uno de los más inequívocamente andaluces. Durante las seis noches de feria, además del cante y el baile, va desfilando también lo más granado de la gastronomía regional: el pescaíto, el cazón, los chocos… y, por supuesto, el jamón.
Los pueblos blancos
Es ver uno de esos preciosos pueblos de casas encaladas y enseguida sabemos que se trata de Andalucía. La sabiduría de la arquitectura popular, que ha empleado este recubrimiento durante siglos para proteger y refrescar las casas, ha logrado de paso algunas estampas difíciles de olvidar. Ahí quedan pueblos blancos como los de la Serranía de Ronda, la Sierra de Cádiz o la Alpujarra granadina, por mencionar algunas zonas, maravillas que invitan a pasear entre sus luminosas callejuelas.
Insultarse con cariño
Una costumbre chocante es, sin duda, la cotidianidad con que se usan ciertas palabras gruesas. ¿Significa esto que los andaluces tienen malos modales? Para nada: todo forma parte del «arte» que luce la gente en Andalucía, un estilo inconfundible que te hace encajar con una sonrisa el irreverente saludo de un amigo andaluz. El antropólogo sevillano José Mansilla ha mencionado esta costumbre en alguna ocasión, destacando la función social que desempeña para establecer límites con otras personas en el trato cotidiano.
«Dar coraje»
Dar coraje no significa lo mismo en Andalucía que en el resto de España. Esta expresión tan habitual no tiene que ver con la valentía, sino con todo aquello que nos fastidia o nos da rabia por algún motivo. Si oímos hablar de ese tipo de coraje, no cabe duda de que estamos en el sur. Curiosamente, este uso de la palabra también pasó a México, que es el otro lugar donde podremos oír la expresión con un sentido similar.
Tener mar y océano
Ninguna otra región española puede presumir de estar bañada por mar y océano, en este caso, el Mediterráneo y el Atlántico. Tanto uno como otro regalan a Andalucía playas de ensueño, desde los maravillosos arenales de la costa de Huelva hasta los parajes hechizantes del Cabo de Gata, en Almería. Y justo entre ambos cuerpos de agua, el estrecho de Gibraltar ofrece otro portento que solo es posible aquí: las vistas de la costa africana en el horizonte. En total, son casi 1000 kilómetros de una variedad y belleza mundialmente famosas.
«¿Y tú de quién eres?»
Otra expresión que nos traslada al sur de España es «¿y tú de quién eres?». Seguramente nos encontraremos en algún pueblo, y la pregunta nos la hará alguna señora que intenta conocer nuestra filiación. Ser (pariente) de tal o cual vecino es una fantástica manera de mantener vivo el sentido de comunidad, algo que en los pueblos andaluces sigue muy presente y que los foráneos a menudo tardan un poco en asimilar.
Ni hola ni buenos días
¿Hola? ¿Buenos días? Eso es demasiado aburrido. En contextos algo formales los oiremos, pero cuando haya un mínimo de confianza aparecerán saludos mucho más creativos, desde el clásico «¿qué pasa?» hasta fórmulas mucho más poéticas y llenas de arte. Este rasgo, por supuesto, se solapa con el de los insultos cariñosos, con resultados que llenan de desconcierto a quien visita Andalucía por primera vez.
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