La flor de Edelweiss tiene, ya desde el principio, nombre de leyenda. Tiene nombre de que va a hacer algo importante. Edelweiss suena, como mínimo, a protagonista de El señor de los anillos y por eso ya desde el inicio tiene la gloria ganada. Hay quien nace estrellado, como el pobre caballero Roldán, y hay quien nace estrella. De hecho, literalmente.
Cuenta la leyenda que la que hoy es conocida como la flor de los Pirineos fue, hace muchos siglos, una estrella. Eso explicaría su belleza y ese color de luna que durante tanto tiempo ha obsesionado a tantas personas. Es uno de los símbolos de esta cordillera y sus gentes, protagonista de innumerables historias y custodia de ese elemento mágico que ha vivido siempre en estas montañas.