Los Ancares leoneses son conocidos en el mundo entero porque desde hace más de mil años son la sierra más importante que cruza el Camino Francés a Santiago de Compostela.
El territorio de los Ancares leoneses se extiende a través de 67.280 hectáreas de terreno. Está compartido entre las provincias de León y Lugo.
En el año 2006 fue uno de los espacios de España declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Por lo tanto, representa la vertiente oriental de un territorio que se comparte con el parque natural de los Ancares gallegos, situados en la provincia de Lugo.
Entre el término municipal de Pedrafita do Cebreiro y el pico Miravalles (en el límite con Asturias) los Ancares leoneses quedan conformados por una sucesión de valles horadados por cursos de agua. Por ejemplo, es el caso de los ríos Burbia, Ancares y Cúa.
El de los Ancares leoneses es un paraje montañoso que presenta sus mayores alturas en los picos Miravalles, Mustallas y Cuiña. Sin duda, en las mencionadas cotas pueden visitarse circos y lagunas de origen glaciar.
Estos valles han sufrido un aislamiento histórico a causa de sus dificultades de acceso y el duro clima durante el invierno. Por ello, los Ancares leoneses son una zona donde se preservan de forma natural los aspectos más tradicionales de las culturas leonesa, gallega y asturiana en forma de pequeñas aldeas y asentamientos.
Un buen ejemplo de estos modos de vida son las pallozas, horreos y teitos que todavía hoy en día se mantienen en pie. En consecuencia, se utilizan cotidianamente en estas montañas como elementos patrimoniales de las culturas que las habitan.
Vegetación y fauna
La vegetación de los Ancares leoneses varía en función de la altitud. Es decir, los puntos menos elevados de los Ancares leoneses cuentan con una vegetación rica en especies como el rebollo o la encina.
Además, conforme se asciende en altura, comienzan a aparecer masas forestales de roble, arce, serbal y abedul que dejan paso a una vegetación arbustiva propia de alta montaña.
Entre la fauna de los Ancares leoneses destacamos el corzo, nutria, lobo, desmán, oso pardo y liebre de piornal. Las aves que pueden observarse más a menudo son las águilas real y culebrera, el alimoche y el halcón peregrino. Mucho más difícil es llegar a ver un urogallo. Es una de las especies más representativas de los Ancares leoneses.