La comunidad china en España: cómo son y a qué se dedican

“El viaje de Liu, como el de miles de sus compatriotas, comienza a los pies del dios Blanco que se erige en el templo de Fushan, en el distrito de Qingtian. El joven campesino se arrodilla, junta las palmas de las manos y se inclina hacia adelante mientras pide al todopoderoso un poco de ayuda antes de partir. ‘Con un poco de suerte pronto estaré en España’, dice feliz de haber cumplido con la tradición de visitar el templo de la Puerta de la Montaña”. David Martínez, corresponsal de El Mundo en China en el año 2002.

Gran parte de la comunidad china que inmigró a España en los años 80 provenía de la provincia de Zhejiang. Y más concretamente de la región de Qingtian. Los viajes de muchos de estos chinos empezaban con una visita al principal templo de la región. Incluso si se trataba de creyentes cristianos, sentían la necesidad de pedir la protección de los dioses locales antes de partir hacia un destino tan lejano.

Ahora, 20 años después de este párrafo que escribió David Martínez, el mismo templo por el que pasó Liu luce diferente. “Este templo, como muchos otros, ha sido reparado con dinero de los emigrantes, y la campana de bronce más grande tiene grabado en su exterior el nombre de todos los donantes y su lugar de residencia”, apunta el antropólogo Joaquín Beltrán en su artículo Migración y religión. Apuntes sobre la comunidad china en España.

Ahora, ¿quién sabe dónde estará Liu? Quizás sea uno de esos hombres que regentan la tienda de comestibles que lleva en nuestro barrio desde que tenemos memoria. Ese establecimiento al que, en nuestra adolescencia, acudíamos cada viernes por la tarde con los amigos para comprar unos regalices y una bolsa de jumpers. O quizás sea el hombre que ostenta ese restaurante de comida asiática que descubrimos hace un año y nos chifla. O quizás nada de esto, quizás Liu es un gran empresario que ya se ha retirado. Incluso puede que aquel joven campesino fracasara en sus anhelos y fuera a buscar suerte a otro sitio o ni siquiera llegara a España...

Empezar por “algo fácil”: la hostelería

Es innegable que entre la comunidad china española existe una predilección ocupacional por los negocios autónomos. En el año 2019 epdata, basándose en datos de la Seguridad Social, indicaba que había un 54% de trabajadores chinos autónomos, por encima de cualquier otro colectivo de inmigrantes. Sobre todo en el pasado, estos negocios se centraban, mayoritariamente, en el sector hostelero. Pero, ¿por qué esta preferencia?

Gladys Nieto, directora del Instituto Confucio de Madrid y experta en estudios chinos nos da la respuesta: “Porque era algo fácil. Era un nicho de trabajo en el cual no necesitabas mucha formación, salvo la de ser cocinero o poder cocinar. Y porque era un trabajo alrededor de la propia lengua china y eran todos paisanos”

Restaurante chino en Usera

De hecho, el modelo migratorio de Zhejiang respondía, según recogía la socióloga Antonella Ceccagno, a una serie de características que encajaban a la perfección con este perfil: “una aspiración difusa al auto-empresariado, la inclinación al familismo empresarial y la disponibilidad hacia el trabajo duro y la auto-explotación”. “Mucha de la inmigración china funciona así, a través de nichos económicos que pueden ellos trabajar dentro de su propia comunidad”, añade Gladys Nieto.

Sin embargo, en la actualidad, tanto los lugares de procedencia como los oficios a los que se dedica esta comunidad en nuestro país han variado mucho. Eso sí, casi siempre en un entorno empresarial. Así, en los últimos años, han logrado ampliar el espectro de sus actividades económicas, saltando de la hostelería hacia la industrial textil o la hotelería. “Y luego se abrió el comercio de la importación y exportación”, comenta Nieto. Sectores donde, además, el familiarismo puede seguir y sigue presente.

La heterogeneidad de los perfiles

No hay que olvidarse de que lo explicado en el apartado anterior se corresponde con estudios hechos sobre los inmigrantes procedentes de Zhejiang. Esto no significa que todos ellos se dediquen a lo mismo ni que sea la norma común entre otros inmigrantes de otras provincias chinas, menos estudiadas.

Por otra parte, tal como señala esta misma historiadora desde el artículo Emprendedores y jóvenes sobradamente preparados. Reflexiones acerca de la investigación sobre chinos de ultramar en España, la situación de los hijos e hijas de los inmigrantes chinos presentan biografías e intereses muy dispares entre sí, a pesar de que desde algunos medios y sectores públicos se centran en “la imagen de los jóvenes chinos como sobradamente preparados”. “Efectivamente, [esta característica] responde a algunos recorridos biográficos dentro del colectivo, pero no es generalizable”, afirma Nieto.

De hecho, desde España Fascinante hablamos con dos mujeres de origen chino cuyos perfiles no coinciden con los descritos anteriormente. Ni son hosteleras ni tampoco provienen de Qingtian. Curiosamente y habiendo contactado con ellas por separado, ambas son de Nanjing. “Actualmente trabajo en una empresa multinacional de tecnología y me dedico para el departamento de marketing”, cuenta Min Zhao. María Wang, por su parte, es profesora de chino en una academia de Usera.

Min Zhao

Min habla bastante bien español y ríe mucho al responder las preguntas. Nos cuenta que vino aquí obligada, “entre comillas”, por su padre: “Él quería que aprendiera otro idioma aparte del inglés porque mi carrera era periodismo y para encontrar un buen trabajo”. Pero, a pesar de que su viaje no empezó por iniciativa propia, después de 14 años Min aún continúa aquí. En aquella época, mientras estudiaba, también tenía un trabajo parcial: enseñaba chino a niños españoles. “Y como ya llevaba 5 o 6 años viviendo en España estaba acostumbrada a esta forma de vivir, además tampoco es que tuviera un plan a largo plazo en China…”, asegura.

- Un poco la vida, ¿no?, que te va llevando.

- Sí, eso es. No tengo planes, así que a lo mejor mañana viene otra oportunidad, me parece bien y a lo mejor me voy a África.

Una comunidad hermética

El desparpajo de Min y la facilidad con la que responde a las cuestiones no es algo habitual entre la comunidad china española. En Usera, el barrio con mayor concentración de población de esta nacionalidad en Madrid (alrededor de un 20% del total del distrito), todas las personas rehúyen responder preguntas. Todas, menos dos. Una de ellas es María Wang. María se encuentra en periodo de mudanza junto a su marido Kiko, de origen filipino, por lo que accede a responder solo a través de Whatsapp.

- ¿Cuál es la diferencia cultural que más te ha llamado la atención entre chinos y españoles?

- La gente que no se conoce habla y charla. Los españoles disfrutan más de la vida. La gente es más abierta, más sencilla.

Este aspecto cultural se manifiesta también en los grandes enclaves comerciales o polígonos industriales en los extrarradios eminentemente chinos. O en la concentración de la comunidad en determinadas zonas vecinales, como pequeños Chinatowns al estilo de Nueva York. Tal es el caso de Usera en Madrid, Trafalgar en Barcelona, Roquetas en Valencia o Labayru en Bilbao.

Pero este no es el único aspecto cultural que caracteriza a la comunidad china que reside en España. El vínculo con su país de origen, el idioma o el Año Nuevo Chino son también rasgos compartidos entre un gran porcentaje de ellos. “Hay un sentido de pertenencia que nunca se termina. Los que tienen posibilidades económicas están mucho tiempo yendo y viniendo”, indica Gladys Nieto. “No terminan de cortar sus lazos con el país de origen”, añade. Los casos de María Wang y Min Zhao afirman este respecto, pues ambas intentan ir a China al menos una vez al año.

“La masiva aparición de asociaciones voluntarias, escuelas y periódicos chinos en España se vincula intrínsecamente al actual proyecto restaurador nacionalista en la República Popular China (RPC) y al nacionalismo cultural de Taiwan, así como a la influencia que estos nacionalismos ejercen sobre las diversas ramas de la diáspora, como sustitutas parciales del Estado-nación”, indica Nieto en su libro La inmigración china en España: una comunidad ligada a su nación. Esto es el desencadenante de que, por ejemplo, el idioma oficial, el putonghua o guoyu, sea el único que se usa en el espacio público. Así, los dialectos quedan relegados a los ámbitos más privados.

La fiesta por excelencia: el Año Nuevo Chino

Para la cultura occidental este año es el 2022, pero hay millones de personas en el mundo para las que es el 4.720, el año del tigre de agua. Al menos eso es lo que señala el calendario lunisolar, tradicionalmente usado en China. Según este calendario la Fiesta de la Primavera, como realmente se llama a esta celebración en la RPC, tiene lugar en un día diferente cada año, coincidiendo con una noche de luna nueva y con una fecha equidistante entre el Equinoccio de Primavera y el Solsticio de Invierno.

Celebraciones del Año Nuevo Chino

El caso es que desde hace un tiempo el Año Nuevo Chino se celebra anualmente en muchas ciudades españolas. “En el caso de Zaragoza, Valencia o Toledo el Año Nuevo es un festejo increíble”, señala Nieto. “Se hace también en León, Andalucía… No es solo Madrid-Barcelona”, apunta la historiadora, refiriéndose a las celebraciones más conocidas en España.

La Fiesta de la Primavera tiene, además, la peculiaridad de durar no solo un día, sino 15. “Durante el Año Nuevo Chino, además de celebrar la supervivencia de la familia con su reunión, también se celebra la supervivencia de la comunidad”, indica Joaquín Beltrán. “Tanto las danzas del dragón como las óperas y espectáculos de música y baile programados por la comunidad son una ofrenda al mundo espiritual, un pago a su buena voluntad”, añade el antropólogo.

Las tradiciones del año nuevo se utilizan para espantar a los malos espíritus. Así, los que no pueden regresar con sus familias a China, decoran sus casas con farolillos de color rojo o con el pez yu, objetos que tienen por misión lo mismo que el año nuevo en sí: alejar al Nian, una bestia que habita bajo el mar y que sale de su escondite al inicio de la primavera para atacar a la gente, en especial a los niños.

En el primer capítulo de esta serie hablábamos de cuál es el origen de la inmigración china a Europa en general, y a España en particular. Este segundo hemos abordado las características, más o menos comunes, que describen a la comunidad. En el tercer capítulo nos sumergiremos en la China madrileña: Usera.