Castilla la Mancha cuenta en la mayor parte de su territorio con un terreno que históricamente ha sido más que apropiado para el cultivo de mimbre, material con el que se han manufacturado la gran mayoría de productos hechos a base de fibras vegetales en la comunidad autónoma. La cestería manchega ha estado tradicionalmente ligada al mundo campesino que ha sido además uno de los principales sustentos económicos de la región. En la actualidad, el número de mimbreros artesanos ha descendido notablemente, pero pese a ello todavía hay en Castilla la Mancha profesionales que mantienen con vida esta actividad en lugares como Almagro, Cuenca o Guadalajara.
Cuenca ha desarrollado una “Ruta del Mimbre” que recorre los diferentes lugares dedicados a su cultivo y ha sido designada como “Área de Especial Interés Artesanal” en 2012.
Imagen: Cestería Marcilla