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Sa Calobra, el color del cielo tras un nudo de corbata

Sa Calobra y Torrent de Pareis

Curvas a derecha, curvas a izquierda. Giros de 180º en los que tumbar la moto hasta el suelo. Coches que se asoman al precipicio. Autobuses que forman enormes caravanas a sus espaldas. Así es la carretera que lleva hasta Sa Calobra, una de las calas más populares de Mallorca. Pero no hay que asustarse. Siempre que el camino se recorra con precaución, no habrá ningún problema, pues además este está perfectamente asfaltado.

Carretera nudo de corbata Mallorca
El “nudo de corbata”, la carretera que conduce a Sa Calobra. | Shutterstock

Fue el arquitecto italiano Antonio Paretti el que diseñó esta calzada, la MA-2141, con la intención de respetar el trazado del paisaje en el que se enclava: la serra de Tramuntana. De esta forma, el propio camino, conocido como el “nudo de la corbata”, se convierte en sí mismo en una aventura que permite disfrutar del entorno desde su interior. Una pasada de trayecto. Al descender, se percibe al fondo un color azul. El mar espera.

Sa Calobra, el lugar para llegar a Torrent de Pareis

El destino al que conduce esta carretera no es otro que la cala de Sa Calobra, cala que recibe este nombre por la propia calzada: calobra significa culebra. Una vez allí, la recompensa es el color del cielo, ese tono turquesa que caracteriza a las aguas de Baleares. Se trata de una playa de apenas 30 metros de largo construida de guijarros y arena. No hay apenas servicios: ni sombrillas, ni alquiler de kayaks, ni duchas. Aunque sí que hay bares, restaurantes y un par de tiendas de souvenirs, todos con sus correspondientes baños.

Sa Calobra
Cala de Sa Calobra. | Shutterstock

Otro de los atractivos de Sa Calobra reside en el camino que lleva hasta la cala continua: Torrent de Pareis. Para llegar a ella hay que atravesar un túnel construido en la roca. Tras él, el paisaje es imponente: un enorme cañón con paredes de más de 200 metros de altura es el marco que abraza la desembocadura del río Torrent de Pareis en las aguas del Mediterráneo. La playa que aquí hay es más larga que su vecina, de unos 100 metros de longitud.

Una cala que merece siempre la pena

Sin embargo, la dificultad a la hora de llegar a la cala, a la que también se puede acceder a través de un barco, y la escasez de servicios no disuaden, como podría pensarse, a los turistas de venir. De hecho, este rincón, declarado como Monumento Natural por el Gobierno Balear, está normalmente lleno de gente. Pero el cañón permite la cabida a todos. De hecho, alejándonos unos metros de la playa, más hacia el interior del cañón, se pueden encontrar buenas sombras y sitios más o menos tranquilos.

Torrent de Pareis
Torrent de Pareis, cala que comunica con la de Sa Calobra a través de un túnel. | Shutterstock

Otra opción para huir del resto de los visitantes puede ser la de nadar entre ambas calas, Sa Calobra y Torrent de Pareis, siempre teniendo cuidado con los barcos que por allí pasan, ya que la mayoría de la gente se queda en la orilla. Sin embargo, a pesar de su difícil acceso y de la cantidad de visitantes, se trata, de verdad, de una visita totalmente recomendable y una de las calas imprescindibles que visitar en Mallorca.