El dialecto murciano, una fusión de culturas

Estamos a mitad de camino de descifrar el enigma de la frase del monasterio de Santa María de Valpuesta, esa oración que encontré formada por varias lenguas y que ya se explicó en un primer episodio de Las lenguas en España: un árbol de muchas ramas.

Por ahora, sabemos que parte de esa frase está formada por vocabulario tamazight y extremeño. La tercera parte de la oración, la que nos ocupa en estos momentos, se corresponde, como ya indicamos en el capítulo anterior, con el panocho. A diferencia del resto de los episodios, en este caso sí nos resulta fácil deducir qué significado tienen las palabras que nos tocan desentrañar. “Dér las lenguas” es, al menos en apariencia, una construcción gramatical muy parecida al castellano. Pero, ¿qué es el panocho y qué el dialecto murciano? ¿De dónde viene esta lengua?

El dialecto murciano no es panocho

Pues bien, lo primero que hay que decir es que el panocho no es ni un dialecto ni un idioma, sino que, tal como señala la Real Academia Española, es la “variedad del murciano que se habla en la huerta de Murcia”. Mientras que, por otra parte, L’Ajuntaera (asociación para el habla, la difusión y la investigación de la lengua murciana) señala que el dialecto murciano está formado por todo ese conjunto de “variedades comarcales del murciano o dialecto murciano que se dan en la Cuenca del Segura, espacio geográfico comprendido entre los ríos Almanzora, Júcar y Vinalopó”, más allá de la propia Región de Murcia.

Por otra parte, en lo que se refiere al panocho, hay algunos autores, como por ejemplo Francisco Gómez Ortín en su artículo El dialecto murciano y sus variedades, que apuntan que variedad dialectal es tan solo “una modalidad literaria, un lenguaje artificioso y deformante, creado por escritores y murcianos sobre la base del habla huertana”. Esta opinión se apoya fundamentalmente en un párrafo que dejó escrito el poeta y dramaturgo Vicente Medina en 1899 en el que descalificaba al panocho.

Por otra parte, en lo que se refiere al panocho, hay algunos autores, como por ejemplo Francisco Gómez Ortín en su artículo El dialecto murciano y sus variedades, que apuntan que variedad dialectal es tan solo “una modalidad literaria, un lenguaje artificioso y deformante, creado por escritores y murcianos sobre la base del habla huertana”Esta opinión se apoya fundamentalmente en un párrafo que dejó escrito el poeta y dramaturgo Vicente Medina en 1899 en el que descalificaba al panocho.

Sin embargo, para L’Ajuntaera, tal como le indica a España Fascinante, “quienes afirman este respecto no acompañan sus opiniones con estudios”. Tampoco la citada definición de la RAE coincidiría con las palabras de dicho autor. De hecho, el investigador de hablas murcianas y literatura Juan José Navarro en su artículo Vicente Medina y el panocho: una aclaración imprescindible, indica que "la utilización del párrafo de Vicente Medina, en ese u otro formato, para descalificar al panocho y su literatura en su totalidad no es correcta, sobre todo en el plano científico". Hay, pues, que resaltar que esta opinión no se acompaña de estudios científicos, no tiene en cuenta el panocho serio o sentimental y se contradice con lo indicado por la Real Academia.

Cieza, Murcia
Florecimiento de los cerezos en Cieza, uno de los pueblos de Murcia. | Shutterstock

Otra idea extendida sobre esta variedad dialectal es que es una palabra inventada por personas burguesas o de clases altas de la sociedad con la intención de ridiculizar a los huertanos. Sin embargo, es una verdad indiscutible que existen palabras y vocablos únicos de la huerta murciana y que tienen una mayor diferenciación con el castellano que el resto de las variedades del habla murciana.

Un repaso por la historia del dialecto murciano

La historia del dialecto murciano es larga y está totalmente influenciada por las diferentes culturas que han pasado por la región, entre las que se incluye el árabe y el mozárabe. También es una lengua que se ha visto muy condicionada tanto por Aragón como por Cataluña. Así, para entender cómo se construye este dialecto se hace necesario hacer un pequeño repaso por la historia de la región.

Se dice que ya desde la existencia de la provincia romana Carthaginense, en esta parte del sureste peninsular se hablaba un latín peculiar. Luego, tras pasar por aquí los visigodos, el Reino de Teodomiro, como se conocía entonces a este territorio de España, fue el único en gozar de cierta autonomía dentro de Al-Ándalus. Así, los mozárabes murcianos pudieron conservar su habla dialectal latina, aunque no exenta de arabismos. A esta conjunción de dialectos se la conocía como latinia o Aljamía del Oriente del Andalus, lengua que pervivió nada menos que cinco siglos.

Tras el paso de los musulmanes por la península ibérica llegó, como todos sabemos, el periodo de la llamada Reconquista. Los reinos cristianos volvieron a hacerse con el control de la antigua Hispania. Esto provocó que muchos aragoneses se trasladaran a la región murciana, trayendo consigo su propio legado lingüístico. Por ejemplo, el empleo constante del diminutivo -ico. Pero muchos habitantes del Reino de Aragón venían, a su vez, de Cataluña, lo que explica que esta lengua también haya dejado su propia impronta en Murcia. Así, podemos decir que los dialectos murcianos, incluido el panocho, son fruto del mestizaje y la fusión cultural del mozárabe, el castellano, el aragonés y el catalán.

El futuro del dialecto murciano

En la actualidad, es muy común confundir al panocho con el dialecto murciano. De hecho, es más conocido este primero, solo hablado en la huerta de Murcia, que el segundo. La asociación L’Ajuntaera señala que esta confusión es debida a la existencia de una mayor producción literaria del panocho, “en especial la de tipo jocoso, como los bandos panochos, que se popularizaron en toda la región y en la Vega Baja”. Por ejemplo, aún en la actualidad es habitual que durante los días de la celebración del Bando de la Huerta, una fiesta que homenajea la huerta murciana, haya menús escritos en panocho o se lean discursos en dicha variedad dialectal.

Bando de la Huerta
Traje tradicional durante la celebración del Bando de la Huerta. | Shutterstock

Sin embargo, aunque los propios murcianos no se den cuenta, se utiliza más el dialecto murciano que el panocho. “Evidentemente, la gente que habla cualquier modalidad lingüística no es consciente de su constitución, de sus reglas… pero la utiliza porque tiene un conocimiento aprendido que se llama “competencia lingüística”, indican desde la asociación.

Pero a pesar de este uso inconsciente, la generalización de la enseñanza en castellano a mediados del siglo XX, la influencia de los medios de comunicación y la globalización han reducido considerablemente la utilización de los murcianismos. Respecto al panocho y el dialecto murciano, la asociación asegura que, con el tiempo, “lo más seguro es que se pierdan, como ya lo van haciendo, incluso su interesante vocabulario”.

Sobre todo, añaden, si no se pone en práctica uno de los párrafos del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, que señala que “se desarrollarán las actuaciones necesarias para hacer realidad el regreso a la Región de Murcia de todos los bienes integrantes de su patrimonio cultural, histórico y artístico que se encuentran fuera de su territorio”, incluyendo, por supuesto, su aspecto lingüístico.

Dér las lenguas

Como decíamos al principio, la parte de la oración que nos tocaba traducir en este capítulo de la serie está bastante próxima al castellano. “Dér las lenguas” no quiere decir otra cosa que “de las lenguas”. La frase del comienzo, ese misterio que tan fascinada me tiene, ya va mostrando su cara. Hasta ahora tenemos “Enterrar con ceniza los huesos de las lenguas”. Nos queda la otra mitad…