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Rioja, un vino reflejo de su tierra

Rioja Alta

Rioja. Si alguien escucha esa palabra, su mente vuela automáticamente hacia un par de conceptos: tierra y vino. A cuál de los dos se asocia antes es ya más complicado, pues ambos significados caminan por el mundo entrelazados como uno solo. Porque Rioja es muchas cosas, pero ante todo es vino.

“La civilización de la vid y el vino era una realidad en las tierras riojanas hace más de 2.000 años, como lo testimonian los numerosos restos arqueológicos de lagares y bodegas datadas en la época de dominación romana”, señalan desde la Denominación. Esta herencia se tradujo en su reconocimiento como Denominación de Origen en 1925, convirtiéndose en la primera de España. Y recorriendo este mismo camino, en 1991, la Denominación, haciendo uso de ese dinamismo que tanto la caracteriza, volvió a ser pionera: pasó a ser Denominación de Origen Calificada. De nuevo, la primera del país.

Riscos de Bilibio
Riscos de Bilibio. | Consejo Regulador DOCa Rioja

La calidad y el mimo con el que trata sus vinos, junto con sus siglos de historia hacen de Rioja la Denominación de Origen más famosa de España, extendiéndose su prestigio y consumo por el resto del mundo. Porque como buen hijo de sus padres, el vino es un reflejo de su tierra. Así, según esta máxima, cada zona de la comarca debería poder ofrecer un vino distinto, que sea portador de sus rasgos. Y así es.

En Rioja existen tres subzonas de producción que hacen gala de la gran diversidad de climas, suelos y variedades que contiene la región: Rioja Alta, Rioja Oriental y Rioja Alavesa. Cada una de ellas gesta un amplio abanico de vinos de diferentes características y personalidades. Por eso se dice que hay más de 1001 Riojas o un Rioja para cada persona y momento.

Ruta por Rioja Alta, el hogar de los barrios del vino

San Asensio
Paisaje en la localidad de San Asensio. | Consejo Regulador DOCa Rioja

La Rioja Alta se corresponde con la zona más occidental de la comarca, extendiéndose a lo largo de nada menos que 77 municipios. La cultura del vino aquí está tan arraigada que, además de la gran oferta turística que atrae a visitantes nacionales e internacionales, es fácil apreciarla en la vida cotidiana de las gentes que la habitan. De hecho, desde el principio de los tiempos, los primeros pobladores de esta zona se decantaron precisamente por esta actividad.

Así, en La Rioja Alta, las huellas del patrimonio están por todas partes. Desde lagares rupestres hasta bodegas de lo más vanguardistas, esta tierra de contrastes no deja de sorprendernos. En cuanto a los primeros, la zona que se ubica entre las localidades de San Vicente y Ábalos es la más representativa. Aquí hay casi un centenar de lagares excavados en tierra con miles de años de antigüedad.

bodega en Haro
Bodegas López Heredia. | Consejo Regulador DOCa Rioja

Luego, en la región son muy representativos los llamados barrios de bodegas o, lo que es lo mismo, kilómetros de bodegas familiares que se agrupan en barrios creando auténticas miniciudades subterráneas. Algunos de los barrios de bodegas más conocidos son el Barrio de las Cuevas, ubicado en la localidad de San Asensio, el cual cuenta con alrededor de 300 cuevas escondidas bajo el cerro Verballe; o el barrio de la estación de Haro, un punto de encuentro recurrente para los amantes del enoturismo donde se concentran algunas de las bodegas de Rioja más conocidas del mundo.

Asimismo, la zona de La Rioja Alta dispone de más de 20 rutas de senderismo que se reparten por toda su orografía, permitiendo al visitante integrarse en los viñedos y en lugares como la sierra del Toloño, combinando paisajes fascinantes con historia.

Ruta por Rioja Oriental y sus colores infinitos

Rioja Oriental ocupa la parte más al este de la Comunidad Autónoma de La Rioja, así como parte de la Comunidad Foral de Navarra. Esta zona se diferencia de las otras dos porque posee un clima algo más cálido y seco a lo largo del año, donde las uvas de las variedades Garnacha y Graciano (además de la archiconocida y distintiva de la región, Tempranillo) son las reinas. Los vinos resultantes, tanto tintos, como rosáceos y blancos, poseen una variedad de tonalidades casi infinita.

En Rioja Baja al vino lo acompañan comidas de primera categoría con su propia Denominación de Origen. Tal es el caso del aceite de oliva virgen extra, la pera, los champiñones, las alcachofas y la coliflor. De postre, en la zona son muy típicos los fardelejos, un dulce hecho a base de almendra y hojaldre.

Rioja
Tostas de diferentes sabores en Rioja. | Consejo Regulador DOCa Rioja

Por supuesto, a la experiencia por los sabores y los olores la acompaña siempre otra visual. Rioja Oriental es Reserva de la Biosfera y Red Natura 2000, lo que significa que los amantes del senderismo, la naturaleza o la astronomía (en noches estrelladas libres de contaminación) encontrarán numerosas opciones que acompañan al vino durante el viaje.

Como patrimonio cultural, el visitante tampoco quedará decepcionado. El yacimiento celtíbero de Contrebia Leucade o la cueva rupestre de los Cien Pilares aportan el elemento prehistórico. La ruta por los castillos y monasterios, el medieval. Y en medio, no sería raro encontrar a algún peregrino, pues Rioja Oriental es paso obligado del Camino de Santiago del Ebro.

Rioja Oriental
Viñedo en la zona de la Rioja Oriental. | Consejo Regulador DOCa Rioja

Ruta por Rioja Alavesa, un destino enológico internacional

Conocer los frutos que da el mundo es también una forma de vivirlo. De la Rioja Alavesa, por ejemplo, se puede disfrutar mucho saboreándola directamente. Dentro de la región de Álava, se encuentra esta subzona de Rioja delimitada al norte por la conjunción de las sierras de Cantabria y Toloño y, al sur, por el río Ebro.

La ruta del vino por Rioja Alavesa es un destino enológico también muy conocido que cuenta con todo tipo de establecimientos dedicados a la producción y comercialización del vino. Los suelos de la zona, arcilloso-calcáreos, permiten la filtración del agua en la tierra impregnando las cepas de las viñas de humedad. A su vez, la sierra de Toloño las protege del viento. Bajo estas condiciones, la variedad de uva más producida es la de Tempranillo y los vinos estrella son los tintos.

Bodegas Marqués de Riscal
Bodegas Marqués de Riscal. | Consejo Regulador DOCa Rioja

A la producción del vino la acompañan paisajes y miradores naturales privilegiados, como el pinar de Dueñas de Labranza y el Parque Natural de Urbasa, o municipios medievales como Laguardia. Este último es, de hecho, la capital de la comarca.

Del sabor afrutado y amable del vino y las visitas turísticas imprescindibles, se disfruta aún más, como todo, con una comida que lo acompañe, y en cualquier parte de la comarca de Rioja saben del arte del buen comer. Aquí, los pinchos toman las cocinas y los bares, haciéndose los compañeros ideales de los vinos de Rioja. La patata alavesa y el aceite virgen extra estarán, seguro, presentes en casi todos los platos.

Rioja, un abanico de sabores

Como se puede ver, la búsqueda de los matices, variedades y contrastes del vino Rioja puede llevar al viajero a descubrir una infinidad de sabores, colores y olores, así como una infinidad de destinos. Porque si el vino es un reflejo de su tierra, los lugares de esta región son igual de diversos y ricos.

Artículo realizado en colaboración con la Denominación de Origen Calificada Rioja.