Maravillas de Badajoz que hay que ver al menos una vez en la vida

La provincia más extensa de nuestro país es, sin embargo, una gran desconocida. Eso a pesar de contar con un entorno natural único y un repertorio de patrimonio cultural de enorme riqueza. Badajoz nos relata una historia que abarca varios milenios, en la que no faltan tesoros arqueológicos, reinos medievales ni batallas mucho más recientes. Y lo mejor es que aún se siguen descubriendo episodios apasionantes, algunos de los cuales recopilamos en esta lista de maravillas de Badajoz que merece la pena conocer.

Maravillas de Badajoz: el patrimonio histórico y cultural

Mérida, el legado de Roma

Teatro de Mérida
Teatro de Mérida. | Shutterstock

La capital extremeña es sin duda la joya de la corona de Badajoz, y no es de extrañar: la antigua Augusta Emerita ha pervivido en forma de un extraordinario conjunto monumental, cuyo epicentro es el famoso teatro. En él, cada verano se revive la magia de ese escenario milenario durante el Festival de Teatro Clásico.

Del apabullante patrimonio romano no hay que olvidar tampoco el Templo de Diana, el colosal acueducto de Los Milagros o el circo. No contenta con eso, Mérida puede presumir de tener una magnífica alcazaba, la más antigua de España. Pero esa ya es otra historia.

Alcazaba y murallas de Badajoz, el reino olvidado

Alcazaba de Badajoz
Alcazaba de Badajoz. | Shutterstock

La ciudad de Badajoz se fundó en 875 y tuvo un carácter fronterizo y militar desde el principio. De ello dan fe la impresionante alcazaba, la más grande de Europa, que junto con los lienzos almenados de la muralla nos trasladan a lo que fue el reino de Badajoz, una de las taifas más grandes e importantes de la España islámica.

De camino a la alcazaba es inevitable detenerse en la Plaza Alta, otra de las joyas de la ciudad, inconfundible por sus pórticos y su diseño geométrico, y una de las más vistosas de España.

Aires portugueses en la Iglesia de Santa María Magdalena

Iglesia de Santa María Magdalena en Olivenza
Iglesia de Santa María Magdalena en Olivenza. | Shutterstock

Solo en Olivenza, que perteneció a Portugal hasta el siglo XIX, podía encontrarse un ejemplo tan espléndido de arte manuelino. La Iglesia de Santa María de la Magdalena se comenzó en el siglo XVI como templo y residencia de los Obispos de Ceuta, partiendo de un estilo gótico tardío con gárgolas y pináculos que incorporó también elementos mudéjares, renacentistas y de tema marinero. El pasado portugués se percibe en el uso de azulejos y las hermosas columnas sogueadas, que aportan un gran dinamismo. Todo un prodigio de belleza y singularidad en tierras extremeñas.

El tesoro tartésico de El Turuñuelo

Rostro tartésico de El Turuñuelo
Rostro tartésico de El Turuñuelo. | Gianni86, Wikimedia

En fechas tan recientes como 2023 se hallaba en un yacimiento del municipio de Guareña un verdadero tesoro arqueológico. La misteriosa cultura tartésica, la más fascinante de la España prerromana, mostraba por fin su rostro en forma de hermosas esculturas que lucen grandes pendientes de aro y enigmáticas sonrisas.

El yacimiento de El Turuñuelo había permitido conocer hasta entonces un gran túmulo y un impactante palacio, además de otros muchos restos que arrojaban luz sobre esa lejana cultura, una civilización que en el siglo V a. C. decidió borrar todo rastro. Hasta hoy.

Una belleza mudéjar: el monasterio de Tentudía

Monasterio de Tentudía en Calera de León
Monasterio de Tentudía en Calera de León. | Shutterstock

Se cuenta que allá por el siglo XIII, durante una batalla contra los sarracenos, el maestre de la orden de Santiago imploró a la Virgen diciendo: «¡Santa María, detén tu día!», tras lo cual el sol se detuvo y las tropas vencieron al enemigo. Surgió así Tentudía, primero un eremitorio, elevado después a monasterio.

Esta iglesia-fortaleza ha quedado como una excelsa fusión del arte mudéjar y el renacentista, con un hermoso claustro de ladrillo y un retablo mayor realizado con azulejos. Desde su ubicación, la cota más alta de la provincia, las vistas no son menos espléndidas que el interior.

Maravillas de la naturaleza en Badajoz

Cornalvo, el rumor del agua

Parque Natural de Cornalvo
Parque Natural de Cornalvo. | Shutterstock

El nombre de este espacio protegido de más de 11 000 hectáreas deriva de los romanos, que bautizaron como Cornus Albus (Cuerno Blanco) a un embalse que es hoy el más antiguo de cuantos siguen en uso, 2000 años después. Sus aguas transparentes beben de un sinfín de arroyos y riachuelos que hacen de este lugar una delicia.

El Parque Natural de Cornalvo tiene la fisonomía de la típica dehesa extremeña, con abundancia de encinas y alcornoques, pero es también el hogar de numerosas aves rapaces, cigüeñas negras, así como jabalíes, gatos monteses y otros mamíferos.

Mina La Jayona, un lugar casi irreal

Mina La Jayona
Mina La Jayona. | Shutterstock

Visitar esta mina abandonada es una experiencia muy especial por lo sugerente y un poco misterioso de sus galerías. Los contrastes de luz y la vegetación nos sumergen en una atmósfera casi onírica. Aunque quedan vestigios del trabajo minero, es un lugar reconquistado por la naturaleza, cuyo microclima húmedo permite ver helechos, musgos e higueras que solo son posibles aquí.

La Mina La Jayona se sitúa en el sur de la provincia, cerca ya de Sierra Morena, en una zona de gran riqueza histórica de la que este espacio es sin duda el más singular.

La fascinación del Cerro Masatrigo

Cerro Masatrigo
Cerro Masatrigo. | Shutterstock

En mitad del embalse de La Serena, en la comarca del mismo nombre, emerge un cono perfecto moteado de verde, casi inverosímil. El embalse, uno de los más grandes de Europa, convirtió además a esta montaña mágica en prácticamente una isla, que desde siempre ha embrujado con su extraña belleza a cualquiera que la divisara.

Declarado Monumento Natural de Extremadura en 2023, el Cerro Masatrigo se eleva 176 metros sobre la cota máxima de llenado del embalse. Ofrece una atalaya excelente sobre una vasta zona desde la que se divisa el sugestivo paisaje que define esta comarca.

Sierra de Hornachos, los dominios del águila

Vistas de Hornachos.
Vistas de Hornachos. | Jesusccastillo, Wikimedia

En el centro de la provincia, en medio de amplias llanuras cubiertas por la dehesa, surge el relieve abrupto de la Sierra Grande de Hornachos. Es una de las zonas con mayor biodiversidad de la provincia, apreciada sobre todo por quien desea sentir la poderosa presencia de águilas reales y otras grandes aves rapaces de nuestro país.

Otros encantos que hacen de esta zona una maravilla natural son las cuevas, algunas con pinturas prehistóricas. Vale también la pena acercarse al pueblo de Hornachos, que posee un altivo castillo y un interesante centro de interpretación de la cultura morisca.

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