Cuando parte de la isla de Taiwán era española

Tras la victoria del Partido Comunista Chino en la guerra civil contra el Kuomintang o Partido Nacionalista Chino en 1949, los miembros de este último bando se trasladaron a la isla de Taiwán. Allí fundaron la República China, la cual no reconoce a la República Popular China o, simplemente, China. En estos hechos está, de una forma muy resumida, el germen de las tensiones internacionales que hoy se ciernen sobre la isla oriental. Pero no es la primera disputa a la que Taiwán hace frente. Antes, mucho antes, Taiwán fue sede de otros conflictos. De hecho, en uno de ellos se vieron inmersos los españoles.

La llegada de occidente a Formosa, actual isla de Taiwán

En el siglo XVII, cuando España aún era un Imperio, no ya uno en el que nunca se pusiera el sol, sino uno en el que comenzaba a atardecer, México mantenía una importante red de comercio con China. Lo hacía a través de la isla de Manila, actual capital de Filipinas. En aquel momento, tanto el país americano como el asiático formaban parte de este menguante Imperio español.

Y justo en el norte de la isla filipina, muy cerca de la actual provincia china de Fujian, había una isla bautizada como Formosa, que traducido significa “isla hermosa”. Fueron, de hecho, navegantes portugueses que formaban parte de la Unión Ibérica los primeros europeos en llegar a Taiwán en 1582.

Mientras tanto, los neerlandeses se establecieron, con el permiso de la dinastía china Ming, en la isla de Formosa con la intención de comerciar con el gigante asiático. Era 1624 y hasta entonces Taiwán había conseguido mantenerse al margen de las colonizaciones de los hambrientos imperios occidentales.

Así, los neerlandeses se asentaron en el sur de Formosa y fundaron la colonia de Orange, que más tarde pasaría a denominarse Fort Zeelandia y que actualmente es conocida como Anping. Esta colonia fue, evidentemente, vista como una amenaza por los españoles que gobernaban en Filipinas, por lo que, en 1626, 200 hombres bajo el mando de Antonio Carreño Valdés desembarcaron en el norte de Formosa, en lo que hoy es conocido como Keelung.

La colonia española de Formosa

Tras el desembarco, fundaron en la entonces bahía de Jilung el puerto de La Santísima Trinidad, mientras que a la isla la rebautizaron con el nombre de Todos los Santos. Así, los españoles fueron extendiéndose a lo largo del territorio norte fundando pueblos como el de Castillo (en la localidad de Tamusi, hoy zona cercana a Danshui) o con misiones evangelizadoras para convertir a los indígenas a la religión cristiana.

Esto no fue bien visto por los neerlandeses, que sintieron la presencia de los españoles como lo que era: una amenaza. Así, en 1630, los primeros atacaron a los segundos por vía marítima. Los españoles consiguieron repeler la ofensiva, pero a un alto coste: se quedaron incomunicados con Manila, lo que a su vez interrumpió la llegada de suministros. Los españoles se vieron entonces obligados a buscar provisiones en el interior de Taiwán, imponiendo fuertes tributos a la población autóctona, población que en 1636 se levantó en armas contra el citado pueblo de Castillo y masacró a la mitad de la guarnición española.

Neerlandeses que atacaban por el mar e indígenas que hacían lo propio en tierra. Asediados por tifones y expuestos a la malaria. Ante estos hechos, a los españoles de Tamusi no les quedó otro remedio que irse para pasar a congregarse en el puerto de La Santísima Trinidad, ese primer punto de Taiwán en el que los españoles desembarcaron. Allí se mantuvo la colonia hasta 1642, cuando los neerlandeses consiguieron conquistarla. La aventura de España en Taiwán había finalizado tras apenas 16 años.