El Tajo del Roldán, una versión alicantina de La Bella y la Bestia

A 200 kilómetros al sur del pueblo de Navajas, aquel en el que unos novios saltaron al río para nunca más salir, se levanta la montaña de Puig Campana. En esta imponente formación rocosa, que se alza como una guardiana del municipio de Benidorm, una curiosa hendidura llama la atención de aquel que se fija en la montaña. Se trata del conocido como Tajo del Roldán, una fractura que un tal Roldán tuvo que hacer para ganar unos minutos más de sol…

El gigante Roldán

En los alrededores de la sierra Helada en tiempos remotos, esa medición que siempre se usa para hablar de cuentos, vivía un gigante llamado Roldán. El coloso campaba a sus anchas por aquestas tierras alicantinas y se guarecía en una tosca cabaña cuando el mal tiempo arreciaba. Aunque vivía libremente, se hallaba completamente solo, lo que le provocaba una enorme infelicidad. Además, por aquellos tiempos remotos no había ni gigantas hinchables, ni Tinder, ni Instagram, ni nada.

Sierra Helada
Sierra Helada, en municipio de Benidorm | Shutterstock

Cierto día estaba Roldán más triste de lo habitual. Alicaído y desdichado, se dirigió a su lugar favorito. Era este un rincón sombreado, poblado de árboles, de donde nacía un río. Fue allí cuando el llorica Roldán la vio: una muchacha hermosa, como siempre lo son en los mitos, recogía agua del río. La joven, al ver al gigante, en vez de huir o gritar como hubiera sido lo normal, hizo un cuenco con sus manos y ofreció agua al coloso.

Así, sin intercambiar una palabra, ambos personajes se enamoraron. Desde entonces la vida de Roldán cambió por completo. Su casa, antaño una hosca cabaña, se convirtió en un grato y cálido refugio gracias a los esfuerzos de la hermosa mujer. Roldán pasó a ser un gigante feliz. La vida, de repente, era maravillosa, color rosa.

Un espectro muy random

Pero la dicha no duró demasiado. Un día Roldán volvía a la cabaña entre alegres sentimientos cuando un ser extraño, random como él solo, se interpuso en su camino. El gigante, como es lógico, se asustó, pues la figura presentaba el aspecto de un espectro, una especie de sombra de aires siniestros. Casi paralizado de miedo, Roldán consiguió balbucear un tímido “¿Quién eres?”. El espectro le respondió entonces algo horrible: “Corre si quieres encontrar viva a tu compañera, pues cuando el último rayo de sol abandone vuestro refugio, ella morirá”.

Ilustración Puig Campana
Ilustración del Puig Campana al atardecer | Paula Garvi

Roldán partió inmediatamente, raudo y veloz, a su nido de amor, pero, para cuando llegó, las profecías del extraño ser se habían hecho por desgracia realidad. Su bella amante se hallaba moribunda. Estertores de muerte resonaban de su garganta. Roldán, que no sabía qué hacer, pareció rendirse ante el cruel destino. Pero entonces recordó la frase del espectro: “Cuando el último rayo de sol abandone vuestro refugio, ella morirá”.

Una carrera contra la puesta de sol

Roldán miró directamente a la cada vez más débil luz del astro, que se empezaba a ocultar tras el Puig Campana. Lleno de dolor y rabia, el gigante ascendió hasta la cumbre de la montaña y, valiéndose de su extraordinaria fuerza, arrancó de un puntapié un gran pedazo de piedra. Éste fue a parar al mar, convirtiéndose en la Isla de Benidorm. Mientras tanto, por aquella hendidura, convertida en Tajo del Roldán, penetró con fuerza la luz. Roldán había conseguido unos minutos más de vida para la joven.

De nuevo, el gigante emprendió el camino a la cabaña y cogió en volandas a la bella mujer. Desconsolado, el coloso llevó a su amante hasta el tajo de Puig Campana, dispuesto a apurar hasta el último rayo de sol. Pero el astro no entendía de amores y, como cada día, llegó el momento de esconderse hasta la mañana siguiente. Esta fue la sentencia de la joven, cuya vida también se apagó con el fin del día.

Benidorm
Benidorm | Shutterstock

Roldán el Furioso y la espada Durandal

Aunque desde España Fascinante hemos decidido contar este mito, la leyenda del Tajo del Roldán tiene diferentes versiones, todas relacionadas con el mismo nombre. La figura de Roldán, al que también se conoce como Rolando u Orlando (no, el tomate no), está asociada al supuesto sobrino de Carlomagno. Según quién cuente la historia, este personaje pasa de héroe victorioso a guerrero derrotado o de caballeresco galán a gigante malhumorado.

Sobre el Puig Campana pesan, concretamente, al menos dos leyendas más. Una es la que cuenta como Roldán, con solo una batida de su espada Durandal, cortó la piedra de la montaña, dando origen al tajo. No recuerda para nada a aquella historia de los Pirineos. La otra dice que el célebre soldado se enamoró de una joven, pero ésta quería a otro. Cuando Roldán descubrió que la pareja se había fugado, les persiguió iracundo por todas partes. Mataba manadas enteras de bueyes y destruía árboles, ganándose la fama de Roldán el Furioso. Al llegar a Puig Campana, como un niño pequeño enrabietado, arrancó un trozo de piedra de la montaña y lo arrojó lejos, constituyéndose el famoso tajo de nuevo.

Puig Campana
Puig Campana con el Tajo del Roldán claramente definido en la cima | Shutterstock

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