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El Sabinar de La Dehesa, un paisaje sacado de otro planeta

Sabinar de la Dehesa

Pocos lugares son tan impresionantes como el Sabinar de la Dehesa, un hermoso oasis de naturaleza que sorprende por muchos motivos. Acantilados de infarto, verdes praderas que se funden con los tonos del océano, animales autóctonos… Y un extenso bosque de sabinas que se retuercen hasta el suelo. Un escenario lleno de magia que sumerge al visitante en paisajes sacados de otro planeta. La excusa perfecta para regalarse un viaje a El Hierro y conocer así uno de los parajes más auténticos de las Islas Canarias.

Las particularidades del lugar

El Sabinar de La Dehesa
El Sabinar de La Dehesa. | Shutterstock

Si había una isla donde el Sabinar de La Dehesa tenía que estar ubicado ese era, sin duda, la maravillosa isla de El Hierro. Son muchos los que consideran este trocito del archipiélago uno de los más fascinantes de toda Canarias. Y no es para menos. Aunque a simple vista pueda pasar desapercibida, lo cierto es que sus regalos naturales son muchos. Por ejemplo, el rincón protagonista de estas líneas.

Ubicado en el perímetro de la pintoresca localidad de La Frontera, en el parque de Frontera, el Sabinar es un paisaje que se ha ido formando con el paso del tiempo. Los constantes vientos alisios de la zona y las corrientes canarias han provocado que sus árboles adquieran una forma curvilínea de lo más llamativa.

Aunque este escenario se encuentra en la parte más occidental de la isla y, por tanto, a una latitud próxima al desierto del Sahara, lo cierto es que la vegetación ha podido crecer sin problemas gracias a las corrientes de aire que regulan el calor propio de esta zona del archipiélago. Estos vientos también convierten a La Frontera en una franja muy recomendada para el pastoreo gracias a la frescura de sus pastos.

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El Sabinar, primeros pasos

Santuario de Nuestra Señora de los Reyes
Santuario de Nuestra Señora de los Reyes. | Shutterstock

Para llegar al Sabinar de la Dehesa es importante tener tiempo. No porque la excursión sea exigente, sino porque su impresionante belleza atrapa desde el primer momento. Lo más recomendable es comenzar la ruta en el santuario de Nuestra Señora de los Reyes, que además de albergar una imagen de la patrona de El Hierro, regala una preciosa postal en la que el blanco de sus paredes contrasta con la verde vegetación de la zona.

Con la primera parada obligatoria realizada, hay que seguir la ruta GR 131 a través de un bosque de verde intenso perfecto para conectar con la naturaleza y dejarse llevar por un escenario envuelto de árboles durante aproximadamente un kilómetro. El final del recorrido tampoco tiene desperdicio: un impresionante mirador al que se accede por un caminito empedrado. El hermoso mirador de Bascos regala unas impresionantes vistas al océano y a la parte oriental de la isla.

Durante el trayecto se descubren campos, tapias y zonas de pastoreo que convierten a la zona del Sabinar en un entorno ideal para conocer la vida rural de El Hierro. Poco a poco, mientras más se adentra uno en el Sabinar, se van descubriendo imponentes acantilados con vistas al Golfo y a La Frontera, estructuras de piedra y, por supuesto, las sabinas.

Troncos de curvas infinitas

La Gran Sabina
La Gran Sabina. | Shutterstock

Si hay algo de lo que todo el mundo habla una vez que se visita el Sabinar es de sus impresionantes sabinas. Árboles cuyos troncos llegan hasta el suelo creando formas casi extraterrestres. Una sorprendente creación de la naturaleza que deja con la boca abierta a quien se adentra en la inmensidad del bosque.

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Se encuentra en medio de la naturaleza más salvaje de la isla del Hierro, con el sonido del océano de fondo. Allí no falta la compañía incesante de los vientos alisios, un cálido compañero que ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de las sabinas. De hecho, la forma retorcida de sus troncos es una adaptación de esta especie al efecto que el viento tiene sobre ellos.

Si bien es cierto que el Sabinar por sí mismo es todo un acontecimiento, por el gran número de árboles retorcidos que se encuentran, hay uno que se lleva la palma. La Gran Sabina recibe al visitante en uno de los primeros tramos. Un increíble árbol de robustas ramas cuyo tronco se ha inclinado tanto debido al viento que prácticamente toca el suelo. Aunque caminar entre las sabinas puede tener, incluso, un efecto de película de terror, lo cierto es que es un paraje muy tranquilo en el que se puede apreciar la fuerza de la naturaleza en su máximo esplendor.

Algunas recomendaciones

Sabinas en El Sabinar de La Dehesa
Sabinas en El Sabinar de La Dehesa. | Shutterstock

El Sabinar de La Dehesa es uno de los paisajes más apreciados por los canarios y, por tanto, hay que ser respetuoso con el entorno. La excursión hasta el Sabinar es fácil y puede realizarse tanto a pie como en coche desde La Frontera, aunque siempre es recomendable disfrutar del paisaje y dar un agradable paseo para impregnarse del ambiente natural de la zona.

Tanto si se realiza la excursión a pie como si se opta por un automóvil, es aconsejable llevar ropa de deporte, protección solar y agua. Sobre todo si el trayecto se planea durante los meses de verano. Algunas de las sabinas están protegidas por un cordón de distancia para favorecer su buena preservación, es importante respetarlo y no acercarse más de lo permitido. Cuanto mejor se conserve este lugar, más tiempo preservará su mágico encanto que tantas sonrisas arrebata.

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