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El asombroso pueblo medieval y modernista bajo un castillo

Ulldecona

Hay pueblos que, a pesar de ser pequeños y estar aparentemente escondidos dentro del panorama nacional, no pasan desapercibidos. Ulldecona es uno de esos pueblos. Esta pequeña localidad de Cataluña con tan solo 6417 habitantes ha sabido sobrevivir y destacar. Hoy en día es uno de los lugares con más historia e interés cultural de todo Tarragona y es visitada a lo largo del año por miles de curiosos que quieren conocer un poco más de la historia catalana.

Ubicado en la comarca del Montsià, Ulldecona ha quedado anclado en lo alto de un montículo de piedra que ofrece unas privilegiadas vistas de toda la villa. Su castillo, del siglo XII, sigue coronando el lugar desde lo alto, haciendo un enorme contraste con su gran tradición arquitectónica modernista. A las afueras, a solo seis kilómetros, más de 400 pinturas rupestres recuerdan su pasado prehistórico.

El Castillo de Ulldecona, símbolo de su pasado

Castillo de Ulldecona
Castillo de Ulldecona. | Shutterstock

Lo primero que llama la atención al llegar a Ulldecona es su estructura y el entramado de sus calles. Desde arriba se podrá observar la clara distribución medieval. No en vano, este bonito pueblo ha sido testigo del paso de todas las culturas peninsulares, en especial la cristiana y la musulmana y sus construcciones son testigo de ello.

A pesar de que ya no quedan restos, el nombre de las calles periféricas, las Muradas, nos dan una pista de haber sido una ciudad amurallada. Pero, sin duda, su mayor tesoro medieval se encuentra capitaneando desde lo alto. Su castillo, datado del siglo XII, se sitúa en un punto estratégico desde donde se podían limitar los reinos cristianos y los musulmanes. En la actualidad, quedan las ruinas y aún sigue en pie la gran torre románica, parada obligatoria para todos sus visitantes.

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Dentro de su casco histórico, también se puede disfrutar de un pedazo de historia con edificios como la Iglesia de Sant Lluc, de estilo gótico catalán, o la Casa de la Comanda del siglo XV. Sin embargo, además de haber varias construcciones barrocas relevantes, el gran atractivo de Ulldecona es su mezcla de estilos y tiempos.

Dentro de la provincia de Tarragona, este pueblo es uno de los que mejor ha sabido convivir entre la arquitectura medieval antes mencionada y las construcciones modernistas del siglo pasado. César Martinell, discípulo de Gaudí, fue uno de sus mayores representantes. Edificios como la Oficina de Turismo o la Casa de la Feligresa son muestras de la enorme mezcolanza que tiene este sorprendente pueblo.

Las pinturas rupestres de Ulldecona

Pinturas rupestres de Ulldecona
Pinturas rupestres de Ulldecona. | Shutterstock

lldecona, sin embargo, no solo se queda anclado en la época medieval, sino que va un paso más allá, siendo una de las villas con mayor carácter prehistórico no solo de Cataluña, sino de buena parte de España. Si se dispone de tiempo, una parada obligatoria de este pueblo se encuentra a tan solo seis kilómetros: uno de los yacimientos pictóricos más impresionantes.

En total, se han llegado a contar hasta 400 pinturas rupestres que se vislumbran a lo largo de una gran ladera. Debido a la enorme importancia del yacimiento, los turistas no pueden acceder a su totalidad. Sin embargo, sí se pueden visitar dos de sus grandes zonas. En una de ellas se yergue una imponente pintura de un ciervo, símbolo de todo el complejo prehistórico. En la segunda se puede observar una elaborada escena de caza que ha supuesto todo un avance para el estudio de la prehistoria peninsular.

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Las pinturas rupestres se encuentran muy cercanas a la Ermita de la Pietat, un pequeño edificio blanco reposado en la ladera de la montaña que da la bienvenida con más de 8000 años de historia. Además, el Centro de Interpretación de Arte Rupestre Abrigos de la Ermita ha facilitado un lugar didáctico donde se puede saber más sobre el tema y descubrir aquellas pinturas a las que no se puede tener acceso presencial.

Olivares milenarios y gastronomía de lujo

Cerca de Ulldecona, un impresionante campo de olivos
Cerca de Ulldecona, un impresionante campo de olivos. | Shutterstock

Ulldecona no es solo arquitectura y restos históricos, también es gastronomía. Este pueblo, a pesar de ser pequeño en comparación con otros de la zona, cuenta en su interior con dos restaurantes que han sido Estrella Michelin. L’Antic Molí d’Ulldecona, al frente del chef Vicent Guimerà y Les Moles, de Jeroni Castell, han convertido este precioso lugar en una parada obligatoria para los amantes de la alta cocina. Aprovechando los productos locales y la agricultura y ganadería sostenible, estos dos chefs, a pesar de tener estilos diferentes, han sabido apostar por una fusión de tradiciones y productos de la zona que los han colocado en lo más alto del panorama catalán. Propuestas culinarias nuevas, experimentales y emprendedoras que no dejan a ningún paladar indiferente.

Sin embargo, la base del triunfo de la gastronomía en Ulldecona no solo reside en el indudable talento de sus cocineros, sino también en un producto milenario que proviene de unos campos muy especiales: el aceite de oliva. Esta localidad cuenta con un enorme bosque de olivos milenarios que abastecen con un aceite reputado y reconocido en toda la zona.

Estos olivares tienen una antigüedad de entre 1000 y hasta 2000 años. Se han llegado a contar hasta 200 olivos en su interior. Los visitantes a quienes les apasione el mundo gastronómico y culinario local no pueden perderse la visita a estos olivares y la degustación de su oro líquido que año tras año abastece y alimenta a toda la zona de Tarragona.

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