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La Motilla del Azuer, la ciudad perdida de la Edad de Bronce

Motilla del Azuer

Que la Motilla del Azuer es una maravilla es algo que salta a la vista. A la de pájaro, porque da la sensación de ser un laberinto de formas sinuosas en el que perderse. También cuando uno se planta delante de sus muros, algunos de los cuales superan los ocho metros de altura. Y, aún más, cuando se descubre su historia. La Motilla del Azuer, situada en el municipio de Daimiel, en Castilla-La Mancha, pertenece a la historia antigua de la península ibérica. A un momento del tiempo que resulta lejano, inevitablemente misterioso, casi desconocido, siempre estimulante.

¿Por qué fue importante?

La Motilla del Azuer fue importante para esta sociedad prehistórica porque cumplió una función que sigue siendo de evidente valor vital hoy en día: fue su hogar. Sin embargo, estos asentamientos fueron únicos, raros, incluso en plena Edad del Bronce. Esto explica que solo se conserven una treintena de motillas. De todas ellas, la protagonista de estas líneas, la cuarta de las 7 Maravillas de la España Antigua, es la de mayores dimensiones.

Motilla del Azuer
Motilla del Azuer | Shutterstock

En esta Edad del Bronce, el ser humano se decantó por construir asentamientos variados, de diferentes formas y con diferentes objetivos. En el caso de las motillas, respondían a la necesidad de sus habitantes de sacar provecho a los espacios llanos que ocupaban. El cambio climático sufrido en las décadas anteriores había dejado como resultado un entorno más árido y más seco, y las motillas nacieron también como una respuesta a la necesidad de obtener agua del subsuelo. Así, en este enclave encontramos también el pozo documentado más antiguo de la Península.