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Viveiro, un tesoro lucense que merece la pena redescubrir

Puente de Viveiro

Galicia es una de las comunidades dentro de España que mejor representan el ambiente rural y patrimonial del país. Con una localización envidiable en la cual el Atlántico y el Cantábrico, conjunta lo mejor de los mares y los frondosos bosques un clima estupendo para sembrar y cosechar, esta comunidad tiene multitud de pueblos esperando a ser descubiertos.

Dentro de todos sus encantos, la provincia de Lugo precisamente es una de las que más atractivas suele resultar a todos los visitantes que quieren empaparse de la esencia gallega. No en vano, se trata de la más grande de toda la comunidad y cuenta con todo tipo de contrastes que van desde el interior a la costa. Precisamente, uno de los pueblos que no pueden pasar desapercibidos dentro de la provincia es Viveiro. Ubicado al norte de Lugo, este pueblo tiene mucho que ofrecer. No destaca solo su entorno, sus playas aledañas o sus rutas de turismo rural, sino que además arrastra tras de sí una historia de más de 900 años y conserva un fantástico tesoro patrimonial entre sus calles.

Repasando la historia de Viveiro

Casas del paseo marítimo de Viveiro
Casas del paseo marítimo. | Shutterstock

Para poder entender la historia de Viveiro habría que remontarse hasta la Edad Media, aunque hay quien afirma que ya en su día esta localización fue un asentamiento de los celtas y los romanos. Lo cierto es que Viveiro comenzó a estar en el mapa un poco antes de la llegada de los musulmanes a la península. Tras la llegada de estos, se dice que fue el propio Don Pelayo el que felicitó al pueblo por su resistencia durante el periodo de Reconquista.

Poco antes de esto, también se cuenta que sufrió varios asedios por parte de los vikingos, razón por la cual incluso se conservan escritos de la llegada de las naves del norte. Sin embargo, fue a partir del siglo XIV cuando la villa comenzó a prosperar después de años de batallas y asedios. Entonces hubo un progreso económico, fomentado por las agrupaciones gremiales que le fueron dando su gran relevancia en ámbitos como la zapatería o en el alimentario.

A lo largo de los siglos, Viveiro ha sabido permanecer firmemente en el mapa. A pesar de los progresos de las ciudades y las despoblaciones de las zonas rurales, ha conservado su lugar gracias a la producción de cultivos, viñedos, linos y todo tipo de materias primas. Además, el proceso de industrialización les estabilizó como pueblo. En la actualidad, Viveiro es un lugar que guarda resquicios de toda su historia, de muchos siglos, y es uno de los destinos vacacionales más importantes de la provincia de Lugo.

Los grandes intereses de una escapada a Viveiro

Plaza Mayor de Viveiro
Plaza Mayor de Viveiro. | Shutterstock

Viveiro es un pueblo que no deja a nadie insatisfecho ya que cuenta con todo un abanico de posibilidades entre las que elegir. Al estar ubicado en la zona norte de Lugo y asentado en la desembocadura del Landro, tiene un entorno idóneo para hacer todo tipo de deportes acuáticos como remo, piragüismo o descensos. Además, a pocos kilómetros, se encuentran algunas de las playas más bonitas de la provincia como la playa de Arealonga o la salvaje de Bares.

Para los amantes del senderismo también Viveiro se convierte en una opción excelente. Desde aquí se pueden tomar varios senderos y rutas que llevan a lugares reconocidos en todo España. Por ejemplo, el camino de Souto da Retorta que llega al bosque de eucaliptos más antiguo de Europa o la ruta de Estaca de Bares que conduce caminando hasta A Coruña.

En cuanto a los turistas que disfrutan de los pueblos rurales y de todo su legado patrimonial, Viveiro es un pueblo que sorprende ya que cuenta con verdaderas reliquias que cuentan su historia más antigua desde el siglo VI hasta la actualidad. Asimismo, posee una exquisita gastronomía de la que disfrutar durante la visita.

Principales atractivos patrimoniales de Viveiro

Panorámica de Viveiro
Panorámica de Viveiro.| Shutterstock

Caminar por Viveiro es casi como estar en un museo ya que a cada paso que se da cuenta con alguna construcción o resto arquitectónico en el que pararse a tomar nota. Sin ir más lejos, el pueblo cuenta con los restos, bastante bien conservados, de la antigua muralla. Asimismo, aún siguen en pie algunas de las puertas de acceso como la impresionante puerta de Carlos V, o porta Do Castelo.

El núcleo central del pueblo se articula en torno a la plaza Mayor, donde están algunos de los principales edificios como el ayuntamiento o la casa de los Leones. A partir de aquí, hay varias calles desde las cuales se puede llegar a algunas de las construcciones más emblemáticas de Viveiro.

Por un lado, a pocos pasos de la plaza Mayor, se puede encontrar la emblemática iglesia románica de Santa María del Campo y, casi enfrente, la Gruta de Lourdes. También dentro del pueblo se puede llegar al convento de San Francisco y a su respectivo templo, los cuales en conjunto han sido declarados de Interés Cultural. Ya más a la afueras, también se puede conocer otro de sus grandes referentes patrimoniales, el monasterio de Nuestra Señora de Valdeflores.

Planes en los alrededores de Viveiro

Fuciño Do Porco en Viveiro
Fuciño Do Porco. | Shutterstock

Viveiro es un pueblo al que merece la pena dedicarle unos días para poder saborear toda su gastronomía, disfrutar de la ría y visitar sus calles. Sin embargo, debido a su privilegiada ubicación, también es un punto de partida excelente desde donde hacer excursiones. Algunos de sus principales atractivos más cercanos se detallan a continuación.

Fuciño Do Porco

Una de las rutas más asequibles y aptas para toda la familia es la que llega a Fuciño Do Porco, un peñón en mitad de la costa que está comunicado con una larga pasarela de madera por la que poder caminar. La ruta sale desde Viveiro y se puede hacer en poco más de media hora, disfrutando del generoso clima del norte de España y de las vistas al Cantábrico.

Souto da Retorta

Si lo que interesa es más el interior de la villa, desde Viveiro también se puede hacer otra ruta, siguiendo el afluente del río Landro que en aproximadamente media hora llega a otro de los lugares más emblemático de la zona. Se trata del eucaliptal más antiguo de Europa. Uno de sus puntos fuertes es el llamado árbol Ó avo (el abuelo) que tiene más de 140 años y un perímetro de 7 metros.