Lo primero a lo que hace caso y llama su atención son las inmensas nubes que dibujan el cielo. Siente frío en los pies, baja la mirada y ve el agua que sube del mar y moja la arena. La viajera del arte se aparta para buscar una parte en la que el agua no bañe la superficie. Lo encuentra, sobre una pequeña roca observa el paisaje y lo siente.
La cantidad de embarcaciones que se posan sobre el lugar le puede dar una pista del enclave en el que se encuentra. Tiene que ser un municipio costero en el que la pesca sea un gran sustento económico para sus habitantes. Juega, como ya ha hecho en otra ocasión, a intentar averiguar información sin ayuda de la audioguía y hacer sus propias apuestas.