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Qué ver en Villafranca del Bierzo

Panorámica que ver en Villafranca del Bierzo

El bello remedio de Compostela

Esta villa señorial queda enclavada en Los Ancares Leoneses, en pleno Bierzo. Tiene una iglesia que puede aliviar la carga espiritual de quien se halle impedido para continuar hasta Compostela. Su amplio patrimonio hace que la visita merezca la pena se sea peregrino o no. Descubre la historia y lo mejor que ver en Villafranca del Bierzo.

Qué ver en Ponferrada

 

Planifica tu escapada a Villafranca del Bierzo

Lo que ver en Villafranca del Bierzo se recorre entre media y una jornada. Sin embargo, el gran ambiente tanto de la villa como el de la comarca hacen que lo ideal sea gastar tres o cuatro días en ella. Para completar la visión urbana de El Bierzo se puede ir a Ponferrada. Por otro lado, los amantes de la naturaleza disfrutarán del insólito paraje de Las Médulas. El Parque de los Ancares leoneses, lugar aislado y fascinante, es la alternativa natural más cercana. Es muy notable la presencia de peregrinos del Camino de Santiago Francés, que al día siguiente afrontarán la subida al Cebreiro.

En las páginas sobre dormir y comer en Villafanca del Bierzo hay una buena selección de restauración y hostelería. Además, la situación de esta población la hace ideal para varias actividades de turismo activo en la provincia de León.

¿Quieres conocer este sitio?

Conviene repasar la historia del lugar antes de asaltar lo que ver en Villafranca del Bierzo. Así, hay varios castros en los alrededores que pudieron dar origen a la villa. Uno de los más conocidos es el Castro de la Ventosa. Después se erigiría la primitiva ciudad celta de Bergidum, trasladada después a Cacabelos con el nombre de Bergidum Flavium. Esta fue capital del Convento Jurídico de Astorga. Mientras tanto, en la zona de Villafranca se situaba la ciudad romana de Carcesa, a la que accedían las calzadas prerromanas XIX y XX mencionadas en el Itinerario de Antonino.

Hacia el 791, Bermudo I de Asturias se enfrentó junto al río Burbia a los musulmanes que regresaban de Galicia. Tal fue su derrota que decidió ceder la corona a su sobrino Alfonso II el Casto. Tras descubrirse el cuerpo del Apóstol Santiago en el 813, comenzó la peregrinación a Compostela. Villafranca se destacó como el último punto de descanso de los peregrinos antes de adentrarse en el angosto valle del Valcarce. Una leyenda atribuye su fundación a vaqueiros de Tineo y Luarca, que llegaron aquí buscando una vaca blanca perdida.

En una estela del Camino de Santiago, datada en el 1070, se precisa el origen medieval más probable. Por entonces se debió producir un asentamiento de peregrinos francos. Esto explicaría su topónimo, pues de villa francorum derivaría a Villafranca.

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Una comunidad de monjes cluniacenses, los “monjes negros”, fueron traídos por Alfonso VI para atender a los peregrinos. Los religiosos fundaron Santa María de Cluniaco ó Cruñego. Junto a ellos trajeron el cultivo de la vid, hoy básico en la zona. Hubo varios hospitales al cuidado de los peregrinos jacobeos: el Hospital de Santiago, la Leprosería de San Lázaro, el Hospital de San Roque, el Hospital de San Juan y el Hospital de la Caridad del Sancti Spiritus.

Antes de terminar el siglo XII, Alfonso VII otorgó el señorío a su hermana doña Sancha. Contaba con una posición estratégica, de paso a Galicia, y los peregrinos aportaban una gran prosperidad. Por ello, su propiedad suscitó numerosas disputas entre reyes, nobleza y el arzobispado compostelano bajo cuya tutela permaneció por un tiempo.

Durante 1486 los Reyes Católicos transformaron el Señorío en Marquesado. Luis Pimentel y Pacheco, hijo del influyente conde de Benavente, fue quien se hizo con él. Tal hito marcó el inicio de un largo periodo de esplendor, reflejado en numerosas fundaciones y construcciones. No en vano, el marqués tuvo el importante cargo de virrey de Napoles.

Gracias al auge de Villafranca del Bierzo, el Monasterio cluniacense alcanzó la categoría de colegiata. Con dependencia exclusiva de Roma, el pueblo tuvo un abad, con veinticuatro canónigos. De ellos dependían sesenta parroquias. La ciudad hizo gala de un importante poder religioso y económico que propició que en los pacíficos siglos XVII y XVIII llegara a ser un destacado centro comercial, artístico y cultural.

Villafranca del Bierzo fotografia antigua
Villafranca del Bierzo en una antigua fotografía

La prosperidad acabó en 1808 con la invasión napoleónica. Fue elegida como cuartel general del Ejército de Galicia. De esta forma sería saqueada en repetidas ocasiones. La destrucción y los robos no se debieron solo a los franceses, sino también a los aliados ingleses. En 1810, Villafranca del Bierzo fue recuperada por tercera vez. Entonces se alzó como base de operaciones para la reconquista de Astorga.

Con todo, su relevancia quedó de manifiesto al ser declarada en 1822 capital de la provincia de El Bierzo. Dicha alegría duró solo hasta la reorganización de Javier de Burgos de 1833. Durante 1858 fue visitada por la reina Isabel II y su hijo, que pasaron allí dos días.

El recorrido por lo que ver en Villafranca del Bierzo se inicia en la parte alta. Allí se alza el Castillo-Palacio de los Marqueses de Villafranca. Se trata de una construcción palaciega del siglo XVI con macizos torreones laterales. Parte del edificio está habitado por la familia del compositor de la Generación del 51, Cristobal Halffter. En todo caso, el conjunto no está abierto al público.

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Una calle empinada conduce, frente al castillo, a la Iglesia de Santiago. A su vera entran los peregrinos del Camino de Santiago Francés a la localidad. El edificio es románico, del siglo XII, y desde antiguo fue importante dentro de la ruta jacobea. Su Puerta del Perdón permite a los peregrinos impedidos lograr los mismos beneficios espirituales obtenidos llegando Compostela. La puerta se abre en Año Santo cumplidos una serie de requisitos. Por ello es uno de los lugares preferidos que ver en Villafranca del Bierzo para los peregrinos. En lo arquitectónico, está enmarcada por cuatro arquivoltas sobre finas columnas con capiteles.

La Plaza Mayor de Villafranca del Bierzo, ya en la parte baja de la villa, señala el comienzo del casco urbano. Desde ella se observa en un solar elevado la Iglesia del desamortizado y desparecido Convento de San Francisco (siglo XIII). Se cree que pudo fundarlo el propio santo de Asís. El templo es una construcción románica con cabecera gótica. Asimismo, posee un artesonado mudéjar del mismo siglo, el XV. Por su parte, el interior del edificio del Ayuntamiento (siglo XIX) alberga un teatro construido en 1905.

La Calle del Agua atraviesa el primitivo núcleo urbano casi de punta a punta. Sus edificios principales son renacentistas y barrocos. De esta forma, palacios y casas con balconadas y rejerías asoman a esa vía. Entre dichas construcciones sobresale el Palacio de Torquemada. De estilo barroco, queda rematado por templetes airosos. La Casa Morisca contigua, en el número 31, data del siglo XV. Enfrente, la Mansión de los Álvarez de Toledo se puede identificar por su doble blasón.

Más adelante, en el Convento de San José del siglo XVII, la lápida del número 15 informa sobre la casa natal del novelista romántico Enrique Gil y Carrasco. En el número 6 varias losas de piedra rememoran versos de poetas locales.

La Rúa Nueva acoge el Convento de la Anunciada. Fue levantado en el siglo XVII sobre un antiguo hospital de peregrinos. Posee una colección de 30 cuadros de ermitaños de principios del siglo XVII, obra del pintor flamenco Paul Bril. Además, en su iglesia se custodia el cuerpo de San Lorenzo de Briondis, doctor de la Iglesia. Por otro lado, el enclave guarda un ciprés de más de 400 años, catalogado como árbol monumental de España.

Por la Calle del Agua se llega al gran hito que ver en Villafranca del Bierzo. Se trata de la inacabada Colegiata de Santa María. La construcción está erigida sobre la antigua abadía de Cluniaco (1544) por un discípulo de Gil de Hontañón. El actual templo es resultado de la reconstrucción ordenada por el segundo marqués de Villafranca, Pedro de Toledo. Sus rasgos estilísticos son gótico-tardíos, herrerianos y platerescos.

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Por dentro, resalta el retablo del Altar Mayor, neoclásico y dedicado a la Asunción de la Virgen. El coro data de la segunda mitad del S. XVIII, entre barroco y rococó. Muy notable resulta su Silla Abacial, con el tema del “Buen Pastor”. Sobre ella puede admirarse el monumental escudo de armas de los Marqueses. Varios pasos de Semana Santa son custodiados en la Colegiata de Santa María. Los más destacados son el Ecce Homo, Jesús en la Borriquilla, Jesús atado a la Columna y El Cristo de la Misericordia. Por último, en la trasera del edificio se extiende, con estructura de jardín francés, La Alameda.

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Colegiata Santa María

En el centro de la villa se halla otro notable elemento que ver en Villafranca del Bierzo. Se trata de San Nicolás del Real, que llama la atención por sus grandes dimensiones. Impresiona su aspecto severo de traza renacentista, así como la decoración barroca. Este caserón fue fundado como colegio jesuítico a inicios del siglo XVII y actualmente alberga el Museo de Ciencias Naturales y Etnográfico. Para visitarlo es necesario contactar primero con la Oficina de Turismo. Tal espacio posee una colección que incluye taxidermia, malacológica, mineralógica e instrumentos relacionados con la destilación licorera.

A 4 kms hacia el sur, por el desvío a la izquierda de la carretera N VI se llega a Corullón. Esta pequeña localidad conserva un castillo del siglo XV y dos iglesias románicas. El mirador al que se llega sobrepasado el pueblo permite contemplar todo el valle. Con esto termina el repaso a lo mejor que ver en Villafranca del Bierzo y alrededores.

Imprescindibles

castillo marqueses villafranca
Castillo-Palacio de los Marqueses de Villafranca
san nicolas real villafranca bierzo
San Nicolás el Real

Datos prácticos

Coordenadas

42º 36’ 27’’ N, 6º 48’ 27’’ W

Distancias

León 138 km, Madrid 402 km.

Altitud

500 m.

Habitantes

3316 (2013).

Estas son las grandes fiestas que ver en Villafranca del Bierzo. Fiesta de San Tirso (28 de enero) Gran Hoguera. Carnavales, Semana Santa, Desfiles de mayo y Fiestas patronales del Cristo de la Esperanza (12-15 de septiembre).

He aquí otras celebraciones notables que ver en Villafranca del Bierzo. Fiesta de la poesía (comienzo primavera). Recitales públicos en La Alameda. Festival Internacional Músicas del Mundo (julio), Feria Interregional de Gastronomía, Artesanía y Vino en el Camino de Santiago (en torno al 15 de agosto). Coincide con la Fiesta del Turista (musica folk, desfiles y bailes populares).

Cooperativa Vinícola Villafranquina, Pérez Caramés y Palacio de Arganza.