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Ruta de un día por el centro de Madrid

Ruta de un día por el centro de Madrid

Ante una inminente visita a Madrid siempre puede surgir la duda de por dónde empezar a descubrir la capital. Sobre todo, si el viajero en cuestión solo dispone de un día para hacerlo. En ese caso, a menos que tenga escogidos de antemano rincones concretos en los que tenga un especial interés, conviene contar con una guía que proponga una ruta sencilla y cómoda de seguir. A por ella vamos.

Una mañana en los grandes templos de Madrid

Proponemos empezar la ruta de un día por el centro de Madrid en plaza de España. La última remodelación ha concedido más protagonismo al peatón, por lo que este espacio se ha convertido en un lugar de recreo donde destaca, como en realidad siempre ha destacado, el gran Monumento a Cervantes.

El Palacio Real y sus jardines

Jardines de Sabatini
Jardines de Sabatini. | Shutterstock

Desde este punto, la siguiente parada pueden ser los jardines de Sabatini. Creados en los años 30, siguiendo las disposiciones del estilo clasicista, son uno de los espacios más bellos del Madrid de los Austrias. Se levantaron sobre las antiguas caballerizas construidas por Sabatini para el Palacio Real, al que custodian y complementan. De hecho, varias de las esculturas destinadas a priori a la cornisa del palacio pueden verse hoy entre los pasillos verdes de los jardines. Si uno quiere seguir disfrutando de naturaleza, entonces tiene que seguir el descenso hasta el río Manzanares para descubrir los jardines del Campo del Moro. Sus más de 20 hectáreas están declaradas Monumento Histórico-Artístico.

Palacio Real
Palacio Real. | Shutterstock

La historia del Palacio Real se remonta a un tiempo en que Madrid se llamaba Mayrit y estaba ocupada por los reinos árabes. Aquí construyeron una primera fortaleza con vistas privilegiadas a la sierra. Poco a poco fue evolucionando hasta el gran alcázar que debió ser a mediados del siglo XVIII. Pero un incendio lo destruyó por completo y sobre estos restos Felipe V mandó construir el palacio actual. Hoy es una parada obligatoria en cualquier ruta por Madrid, de un día, de dos o de cinco. Y no hay que quedarse solo en el exterior: hay que visitar también sus estancias.

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La catedral de la Almudena

Catedral de la Almudena
Espectacular imagen de la Catedral de la Almudena. | Shutterstock

Otro tanto sucede con la Catedral de la Almudena: hay que descubrir también su interior, así como tratar de capturar el exterior desde diferentes perspectivas. Pocas imágenes son más sobrecogedoras, en Madrid, que la que se obtiene desde la carretera de la Vega, donde la inmensidad del templo se contempla en todo su esplendor. A pesar de su aspecto antiguo, los primeros planos de una primigenia iglesia fueron trazados en 1879. Seis años más tarde, y gracias a una bula papal, el proyecto cambió y viró hacia la construcción de una gran catedral. Las obras concluyeron en 1993.

Otros templos de Madrid

Otro templo espectacular, y bastante más desconocido, es la Basílica de San Francisco el Grande. Hay que decir muchas cosas de este Monumento Nacional. Predomina en sus formas el bello estilo neoclásico, responsabilidad de Francisco Sabatini, que acometió las últimas obras para consagrar la basílica en el siglo XVIII. Por otro lado, en su interior se conservan obras de autores de la talla de Goya o Zurbarán. Y, además, su cúpula es la más grande de España y la cuarta de Europa, por detrás de la de San Pedro y la del Panteón, ambas en Roma, y la pionera cúpula de Brunelleschi de Santa María del Fiore, en Florencia.

Si uno se queda con más ganas de templos, siempre puede visitar la cercana iglesia de San Andrés Apóstol, una de las más antiguas de Madrid. Pero si va sintiendo ya el paso del tiempo, entonces tiene que dirigirse a otro templo, en este caso gastronómico: el mercado de San Miguel. Cuenta con un siglo de vida y con la que quizá sea la más grande y diversa propuesta gastronómica de la capital. Si uno tiene la oportunidad, este es el lugar en el que comer.

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Paseos por el centro: así se aprovecha la tarde

Las grandes plazas de Madrid: Mayor, Sol y Callao

Plaza Mayor de Madrid desde el aire
Plaza Mayor de Madrid desde el aire. | Shutterstock

Tras la comida, la cercana plaza Mayor espera al visitante con un café en una de sus múltiples terrazas. Si ha llegado hasta aquí sin haber sentido la llamada del hambre, siempre puede aprovechar los centenarios negocios que rodean la plaza para pedirse el típico bocadillo de calamares y comerlo bajo el sol que normalmente baña este espacio. Tras esto hay que callejear hasta llegar a la famosa Puerta del Sol, hacer parada en este lugar que es tenido casi como el centro de España y después dirigirse hasta Callao, otra de las plazas más famosas de España.

Los grandes paseos de Madrid: Gran Vía y Prado

Fuente de Cibeles y el ayuntamiento
Fuente de Cibeles y el ayuntamiento. | Shutterstock

El viajero estará ya entonces en Gran Vía, la arteria central de Madrid. Se puede aprovechar la ocasión para hacer las compras pertinentes o bien para seguir paseando, descendiendo poco a poco hasta la fuente de Cibeles. Por el camino, el Círculo de Bellas Artes puede ser también un lugar ideal donde tomar un café o, depende del tiempo invertido, un aperitivo de media tarde.

Hay que maravillarse con la belleza de Cibeles y después encarar el Paseo del Prado, que llevará hasta otra bella fuente: la de Neptuno. Es uno de los paseos más bonitos de Madrid, pero como el caminante puede estar ya cansado toca tomar una decisión. Dirigirse hacia el barrio de las Letras, un barrio histórico y precioso que conserva todavía la huella de los numerosos artistas que lo poblaron. Decantarse por uno de los museos que salpican este paseo: el Thyssen, el Reina Sofía o el Prado. O bien encaminarse hacia el parque del Retiro, algo más alejado del centro pero donde los atardeceres son preciosos.

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El cielo de Madrid al anochecer

Anochecer en la Almudena, para terminar donde se empezó
Anochecer en la Almudena, para terminar donde se empezó. | Shutterstock

También se puede volver al punto de inicio para disfrutar de la puesta de sol. Desde ese Madrid histórico en el que hoy se ubica el Palacio Real y la catedral de la Almudena, el horizonte se tiñe de colores y explica un poco por qué se habla como se habla del cielo de Madrid.

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