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Tierra Bobal, un mosaico de colores en Valencia

tierra bobal

La tierra es un lienzo en blanco y la naturaleza la paleta de colores. Al pintar los trazos de Tierra Bobal, territorio del interior de la Comunidad Valenciana, en la gama cromática predominan tres tonos: el verde de los árboles, el agua del río y, por supuesto, el malva de los viñedos. Aunque hay también algo de gris, pinceladas blancas, toques naranjas. Colores que acompañan a un territorio que huele y sabe a vino añejo, uno que cuenta con más de 2.500 años de historia y que acoge al que lo visita con un abrazo tan grande como el que se dan sus viñedos y bosques.

mapa tierra bobal

Un vino tan antiguo como su historia

Empezar por el principio significa, de nuevo, una cosa: vino. Porque aquí hay bodegas desde que llegaron los primeros pobladores de la zona, durante la Edad de Hierro, en el siglo VII a.C. ¿Podríamos decir que la historia de Tierra Bobal es entonces tan larga como la de su vino? Sí, podríamos. De hecho, en la Solana de las Pilillas se halla uno de los yacimientos de producción de vino más antiguos de España.

Pero además de vestigios íberos, por esta zona han pasado muchas otras civilizaciones. Desde romanos y musulmanes hasta, por supuesto, cristianos. Su huella está repartida por todo el territorio, concentrada, sobre todo, en los nueve municipios que lo componen: Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Chera, Fuenterrobles, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro, Villargordo del Cabriel y Requena.

Bodegas subterráneas de Requena
Bodegas subterráneas de Requena. | Tierra Bobal

Este último, por ejemplo, recoge los testigos del pasado cristiano a través de las iglesias de Santa María, San Salvador y San Nicolás. Desde lo alto, vigila el castillo. Y en las profundidades del subsuelo, una ciudad subterránea de túneles y cuevas. Las visitas turísticas pueden seguir en Caudete de las Fuentes, donde los íberos levantaron hace más de 2500 años una ciudad fortificada en el cerro de Los Villares: Kelin. Hoy, de este solo quedan unos cimientos que aún pueden visitarse. La Guerra Civil Española dejó, por cierto, su propia impronta en Tierra Bobal. Las trincheras de Contreras o el refugio antiaéreo de Utiel son testigos vivos de la contienda.

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Tonos verdes y azulados en los espacios naturales de Tierra Bobal

Pero antes de que todas estas civilizaciones pasaran por este rincón de Valencia, Tierra Bobal ya disponía de otros inquilinos: buitres leonados, águilas y pinzones, entre muchas otras especies aladas. Las aves aún siguen aquí, en este enclave conformado por nada menos que 25 espacios naturales, que se extienden desde la sierra Negrete hasta las orillas del río Cabriel. Y entre medias, la mayor concentración de bosques de la comunidad: los parques de Chera y de las hoces del Cabriel.

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Turismo astronómico en Sinarcas. | Tierra Bobal

Así, el bosque se halla intercalado con las zonas de viña. Ambos, paisajes que cada noche se ven envueltos por un manto oscuro salpicado por cientos de lejanas luces. Son las estrellas, que aquí se pueden ver casi cada noche en un cielo limpio de contaminación lumínica. De hecho, Tierra Bobal está catalogado como destino Starlight, lo que significa que hablamos de un lugar idílico para la observación del cielo nocturno. Todos estos paisajes tienen, por cierto, su traducción en rutas. Hay alrededor de 80 senderos.

El parque natural de Chera-Sot de Chera, un paisaje diferente

Algunas de estas rutas transitan entre las montañas del Parque Natural Geológico de Chera-Sot de Chera. Los límites del mismo se extienden entre los municipios de Chera y Sot de Chera, destacando de entre otros parques naturales por la importancia que en él alcanza la geología. Esto es así porque el terreno está plagado de fracturas geológicas a través de las que aflora una gran diversidad de estratos, permitiendo que barrancos, cascadas, desfiladeros y fuentes convivan en perfecta armonía. Es por ello que el primer parque geológico de la Comunidad Valenciana se asentó aquí.

En esta zona cabe destacar también la propia población de Chera, ubicada en el interior de esa enorme placa tectónica que forma parte del parque natural y que fue formada hace más de 65 millones de años. El castillo de Chera, la ermita de Chera o la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles son algunos de los monumentos que pueden visitarse en la localidad. Y, si el calor aprieta, las aguas del embalse del Buseo o las pozas del río Reatillo esperan.

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Carreteras en el parque natural de Chera-Sot de Chera. | Shutterstock

Las hoces del río Cabriel, el pulmón de Valencia

Tendemos a hacer turismo en la playa porque hay agua. Pero el azul no solo está en el mar, también tiñe los cursos de los ríos, arroyos y embalses. Agua fresca que mece a sus intrépidos navegantes a través de toboganes y rápidos, como en el caso del río Cabriel, uno de los espacios naturales más importantes de Tierra Bobal. Sus aguas están tan limpias que está considerado como uno de los ríos más puros de Europa.

Por otra parte, al Parque Natural Hoces del Cabriel está considerado el pulmón de Valencia debido a la gran cantidad de hectáreas que ocupa su densa vegetación. Forma parte de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel, un espacio que engloba, además de al parque natural, a la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel, esta vez perteneciente a Castilla-La Mancha. Un lugar que se puede recorrer con kayaks o piraguas a través del río, o a pie o en bicicleta a través de sus senderos, que encauzan con los municipios de Villargordo del Cabriel y Venta del Moro, ambos con cascos históricos que dan buena cuenta de su origen medieval.

Parque Natural de las Hoces del Cabriel
Parque Natural de las Hoces del Cabriel. | Tierra Bobal

La sierra de Negrete: un paraíso de roca

Otro de los espacios naturales imprescindibles de Tierra Bobal es la mencionada sierra del Negrete. Se trata de una cadena montañosa que marca el límite entre la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. De entre estas montañas, destacan los picos del Remedio y de Ropé, a 1306 y 1140 metros de altitud respectivamente.

Aunque quizás la zona favorita de esta sierra para hacer turismo activo sea el llamado Negrete Park, perteneciente al municipio de Utiel. Se trata de un espacio dedicado al deporte en la naturaleza, donde conviven las rutas de senderismo y BTT con otras actividades como la escalada y las carreras de orientación. El Negrete Park incluso dispone de una senda adaptada, así como de otros servicios como albergues. En definitiva: un paraíso para los amantes de la montaña.

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El morado del vino, el color preferido de Tierra Bobal

Pero si Tierra Bobal tiene una gama cromática predominante, esa es la del morado. De sus viñedos verdes se desprenden las uvas, que más tarde se convertirán en vino. Un 70% de ellos están dedicados a la uva que da nombre a esta zona: la bobal, que da un vino más ácido y menos alcohólico de lo normal. Las uvas tintas ocupan, por su parte, un 12% de los viñedos, mientras que las blancas presentan un 13% de los cultivos. Todos ellos porcentajes sacados en base a la comarca de Utiel-Requena, el mismo nombre que posee una de las primeras denominaciones de origen reconocidas en España: la Denominación de Origen Utiel-Requena.

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Yacimiento de Kelin. | Tierra Bobal

Teniendo como epicentro a esta actividad que ha marcado la vida de los habitantes de Tierra Bobal desde siempre, hay una gran variedad de ofertas turísticas. Museos del vino, rutas de senderismo, eventos enológicos y, por supuesto, bodegas, que se extienden como ríos carmesíes a través de la zona. Una de las visitas imprescindibles es precisamente el ya mencionado yacimiento de la Solana de las Pinillas, donde el conjunto de lagares excavados en la roca se esparce por todo el municipio de Requena. La enología y la historia también se dan cita en los yacimientos de Kelin y El Molón, pertenecientes a los municipios de Caudete de las Fuentes y de Camporrobles respectivamente.

Pero no es vino todo lo que reluce. La cava que se extrae de esta tierra es tan buena que posee el certificado de DO Cava. Y, por supuesto, toda esta bebida se puede disfrutar aún más si se acompaña de una buena comida. Tierra Bobal es tierra de embutidos, de carne, donde las longanizas, las morcillas o el lomo se llevan gran parte del protagonismo. También destacan otros platos, como las migas ruleras o las almortas. Y de postre, dulces como el turroncillo o el alajú. La guinda de color que le faltaba a un mosaico lleno de colores.

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