Un enigma de muchas lenguas

Monasterio de Santa María de Valpuesta, Burgos. Año 2022. Estoy en el interior del monasterio que está señalado por muchos como el lugar de origen del castellano. Aquí es donde se encontraron los conocidos como becerros de Valpuesta, una serie de documentos fechados entre los siglos IX y XII. En ellos se pueden dilucidar algunas frases sueltas de las que se piensa que podrían ser las primeras señales del castellano. Hoy, junto a aquellos primeros resquicios de este idioma, encuentro grabada muy sutilmente en una pared una frase: “Ndar ag iɣid los güessus dér las llenguas, gazinain kheautu xuesco”.

A simple vista no hace falta ser lingüista para darse cuenta de una cosa: no hablamos de una oración compuesta de una sola lengua, sino de varias. Dejes árabes, vascos, ¿gallegos? se pueden intuir entre estas letras. ¿Qué querrán decir? ¿A qué lengua se corresponde cada término? Inmediatamente llamo a una serie de filólogos, lingüistas, traductores… Y llegamos a una conclusión: son cinco las lenguas que configuran este extraño texto hallado en este monasterio, testigo viviente del nacimiento del castellano. Este es el punto de partida.

Monasterio de Santa María de Valpuesta
Monasterio de Santa María de Valpuesta, Burgos. | Shutterstock

Un punto de partida: las diferencias entre lengua, dialecto e idioma

Las lenguas son una especie de entramado de raíces muy profundas e infinidad de ramas con sus correspondientes cruces y variaciones. Así que, antes de entrar en el meollo de la cuestión, en la traducción de esta frase, la situación obliga a esclarecer el significado de algunos conceptos. Porque una lengua no es lo mismo que un dialecto ni un dialecto lo mismo que un idioma…

En el primero de los casos hablamos de un sistema de comunicación que en realidad podría incorporar cualquier tipo, incluido, por ejemplo, el lenguaje de signos. Un idioma sería, por otra parte y según indica la RAE en su primera acepción, “la lengua de un pueblo o nación, o común a varios”. Quizás es, al menos hoy, un concepto más político. Por último, un dialecto, también según la RAE, sería la “variedad de un idioma que no alcanza la categoría social de lengua”. Este caso se suele dar en zonas geográficas determinadas. Por ejemplo, el castellano sería un idioma y la variante manchega uno de sus dialectos.

Diccionario de la RAE
Diccionario de la RAE. | Shutterstock

Lenguas muertas y lenguas vivas: la maleabilidad de la arcilla

A la hora de analizar una lengua, no solo hay que tener claras estas acepciones. El enigma nos plantea la distinción entre lo qué es una lengua muerta y una viva, ya que la oración está formada por ambas. Porque los idiomas tienen una fuerza propia y, al igual que el resto de los seres vivos: nacen, evolucionan y mueren.

Así, una lengua muerta es aquella que ya no se corresponde con la lengua materna de nadie, entendiendo a esta como la primera que aprende un individuo. Esto no quiere decir que ninguna persona sepa esa lengua, ya que las lenguas muertas pueden ser también segundas lenguas, lenguas clásicas o lenguas litúrgicas. Por contra, una lengua viva es aquella que aún cuenta con hablantes nativos.

Como ejemplo, una lengua muerta sería el latín, mientras que una viva sería el castellano. De la primera se conserva infinidad de documentación y no son pocas las personas que la aprenden a lo largo de su vida. Pero se trata de un idioma que ya no tiene posibilidad de cambio. Es arcilla seca. La segunda es una lengua que aún evoluciona, que aún crece, que aún cambia. Tiene movimiento y maleabilidad porque tiene vida.

La desaparición de las lenguas

Las lenguas pueden haber desaparecido, a grandes rasgos, por tres procesos. Uno de ellos es que se haya producido una sustitución lingüística, entendiendo a esta como a un proceso sociolingüístico en el cual un pueblo cambia su código lingüístico por el de otro pueblo.

Otra opción es que estemos hablando de un fenómeno de evolución lingüística, es decir, cuando una lengua sufre tal cantidad de cambios que su forma escrita termina siendo diferente de su forma oral. De esta manera y con el tiempo, los hablantes dejan de entender los textos más antiguos. Así es cómo se han extinguido muchas lenguas, como por ejemplo el latín o el sánscrito.

Por último, una lengua puede haber desaparecido como consecuencia del exterminio de sus hablantes, ya sea por medio de una guerra, una epidemia o un genocidio. Es un caso que se da en menor medida que los anteriores.

 Letras griegas
Inscripciones griegas antiguas en el muro de la Biblioteca Celsus en la antigua ciudad de Éfeso, actual Turquía. | Shutterstock

Se dice que en el mundo hay vivas alrededor de unas 6.000 lenguas, de las cuales un 90% desaparecerá en los próximos dos o tres siglos. Este fenómeno de decrecimiento es debido en gran parte al movimiento migratorio de los campos a las ciudades. También el fenómeno globalizador hace que cada vez más personas se adhieran a la lengua común, descuidando sus dialectos e incluso, a veces, su propia lengua materna.

Un repaso por el panorama lingüístico nacional

Por último, y antes de entrar en la resolución del misterio, un repaso por el panorama lingüístico nacional: ¿Qué lenguas hay en España? ¿Qué dialectos? Lo primero que atañe decir es que el grueso de las lenguas tanto vivas como muertas de España son lenguas indoeuropeas. Con este nombre se conoce a la que es la mayor familia de lenguas del mundo en número de hablantes, extendiéndose por la mayor parte de Europa, Gran Irán y Asia meridional.

A su vez, las lenguas españolas son lenguas romances, es decir, lenguas que aparecieron como una evolución del latín vulgar. Y por último, dentro de éstas, encontramos otras dos subfamilias de lenguas: las iberorromanas, que son el castellano y el gallego, y las occitanorromances, que son el catalán, el valenciano y el aranés. A medio camino entre estas dos, estaría el aragonés. Como fenómeno único y aislado, al margen de todos los procesos que vieron nacer al resto de lenguas de la península, está el euskera, una lengua que ni siquiera es indoeuropea y a la que se clasifica como lengua aislada.

De todas estas lenguas, cinco son oficiales: el catalán, el valenciano, el gallego, el euskera y el aranés. Mientras que no oficiales están el extremeño, el panocho o el caló. Lenguas que cuentan con cada vez menos hablantes.

“Ndar ag iyid us osis dé las llenguas, gazinain kheautu xuesco”, dicen las letras halladas en el Monasterio de Santa María de Valpuesta. Ahora, teniendo claro todo esto, nos adentramos en el desmenuzamiento de la frase. ¿Qué querrá decir? ¿A qué lengua se corresponde cada palabra? Pronto lo averiguaremos