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Santuario de Bellmunt, el secreto mejor escondido de Barcelona

Santuario de Bellmunt

Situado a más de 1.200 metros de altitud, el santuario de Bellmunt demuestra que la montaña todavía tiene secretos para el viajero inconformista, para aquel al que no le basta con visitar los rincones que copan los primeros puestos en las listas de imprescindibles. Quien se anima a ir un paso más allá tiene recompensa. En este caso, las vistas que se ofrecen desde una atalaya impresionante en una comunidad, Cataluña, que de paisajes de montaña sabe bastante.

Un poco de historia sobre el santuario de Bellmunt 

Santuario de Bellmunt
Santuario de Bellmunt. | Shutterstock

El santuario de Bellmunt es la antigua iglesia del viejo castillo de Sa Raganyada, desde el que, allá por el siglo XI y en un contexto de guerra, se vigilaba el entorno. El conde de Besalú cedió la fortaleza a su hijo. El documento que certifica tal hecho es el primero que atestigua la existencia del edificio. Por si esto fuese insuficiente, frente al templo todavía pueden apreciarse sus restos.

El castillo se abandonó cuando ya no tuvo valor como posición estratégica, pero el templo se mantuvo. Se sabe que a finales del siglo XIV estuvo poblado por ermitaños y ya hacia mediados del XVI se celebraba una misa cada domingo. La capilla original se amplió en 1557, incluyéndose entonces una vivienda para los ermitaños y un albergue.

Los siglos venideros no fueron amables para el santuario de Bellmunt. A lo largo del siglo XIX y también durante la Guerra Civil sufrió diferentes asaltos, así como daños causados por las inclemencias del tiempo. No en vano se sitúa, ya se ha dicho, a más de 1.200 metros de altitud. Fue en 1982 cuando la Diputación de Barcelona emprendió las reformas necesarias para que hoy luzca como luce.

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Las claves del santuario de Bellmunt

Santuario de Bellmunt
Santuario de Bellmunt. | Shutterstock

Desafiando a la cima de la sierra de Bellmunt, dentro del municipio de Sant Pere de Torelló (provincia de Barcelona), el santuario de Bellmunt se compone de una iglesia románica de planta de cruz latina, de una sola nave. En su interior acoge la imagen de una Madre de Dios gótica de apenas 22 centímetros de altura. Se la conoce también como la Virgen de las Aladas, por los enjambres de hormigas aladas que pueblan el santuario en el mes de agosto.

Construido sobre la misma piedra, el santuario de Bellmunt se ha adaptado a las formas de la montaña, de esos acantilados rocosos sobre los que está asentado. Con estas condiciones, puede uno imaginarse que las vistas desde la cima son de impresión, destacando dos miradores concretos. Uno de ellos junto a la propia iglesia, otro en lo alto de una colina situada en frente. En los mejores días llega a verse la sagrada montaña de Montserrat.

Hasta el lugar puede llegarse en vehículo, salvando una carretera de sinuosas curvas, o siguiendo una ruta de senderismo que parte desde Sant Pere de Torelló o desde Vidrà. Esto conduce al siguiente punto de interés.

Rincones cercanos al santuario de Bellmunt

La Grevolosa
La Grevolosa. | Shutterstock

Esas rutas de senderismo que se concentran en torno al santuario son fantásticas para conocer una zona poblada de bosques. Un buen ejemplo de esto es La Grevolosa, un espacio natural asombroso que reúne hayas, algunas de más de 200 años, que superan los 30 metros de altura. Si se quiere llegar más lejos, siempre se puede visitar el parque de los volcanes de la Garrotxa, a una hora en coche. Todavía cerca del templo se esconden otros espectáculos de la naturaleza como el Salt del Mir, una caída de agua de 35 metros que se llena de colores en cualquier época del año.

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Para quien prefiera apostar por el turismo rural, a apenas 15 minutos desde el santuario puede descubrirse el bonito pueblo de Vidrà. Rodeado de montañas, el tiempo parece funcionar de otra manera en este espacio. En todos los sentidos, pues dicen que el valle en el que se encuentra es el lugar de Cataluña en el que más llueve, lo que explica el precioso verde que caracteriza la zona.

¿Por qué recomendamos el santuario de Bellmunt?

Santuario de Bellmunt
Santuario de Bellmunt. | Shutterstock

La idea de este Rincón del Finde ha sido siempre ofrecer escapadas que se salgan de lo evidente y que demuestren que todavía hay espacios sin explorar, o sin masificar, dentro de la geografía española. Dentro de esto, el santuario de Bellmunt se presenta precisamente, tirando de ironía, como un imprescindible, porque es todavía un secreto escondido en un paraje auténtico de belleza indiscutible. También porque tiene unos alrededores que completan una visita en la que, como sucede en las mejores ocasiones, se funden historia y paisaje. Dentro de un tiempo quizá cope esas listas anteriormente mencionadas. Mejor visitarlo antes de que eso suceda.