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Hondarribia – Fuenterrabía / La Entrega de la Kutxa

Entrega de la Kutxa

Y cuantas más vueltas dé el arca, mejor será la temporada. Esta es la máxima de la fiesta de la Entrega de la Kutxa

La Cofradía de Mareantes de San Pedro es una de las instituciones más reconocidas de la villa del río Bidasoa. Esta cofradía de pescadores nacía en el mes de agosto del año 1631 y desde entonces sus mandatarios eran elegidos por votación el día de San Pedro, 29 de junio, y ratificados durante la festividad de Santiago.

La fiesta de la Entrega de la Kutxa, o Arca, en Hondarribia – Fuenterrabía supone un ritual tanto propiciatorio como de transición de poderes ya que durante ella el nuevo Abad Mayor y los Alcaldes de Mar toman posesión de su cargo mientras se pronostica la calidad de la nueva temporada pesquera a través de un curioso rito de notable antigüedad.

Actualmente, los cargos electos cumplen un mandato de cuatro años, por lo que la fiesta solo adquiere carácter transitorio de vez en cuando. Durante la tarde del día 25 de julio, una comitiva recorre las calles de Fuenterrabía en una pequeña procesión de ida y vuelta.

A la cabeza se sitúa una joven hija de arrantzale, que porta en su cabeza un arca de madera de notables proporciones que contiene en su interior las actas fundacionales, los libros de cuentas y diversas reliquias de la Cofradía de Mareantes de San Pedro.

Tras ella van los mandatarios de la cofradía escoltados por patrones de embarcaciones y remeros. Todo el recorrido se hace acompañar de los sones de la Marcha Okendo. Desde la sede de la cofradía, la comitiva se dirige a la iglesia parroquial. En su sacristía tiene lugar la lectura del balance de cuentas anual y la toma de posesión, si procede, de los nuevos cargos. Tras ello, el grupo regresa al barrio de la Marina, al arco de la sede de la cofradía.

Ahora tiene lugar el momento más esperado del día durante la entrega de la kutxa. Frente a la sede, los remeros forman en dos filas y hacen con sus remos alzados un arco bajo el cual se sitúa la joven que porta la kutxa. Es un momento de gran responsabilidad, pues sabe que de su actuación dependerá la siguiente temporada pesquera, la calidad y cantidad de todas las capturas.

La música comienza a sonar y ella da vueltas sobre sí misma con el arca todavía apoyada sobre su cabeza. Durante el proceso la gente se agolpa alrededor de la joven y la anima con vítores y palmas.

Mientras ella siga girando, el mar será propicio y la cantidad de vueltas que logre dar con la kutxa en la cabeza determinará el éxito de las capturas de la siguiente temporada. Sin duda, la entrega de la Kutxa es una de las fiestas más curiosas del norte de España.

La singularidad de la entrega de la kutxa conviene conocer de primera mano para entender además la estrecha relación que desde tiempos fundacionales une al pueblo vasco con la mar.