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Getaria / El Desembarco de Juan Sebastián Elkano

Desembarco de Juan Sebastián Elkano

Cada cuatro años se rememora el desembarco de Juan Sebastián Elkano tras completar la primera circunnavegación al mundo.

En el año 1515, el marino guetariano Juan Sebastián Elkano se alistó en una expedición que, capitaneada por Fernando de Magallanes, pretendía encontrar un paso a las Indias por occidente. Juan Sebastián Elkano terminó capitaneando la expedición tras la muerte de Magallanes y en 1522 arribó al puerto de Sanlúcar de Barrameda junto a 17 hombres hechos trizas a bordo de la única nave superviviente de las cinco que partieron.

“Y sepa Vuestra Majestad que aquello que debemos estimar y temer es que hemos descubierto y dado la vuelta a toda la redondez del mundo”, escribía Elkano consciente de su proeza en una carta dirigida al rey Carlos I.

Desembarco de Juan Sebastián Elkano
Antiguo puerto de Getaria

La recreación en Getaria de la llegada de su héroe local al puerto de Sanlúcar de Barrameda se ha convertido en todo un acontecimiento popular que se celebra una vez cada cuatro años desde que en 1922 se decidiese conmemorar así el cuarto centenario de la proeza náutica. La recreación del desembarco de Juan Sebastián Elkano coincide con las fiestas patronales de San Salvador, en agosto.

La emulación de la Nao Victoria reaparece sobre el mar con las velas gastadas y sucias, hechas jirones en algunos de sus puntos, mostrando una madera oscura y astillada que se resiste a ceder a los envites del tiempo y el cansancio. Tras ella una serie de embarcaciones locales la escoltan hasta el puerto; veintiuna salvas de artillería anuncian su regreso.

Harapienta, cansada y ensimismada, la tripulación baja del barco a tierra y torpemente se dirigen a la iglesia de San Salvador. En el desembarco de Juan Sebastián Elkano es el primero en pisar tierra firme y no puede reprimir el impulso de arrodillarse y besarla. Las campanas de la iglesia redoblan en honor de los recién llegados y anuncian así su regreso.

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Una vez dentro del templo, Elkano y los diecisiete supervivientes de su tripulación, alumbrados por las velas que ellos mismos portan, se sostienen de pie ante el altar para dar las gracias a la Virgen de la Antigua por su protección en altamar.

Entretanto, la corte se ha ido apostando en el Monumento a Juan Sebastián Elkano. Ahí el mismísimo emperador Carlos I recibirá al marino para escuchar directamente de sus palabras el relato de su viaje. Este hará su aparición ya recuperado, descansado y con ropas limpias haciéndose acompañar de cinco jóvenes que representan las bellezas de cada uno de los cinco continentes. Tras la recepción real, Elkano recibirá la bienvenida del pueblo en la plaza de Getaria, donde un coro entonará el himno Gora Elkano.

Desembarco de Juan Sebastián Elkano
Juan Sebastián Elkano besando la tierra

La recreación del desembarco de Juan Sebastián Elkano progresivamente gana adeptos con el paso de los años, atrayendo a público desde toda España. Se rememora una de las grandes proezas de todos los tiempos, la mayor aventura náutica jamás realizada hasta entonces.

Un recorrido de más de ochenta mil kilómetros que llevó a descubrir el paso al océano Pacífico y que un barco de España completar la primera vuelta al mundo de la historia. No es de extrañar que Getaria pretenda homenajear a su hijo predilecto, aquel que, como reza la inscripción del globo terráqueo que le regaló en su día Carlos I, fue “el primero que me dio la vuelta”.