A mediados de febrero se celebra una de las fiestas más deliciosas de Galicia: La Fiesta de la Filloa. Este delicioso postre es, desde hace más de 300 años, protagonista de las mesas gallegas cuyo nombre cambia según la localidad como ‘freixó’ o ‘marrucho. Sus ingredientes son el carácter diferencial que le otorga autenticidad y es que quien crea que son igual que las crepes se equivocan. Las filloas se elaboran con huevo, leche, harina y agua, mientras que las crepes se hacen con mantequilla y sin agua. El resultado será óptimo gracias a la maestría de los artesanos que harán que el grosor sea el perfecto y mantendrás la piedra a alta temperatura.
Para poder hacer frente a la gran cantidad de personas que se acercan a estas fiestas, desde el 2004 cuentan con una máquina artesanal que permite producir una media de entre 1200 y 1600 filloas cada hora sin que el producto pierda su sabor y textura original. Además de este delicioso alimento, se ensalzan otros productos típicos de la tierra con los que se rellenan como puede ser la miel o el chorizo.
La Fiesta da comienzo desde primeras horas de la mañana el domingo con la puesta en marcha de todos los puestos que ofrecerán la esperada filloa. Será a medio día cuando se celebre el tradicional pregón que siempre corre a cargo de un personaje destacado. Después, comienza la degustación de las filloas al compás de diferentes grupos folclóricos, gaiteros y charandas que animarán cada momento.
Pero esto no acaba aquí, ya que por la tarde tiene lugar una de las acciones más esperadas: los “altos” y “atranques” de los famosos Xenerais y Correos del Entroido da Ulla, declarada Fiesta de Interés Turístico de Galicia en septiembre de 2013. Los llamados “Xenerais da Ulla” son los carnavales típicos de zonas rurales de Santiago de Compostela y de los municipios de su área. Es conocido por ser autor de coplas que recitan los xenerais (generales) en sus famosos altos o atranques. Es así como se denominan las luchas dialécticas entre generales que, al encontrarse en su recorrido a caballo por todo el término municipal, se dan el alto y miden sus fuerzas con ingeniosas críticas a todos los poderes para terminar juntando sus espadas en señal de armonía y de buena vecindad.
Para finalizar, la noche remata con unas actuaciones de orquestas que cantan canciones populares y ponen el broche final a unas jornadas inolvidables. ¿Te apuntarás?
