El queso Camerano está muy unido a La Rioja donde la leche ha jugado un papel importante en la alimentación, pero al ser un producto perecedero surgió la necesidad de conservarla. Para ello los pastores utilizaban los quesos frescos para el consumo en temporada y curados para la época de escasez de alimentos.
El queso Camerano es un queso elaborado con leche de cabra de las razas Serrana, Murciana–Granadina, Malagueña, Alpina y sus cruces. Se utiliza leche pasterizada para los quesos frescos, tiernos y semicurados, para los quesos curados se puede usar tanto leche cruda como pasterizada. Es un queso compacto que prácticamente no presenta ojos, su forma es cilíndrica atortada, y se caracteriza por los dibujos que presenta en su exterior, generados por el molde de mimbre trenzado (cilla) que se utiliza para su elaboración.
Queso fresco: es de pasta blanda y no sufre maduración, se consume al término de la producción. Su pasta es blanca y brillante, no tiene ojos, la textura es laminar y gelificada, muy húmeda. Sabor dulce y levemente ácido.
Queso tierno: de pasta semidura presenta una maduración mínima de quince días. Su corteza está definida y no presenta mohos. De pasta blanquecina en la que no aparecen ojos. Sabor debilmente ácido y poco salado.
Queso semicurado: la maduración mínima en este caso es de treinta días, presenta una corteza muy bien definida con mohos de color pardo verdoso en su exterior. El color de la pasta va del blanco al márfil, con un aconsistencia dura o semidura y sin presencia de ojos. Sabor algo salado y levemente amargo, con toques que recuerdan a cueva, a bodega.
Queso curado: idéntico al semicurado salvo que presenta un periodo de maduración más alto, setenta y cinco días como mínimo.