Se dice que fueron los visigodos quienes construyeron el castillo de San Jorge, del que hoy solo quedan historias y recuerdos. Aunque es una hipótesis que no cuenta con el respaldo generalizado de la comunidad histórica, sirve de base para comenzar esta narración dejando claro que este castillo sevillano vio pasar muchos siglos por sus muros.
Quizá Axataf, también conocido como Saqqaf, Chetaf o Axacad, se acogió en un principio a este carácter milenario de la construcción para resistir la emboscada de un Fernando III determinado a conquistar la ciudad del Guadalquivir. En una de sus orillas se situaba esta fortificación, que contaba con una muralla y diez torres. Además, hacía gala de un foso de impresión y un puente colgante que se alzaba a placer de quien ocupara la fortaleza.