La catedral de los peces, la torre que surge del pantano

En el límite entre Burgos y Cantabria se alza una extraña torre. Surge de las aguas y parece dispuesta adrede dentro del enorme pantano. Con montañas y una península de fondo, la escena es de pura calma. Sin embargo, la historia que se esconde tras este bello Rincón del Finde es más turbulenta de lo que parece. Esto no impide que la catedral de los peces, que es como se llama este sepulcral edificio, sea uno de los atractivos más llamativos del embalse del Ebro y sus alrededores.

Un poco de historia de la catedral de los peces

Lo que hoy se conoce como catedral de los peces es en realidad la torre de la iglesia de Villanueva, parte del municipio de Las Rozas de Valdearroyo. Se elevó a finales del siglo XIX y, como templo, no tendría una trayectoria muy dilatada. Toda la zona era un cruce de caminos entre Santander, Bilbao y Burgos, entre montañas y páramos. La ganadería era el principal medio de vida, así como la minería. Esta, aunque hoy haya desaparecido en la práctica, supuso que la industria llegara relativamente pronto.

El embalse y el antiguo campanario. | Shutterstock

Pero para que la torre de la iglesia de Villanueva acabara separada de su templo habría que esperar a mediados de siglo. Durante décadas se planificó la creación del embalse del Ebro. Este acumularía las aguas del río más caudaloso de España en su curso más alto, anegando vegas y pueblos. Dentro de las historias infames asociadas a pantanos, como la de Riaño o la de Lanuza, la de este lugar ocupa un lugar destacado.

A finales de los 40 se finalizaron las obras y fue inaugurado por Franco en 1952. Durante todo el proceso se prometió a los damnificados compensaciones que no llegaron jamás. Parte de los pueblos, como Villanueva, tuvieron que moverse. Gracias a lo cerca que estaba su templo de la orilla, se pudo salvar su torre. Durante los últimos años ha ido cobrando fama y gracias a ello ha podido ser restaurada.

Las claves de la catedral de los peces

Aunque esté junto a un pueblecito, la catedral de los peces parece estar muy aislada. Cabe mencionar que hay que estar atento al cartel que indica el acceso al monumento. Se puede bajar en coche y, tras cruzar un arco de piedra, aparcarlo junto a unas guardas de madera y un cartel informativo. Una vez aquí, para llegar hasta la torre solo hay que recorrer a pie un corto sendero con vegetación a los lados. Este desemboca en el campanario junto a la orilla del embalse del Ebro.

La torre durante la época estival. | Shutterstock

Una pasarela permite llegar hasta su base adentrándose en las aguas. En este punto las vistas ya son muy atractivas. Sin embargo, el punto fuerte es que se puede subir a lo alto de la torre. Diversas intervenciones hacen que el edificio luzca perfecto por fuera y que su interior sea accesible. Desde arriba las vistas son impresionantes, abarcando el embalse y la península de La Lastra. Una amplitud que no se puede percibir desde ningún otro lado.

Rincones cercanos a la catedral de los peces

La montaña entre Burgos y Cantabria es un espectáculo natural. Tanto la comarca de Campoo-Los Valles como el extremo noroeste de las Merindades poseen atractivos casi innumerables, muy variados. En primer plano queda todo el embalse del Ebro, con hitos como el balneario de Corconte, diversos ejemplos de románico, la domus romana de Retortillo o la península de La Lastra. Reinosa sirve como punto de referencia en el lado oeste, una base estupenda y con todos los servicios para conocer la zona.

Avanzando a Cantabria, la mejor opción es conocer el Parque Natural de Saja-Besaya. De camino desde Reinosa se puede ver el nacimiento del Ebro, con su famosa virgen del Pilar. Ya en el lugar hay multitud de rutas para realizar y miradores que disfrutar, como el de la Cardosa. Bárcena Mayor es la única localidad dentro del espacio natural. Se trata de un pueblo de piedra, muy bien conservado y en donde se pueden probar algunos de los mejores cocidos montañeses de Cantabria.

Cascada del Tobazo, cerca de Orbaneja el Castillo. | Fuente propia

Mientras tanto, en Burgos todo el curso del Ebro ofrece vistas de primera. Entre sus hoces se extienden bosques de hayas y robles, así como pueblos tan bonitos como Orbaneja del Castillo. Junto al curso fluvial hay otras muy variadas opciones. El monumento natural de Ojo Guareña por ejemplo, un conjunto de cuevas y ermita rupestre alucinante. Puentedey, un pueblo en torno a un arco de piedra monumental, es otra opción cercana. Otra alternativa magnífica son las ruinas del monasterio de Santa María de Rioseco, cisterciense y junto al rugiente Ebro.

Por su historia y su belleza, por eso es nuestro Rincón del Finde

Catedral de los peces. | Shutterstock

La catedral de los peces es un lugar de fácil acceso en una zona que tiene muchísimo que ver. Una atalaya desde contemplar un embalse de pasado dramático y las montañas que le ponen fondo. Como surgida de la nada, este Rincón del Finde es una excusa perfecta para subir a esta franja entre Burgos y Cantabria, poco masificada y muy auténtica. En resumen, que hay motivos de sobra para visitar esta antigua torre.