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Alfarería y Cerámica de Canarias

Ceramica de Canarias

La característica principal de la alfarería de las Islas Canarias es la pervivencia de las técnicas arcaicas de los aborígenes, que sobrevivieron a la llegada de los modos de producción a torno, introducida por los alfareros andaluces con la conquista en el siglo XVI. El barro que se utiliza en el archipiélago está formado por un conjunto de materiales volcánicos, de ahí su gran diferencia con los barros que se emplean en la península. Al utilizar la arcilla tal y como está en la naturaleza, la técnica más adecuada  para elaborar las piezas es el urdido a mano. Otra característica de la cerámica de Canarias es que tradicionalmente fue elaborada preferentemente por mujeres, mientras los hombres se ocupaban de extraer y acarrear la arcilla. Una vez elaboradas las piezas, se cuecen en hornos primitivos de combustión a fuego directo, más parecidos a los de cocer el pan que a los de cerámica.

En la isla de Gran Canaria, se concentraban hasta hace poco varios núcleos alfareros, de los que solo perviven La Atalaya de Santa Brígida y La Degollada. En la primera localidad a principios de siglo había varias alfareras, que alternaban su trabajo con las labores en el campo, viviendo de manera muy precaria en cuevas de arenisca donde fabricaban las piezas sentadas en el suelo, teniendo como herramientas solo una caña para rascar y un guijarro para bruñir la superficie después de haberle dado una capa de almagre (óxido de hierro). La producción consiste en bernegales, cántaros troncocónicos, tostadores para harina de maíz o gofio, braseros, cántaros, ollas, lebrillos, cazuelas, platos y soperas. En la segunda localidad, La Degollada, había antes de la guerra civil unas cien alfareras, pasando en los años setenta a quedar solo una, Juliana Suárez Vega, que seguía haciendo una producción similar a La Atalaya de Santa Brígida.

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En la isla de Fuerteventura, hasta los años veinte hubo una producción de tipo arcaico en las localidades de Turineje, Tiscamanita, La Matilla, Tetir, Valles de Ortega y Antigua.

En la isla de Lanzarote solo hubo un centro alfarero, El Mojón, cuya alfarería está ya extinguida.

En la isla de Tenerife hubo dos núcleos alfareros de producción arcaica, La Victoria de Acentejo y Candelariaa. Otros dos centros se crearon debido a la llegada de alfareros de la península: uno de Salvatierra de los Barros (Badajoz) establecido en El Sauzal, y otro de Puente del Arzobispo (Toledo), que se estableció en San Benito (La Laguna).

En la isla de la Gomera hubo siete centros alfareros de tipo arcaico localizados en Benchijigua, El Gato, Alajeró, Erque, La Fortaleza, Arure y Chipude. Este último es el único que sobrevivió con varias alfareras, que han seguido las técnicas que ya hemos descrito antes así como una producción de piezas similar.

Texto del Dr. Abraham Rubio Celada, Asesor de cerámica de la Fundación Zuloaga y Socio de EcraServicios Integrales de Arte.

LOCALIDAD NOMBRE
Frontera Brigitte Hoyer
LOCALIDAD NOMBRE
Breña Alta José Luis Marzán Hernández
LOCALIDAD NOMBRE
Icod de los Vinos Angelika Hohmann
La Laguna Andrea Keller Roth
La Laguna José Ángel Hernández Marrero
La Laguna María Loyda Ramos Cordero
La Orotava José Julio Nieto Álvarez
La Orotava Taller de cerámica La Mocama
Santa Cruz de Tenerife Francisco Javier Martínez Romera
Santa Cruz de Tenerife Isabel Angulo Gonzalo
Santa Cruz de Tenerife Juan Pedro Ascanio Cabrera
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Imagen principal: Furya