fbpx

Los Caballucos del Diablo, el mal que despierta por San Juan

Trébol de cuatro hojas

Amanece en el día de San Juan, un año más. Los montes cántabros se llenan de luz, también sus valles, sus pueblos, sus ciudades y sus gentes. Ya no hay miedo. Las hogueras se han apagado y el diablo ha regresado a donde pertenece, aunque habiendo cabalgado, como cada noche, en su vehículo particular. Algunos aldeanos mantienen también sus tradiciones: amanece en el día de San Juan y entonces salen a la naturaleza, que los recibe con los brazos abiertos.

Estos aldeanos buscan flores de agua, aunque la veracidad de su existencia se ha perdido en el tiempo, quedando convertidas en poco más que una leyenda. Se acepta como una excusa para salir a observar cómo el astro, en su día de mayor protagonismo, se adueña del cielo. Buscan también tréboles de cuatro hojas, que impedirán que el afortunado que los encuentre pase hambre el resto de una vida que será, además, centenaria, de buena salud y entereza ante las desazones. Los buscan aun sabiendo que tal vez no los encuentren nunca. Puede que los Caballucos del Diablo, cabalgados por éste, hayan arrasado con la totalidad de los montes cántabros la noche anterior.

 

Hazte premium

y sigue leyendo

PLAN MENSUAL

1.99€/mes

PLAN TRIMESTRAL

4.99€/trimestre

PLAN ANUAL

17.99€/año

Disfruta de los mejores reportajes, series y entrevistas

¡SIN COMPROMISO!

También te puede interesar  El sorprendente laberinto de setas pétreas en Castilla y León