La Selva de Irati se encuentra al norte de Navarra, compartiendo su terreno entre España y Francia. Se trata de una extensión forestal de más de 17.000 hectáreas considerada como el segundo bosque de hayas y abetos más extenso y mejor conservado de Europa, solo superado por la Selva Negra alemana.
Es un espacio de gran riqueza natural encuadrado en torno al valle del río Irati y junto a las cabeceras de los valles de Salazar y Aezkoa. La mayor parte del bosque se encuentra en estado virgen o semivirgen pese a las roturaciones masivas producidas durante siglos pasados.
El buen hacer de las gentes de estos valles, las propias características naturales del terreno y la adopción de varias figuras de protección han contribuido notablemente a su conservación.
Actualmente, la Selva de Irati se presenta como un espacio natural de primer orden en el que los árboles de sus bosques dibujan extensas capas de diversas tonalidades cambiantes que resultan especialmente atractivas durante los meses de otoño.
Vegetación y fauna
Dentro de este espacio aparecen espacios protegidos como las reservas naturales de Mendilatz y Tristuibartea o la Reserva Integral de Lizardoia. Esta última es importante ya que es uno de sus rincones más interesantes desde el punto de vista ecológico por sus bosques vírgenes con árboles de hasta 40 metros de altura.
El haya y el abeto constituyen las principales masas forestales de la Selva de Irati. Junto a ellas aparecen numerosas especies reintroducidas como olmos, tilos, avellanos, sauces o robles, uno de los árboles originarios de estos bosques.
Son numerosas las especies animales que habitan estos bosques. Cabe citar comunidades de aves como el pinzón, el reyezuelo o el petirrojo y mamíferos como jabalís, corzos o ciervos, cuya berrea se convierte en otro de los atractivos de la Selva de Irati durante los meses de otoño.