Mientras en la catalana cova del Bolet mora la encantada pubilla de Sant Quintí de Mediona, en las profundidades de un rincón oculto de Málaga conviven, se dice, las leyendas de un tesoro, un fantasma y una diosa. Se trata de la cueva del Higuerón, del Rincón de la Victoria, del Tesoro o del Cantal. Todos estos nombres tiene. Ubicada a unos pocos kilómetros de la capital malagueña, guarda todo esto y más, como un imán del misticismo sin parangón.