El Parque Natural de la Sierra de Irta fue declarado como tal en 2002 ocupando 15 kilómetros de litoral castellonense, el último sin edificar entre Francia y Almería. Comprende un total de 7.744 hectáreas terrestres y 2.448 marinas.
El hecho de ser un espacio libre de edificaciones, unido al progresivo abandono de toda actividad agropecuaria, ha configurado un espacio único en el litoral mediterráneo de España. Mantiene una excelente conservación de toda una serie de valores naturales y culturales.
El parque de la Sierra de Irta se encuentra formado por el valle de Estopert y dos alineaciones montañosas que discurren paralelas a la costa.
Su punto más elevado son los 572 metros del pico Campanelles. Su vertiente marina está plagada de acantilados, como el de Torre Badum, que discurren abruptamente hasta encontrarse con el mar. Cuenta además con un atractivo patrimonio cultural y arqueológico con elementos como los castillos de Alcalá de Chivert y Santa Magdalena de Pulpis (ambos pertenecientes a la Orden del Temple) los restos de un antiguo poblado íbero del siglo VII a.C, o varias ermitas y antiguas torres de vigilancia contra los piratas berberiscos que asolaban la costa.
Vegetación y fauna
En la sierra de Irta predomina una vegetación de matorral mediterráneo en la que el palmito ocupa un puesto preeminente. También presenta algunas masas forestales de pino blanco acompañadas de otras especies como el lentisco o la coscoja.
Las aves son la población animal más notables con abundantes ejemplares de águila perdicera, cernícalo, cormorán moñudo o gaviota de Audouin. Entre los mamíferos de la sierra de Irta hay destacables comunidades de murciélago, zorro, ardilla roja, jabalí o tejón. En los fondos marinos se extienden praderas de posidonia oceánica donde habitan especies como la dorada, el pajel o el sargo, además de múltiples ejemplares de moluscos y crustáceos.