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Capítulo 2 de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano: las primeras tormentas

Los fuegos de San Antón en las primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano

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Las fases iniciales de la travesía atlántica no fueron fáciles para la Armada de la Especiería. Así, las primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano dejaron momentos que impresionaron a los marineros. Entre los fenómenos más espectaculares que vivieron estaban los fuegos de San Telmo. Era un tiempo en el que las leyendas todavía estaban vivas la tripulación se dio de bruces con varias de ellas.

Las Canarias y el árbol que da agua

Antes de que las primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano hicieran acto de presencia, la flota paró en las Canarias el 26 de septiembre. Era el primer alto tras su partida inicial desde Sanlúcar de Barrameda. El lugar escogido fue el sur de Tenerife, en lo que hoy es El Médano. En su Relación del Primer Viaje Alrededor del Mundo, Antonio Pigafetta lo denominó Monterroso. Este noble italiano fue uno de los 18 héroes que lograron culminar la circunnavegación y dejó constancia de lo que vio en el mencionado diario.

Avances travesía Elcano capítulo 2
Situación aproximada de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano durante las primeras tormentas. | Alex Miklan

Las Canarias eran todavía un territorio plagado de leyendas. Habían transcurrido algo más de dos décadas desde que se culminará la conquista insular por parte de Castilla. Debido a ello, los rumores sobre las islas que llevaban circulando desde época clásica seguían presentes. Uno de los principales tenía que ver con el agua dulce.

La célebre falta de ríos canaria era de sobra conocida. Debido a ello, la tradición señalaba a un árbol de corte mágico como manantial principal de El Hierro. Era el Garoé, que recogía la humedad de la niebla para suministrar el valioso líquido a los herreños. El til es posiblemente la especie que inspiró esta historia. Pigafetta y el resto de los marineros debieron escuchar una versión que extendía este hecho al resto de las ínsulas. Así, el aventurero italiano narra que en Tenerife “no llovía nunca” pero que existía un “árbol cuyas hojas destilan continuamente gotas de un agua excelente”.

Tormenta, deriva y fuegos de San Telmo

Sea como fuere, el 3 de octubre retomaron su misión mirando al sur. Siguieron el perfil de África, navegando entre la costa y las islas de Cabo Verde. En la misma dirección acabaron llegando a Sierra Leona, desde donde habría que saltar hacia América. Fue en esta parte del viaje donde se presentaron las primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano.

Los fuegos de San Antón en las primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano
Los fuegos de San Antón en las tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano. | Alex Miklan

La falta de experiencia y testimonios en travesías ecuatoriales generó desde la antigüedad la falsa idea de que en las latitudes ecuatoriales no llovía. Sin embargo, el mal tiempo se extendió hasta 60 días.

Lo que más impresionó a los marineros fueron los fuegos de San Telmo. Entonces se creía que era un signo de la protección divina de San Erasmo de Formia/San Elmo o el beato Pedro González Telmo. El primero es el patrón de los marineros y el segundo fue tomado por tal en el ámbito español. Ya desde la Grecia clásica el fenómeno se tomaba como algo positivo, asociándose a héroes y divinidades.

Pigafetta contó que quedaron prácticamente cegados por una “hermosa antorcha” que apareció en el mástil. La situación era peliaguda pero los fuegos de San Telmo parece que amainaron la tormenta. Pero no era ningún santo el responsable de las luces. Son las diferencias de potencial eléctrico las que permiten que ocurra el fenómeno. Se trata de un proceso parecido al de la creación de un rayo pero más estable. Así, el aire pasa a un estado de plasma, gas cargado eléctricamente, y las particularidades tormentosas hacen que tomen una forma fogosa.

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Primeras tormentas de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano