Jueves 29 de julio de 1909, Barcelona, L’indomable de Barcelona
Las masas obreras quemaron, en la noche del martes al miércoles, decenas de edificios eclesiásticos. Ni siquiera se sabe el alcance real de unos daños que han dejado al menos una víctima mortal entre los religiosos, un fraile que ha fallecido tras el incendio de la residencia de los Maristas. Durante estos dos días se ha visto incluso a algunos hombres bailando por las calles con los cadáveres de monjas que han sacado de sus tumbas, calles que, además, están llenas de barricadas. Por otra parte, nadie quiere hacerse ya cargo de la dirección de esta insurrección que ha tomado una dirección muy diferente a la del inicio.
Arde la Ciudad Condal
La mañana del miércoles, la Ciudad Condal amanecía salpicada de inmensas columnas de humo. La quema de Los Maristas de Poblenou, de la que este diario informó el pasado martes, fue el primero de una serie de incendios que han convertido a Barcelona en un infierno. Los objetivos han sido, en su enorme mayoría, los edificios eclesiásticos, aunque también es cierto que la gran mayoría de los ataques no se han dirigido a las personas, sino a los bienes materiales. La protesta por la guerra ha pasado, tal como predecía L’indomable de Barcelona, a una revuelta anticlerical con nefastas consecuencias.