Temperaturas altas en temporada alta: cómo afecta el cambio climático al turismo
2023 fue el año más caluroso registrado de la historia. Teniendo en cuenta que en ese periodo España batió su récord de viajeros internacionales, podríamos pensar que las temperaturas extremas no afectan demasiado al sector turístico.
Pero eso no es del todo cierto. Aunque España continúa siendo uno de los destinos favoritos de los turistas internacionales, el cambio climático ha influido en su comportamiento.
El turista cambia de opinión
De acuerdo con el estudio La fidelización del turismo y el cambio climático que llevó a cabo el centro de estudios CaixaBank Research, el aumento de las temperaturas en España está directamente relacionado con el gasto y la duración de las estancias de los turistas recurrentes.
El estudio se basa en los datos de pagos realizados con tarjetas extranjeras en TPV de la entidad bancaria homónima y los vincula con el aumento de las temperaturas. Compara la temperatura de aquellas zonas con más gasto en 2022 y 2023 con la que se experimentó en el periodo entre 1961 y 1990.
En 2022, la temperatura superó a la del periodo señalado por 8 ºC, una diferencia que equivale a una ola de calor. El 14,0 % de turistas que pensaban regresar a España se convirtió en un 12,1 % tras experimentar temperaturas extremas. El cambio de opinión fue drástico en el caso de los estadounidenses, que pasaron de un 11,2 % a un 7,4 %, y los ingleses, cuyo porcentaje inicial de 8,6 % se convirtió en un 5 %.
Destinos más frescos y con mejor infraestructura
Sin embargo, el número de turistas recurrentes no es lo único que cambia; los destinos también lo hacen. Ahora los viajeros se decantan por zonas menos calurosas y dejan atrás la cálida costa mediterránea.
Según El impacto del cambio climático en el turismo en España: análisis y perspectivas, otro estudio conducido por CaixaBank Research, la costa atlántica ha experimentado un gran crecimiento desde julio y agosto de 2019. Abarca áreas de temperaturas y aguas más frescas que atraen a aquellas personas que huyen del calor.
El crecimiento de la costa mediterránea se ha quedado lejos del ejemplo anterior, ya que los turistas invierten menos en esta zona. Se han visto especialmente afectados los municipios costeros, que antes captaban a los veraneantes con la promesa de días de playa y chiringuito.
La zona norte cada vez recibe más turistas, y es que el cambio climático obliga a cambiar el rumbo y buscar alternativas a los que antes eran destinos top. Estos nuevos favoritos experimentan un crecimiento positivo del gasto turístico, mientras que la cifra disminuye en los que se quedan atrás.
Otra opción cada vez más popular es el turismo urbano, que gana adeptos gracias a sus posibilidades de ocio. La oferta cultural de las grandes ciudades suele esconderse en edificios como museos y galerías de arte donde el turista se refugia del sol y el calor de la temporada alta.