El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es el último superviviente en España del ecosistema de tablas fluviales; en éste caso las tablas surgen por el desbordamiento que se produce en la confluencia de los ríos Guadiana y Gigüela. Enclavado a escasos kilómetros de Ciudad Real, sus 1.928 hectáreas de extensión conforman un vasto humedal que es propiciado por el escaso desnivel de su terreno. Las Tablas de Daimiel están consideradas como uno de los ecosistemas acuíferos más importantes de toda la Península Ibérica.
Vegetación y fauna
Los grandes encharcamientos de las Tablas de Daimiel coinciden con la ruta migratoria de multitud de especies de aves, por lo que puede considerarse también un importante centro de invernada y nidificación para muchas de ellas como la garza imperial, la garza real, el sormomujo o el zampullín cuellinegro. Otras especies sedentarias del parque son el cangrejo de río, el barbo y la carpa, en el caso de peces; y el zorro, la nutria o el jabalí en el orden de los mamíferos. La flora de las Tablas de Daimiel está compuesta principalmente por especies palustres como el junco o la masiega, aunque también destacan las praderas inundadas de algas carófitas.