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Mapa de las ciudades más bonitas de España

Un mapa de España azul con puntos rojos numerados

Cuando hablamos de ciudades españolas, lo primero que nos viene a la mente son lugares como Madrid o Sevilla. Quizás también Barcelona. En el mapa de los pueblos más bonitos de España reivindicábamos una serie de rincones escondidos a lo largo de una tierra extremadamente rica y diversa, y en este nuevo viaje nos disponemos a hacer eso mismo: presentar una serie de ciudades, de gemas diferentes y únicas, que nos descubran la belleza de esta tierra. Este es el mapa de las ciudades más bonitas de España.

Recorremos España de ciudad en ciudad

Mapa de España azul con puntos rojos numerados

Santiago de Compostela

Empezamos nuestro recorrido en la provincia de A Coruña. En el verde paisaje gallego se alza esta ciudad que parece haber nacido para ser fotografiada desde los diferentes miradores que la rodean, como una estrella de Hollywood que reluce de forma natural frente a las cámaras.

Vista aérea de la ciudad Santiago de Compostela y su catedral
Vista aérea de Santiago de Compostela y su catedral. | Shutterstock

Un entramado de senderos desemboca en Santiago, red de arterias palpitantes recorridas por miles de peregrinos que caminan bajo el sol y las estrellas hasta el santuario del apóstol Santiago el Mayor. De hecho, la meta de todos los Caminos es la catedral de Santiago, un templo de estilo románico que custodia las reliquias del apóstol. La catedral, en su nacimiento, era un mausoleo romano del siglo I en el que se enterraron los restos de Santiago.

El Camino de Santiago ha trascendido lo espiritual y ha pasado a ser un viaje introspectivo para muchas personas, una travesía en la que descubrir nuevos lugares y conectar con el mundo. En cierto modo, nuestro recorrido por el mapa de España tiene un objetivo similar.

Donostia-San Sebastián

Vista aérea de una bahía de aguas turquesas con una isla en medio y playas
Donostia-San Sebastián. | Shutterstock

Sea a través del Camino de Santiago o no, nuestros pasos nos guiarán hasta la fresca costa de Euskadi. Esta elegante ciudad en Gipuzkoa está vestida de viento y espuma marina, con sus hermosos edificios de piedra clara y la emblemática barandilla blanca que bordea su playa más bonita.

De hecho, la playa de la Concha es una maravilla de arena aterciopelada desde donde podemos admirar la bahía con el mismo nombre, un paisaje espectacular enmarcado por el verdor de los montes Urgull e Igeldo. En el centro de la bahía, la isla de Santa Clara se alza como un paraíso en miniatura, con sus propios bosques, senderos y playas.

Una playa con un monte de fondo y una bonita barandilla blanca en primer plano
La playa de la Concha con su característica barandilla blanca. | Shutterstock

San Sebastián es una ciudad llena de sabor, donde las calles se impregnan de sonidos, de aromas, de vida, y siempre hay gente tomando un zurito o comiendo pintxos. Por ese motivo, el puerto y la parte vieja donostiarra son paradas obligatorias para cualquier visitante que desee paladear el ambiente de la ciudad.

Por otro lado, no podemos pasar por alto la riqueza cultural de San Sebastián. No en vano fue nombrada Capital Europea de la Cultura en 2016. Entre los eventos más destacados que se celebran aquí, cabe mencionar el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, al que acuden los peces gordos de Hollywood, o el Jazzaldia, el Festival de Jazz de San Sebastián. Si nos apetece despedirnos con una pincelada de arte, siempre podemos visitar las esculturas del Peine del Viento, monumentos de acero que rasgan las olas en el acantilado del monte Igeldo.

Una escultura de acero en unas rocas sobre el mar
El Peine del Viento. | Shutterstock

Salamanca

Nos acercamos al centro de la península, más concretamente a la provincia de Salamanca en Castilla y León. Atravesada de lado a lado por el río Tormes, Salamanca cuenta con una red de puentes y paseos fluviales que prometen una agradable caminata. Además, el puente romano ofrece una preciosa panorámica de la ribera.

Un puente sobre el río y una catedral de fondo
El puente romano y la catedral de Salamanca. | Shutterstock

La prestigiosa Universidad de Salamanca, con una trayectoria de más de 800 años, es una de las más antiguas de Europa. La mandó fundar Alfonso IX de León a principios del siglo XIII, y su biblioteca antigua respira, ajena al tiempo, entre libros centenarios y preciosas estanterías de madera.

Una preciosa biblioteca antigua
La biblioteca antigua de la Universidad de Salamanca. | Shutterstock

Ante la barroca grandiosidad de la plaza Mayor, hay rincones como la Casa de las Conchas o el palacete modernista conocido como Casa Lis, una joya de vidrieras de colores, que nos muestran una faceta diferente de la ciudad. En una nota más literaria, podemos visitar los jardines conocidos como el Huerto de Calixto y Melibea.

Cáceres

Vista panorámica de la ciudad al atardecer
Vista panorámica de la ciudad de Cáceres. | Shutterstock

Nos deslizamos suavemente sobre el mapa para aterrizar en Extremadura. La ciudad de Cáceres, situada en la provincia homónima, fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986 y Tercer Conjunto Monumental de Europa en 1968.

Las calles y plazas de Cáceres rezuman historia. De hecho, encontramos en ella una interesante mezcla de culturas; más concretamente, la cristiana, la judía y la musulmana. Así, visitar sus antiguos edificios de piedra, especialmente en el centro histórico, implica dejarse transportar a tiempos pasados.

Escaleras y un arco de entrada antiguo
El arco de la Estrella. | Shutterstock

En esa línea, sería una buena idea pasear por la Judería Vieja, una zona rebosante de historia donde la comunidad judía y la musulmana convivieron durante años. El arco de la Estrella es otro punto de interés en ese sentido. Este monumento barroco, construido en el siglo XVIII sobre una estructura del siglo XV, constituye la puerta de entrada a la ciudad monumental de Cáceres. Algunos de estos lugares históricos, como el arco de la Estrella, la plaza de Santa María y la cuesta de la Compañía, han sido escenario de superproducciones como la famosísima serie Juego de tronos.

Toledo

Una ciudad de edificios antiguos sobre un río con un puente
La ciudad de Toledo a orillas del Tajo. | Shutterstock

Nuestro vuelo cartográfico nos transporta hasta la provincia de Toledo en Castilla-La Mancha. La bella ciudad que descansa a orillas del río Tajo, y cuyo casco histórico se asienta sobre una ligera colina, es sin duda una de las más bonitas de España; no en vano ostenta, como muchas en esta lista, el título de Patrimonio de Humanidad.

Si caminamos sobre sus adoquines, subiendo y bajando por sus calles estrechas y llenas de encanto, descubriremos de nuevo un legado en forma de tridente: un legado de carácter cristiano, judío y musulmán. El rico pasado de la ciudad, veteado de batallas y conquistas, nos ha dejado una arquitectura deliciosamente híbrida donde las iglesias, las mezquitas y las sinagogas se entremezclan en una paleta de colores única. Además, a todo esto se le podría añadir la considerable herencia de la época romana que se ha conservado en Toledo.

Detalles tallados en las paredes de una sinagoga
Detalles de la sinagoga del Tránsito. | Shutterstock

Esta ciudad es la prueba fehaciente de que podemos recorrer siglos de historia en unos pocos pasos. Atravesando las murallas por la puerta de bab al-Mardum, erigida en torno al siglo IX, pasamos junto a una vía monumental romana hasta llegar a la mezquita que actualmente se llama Cristo de la Luz, construida en el siglo X. ¡Y todo esto en solo unos metros!

Al otro lado del casco antiguo encontramos la sinagoga del Tránsito, un monumento espectacular del siglo XIV con paredes hermosamente talladas que hoy en día alberga el Museo Sefardí. Por otro lado, la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo, en el corazón del casco histórico, nos muestra una resplandeciente imagen de arquitectura cristiana, con su amplia nave central, altas bóvedas y una desbordante ornamentación dorada.

Córdoba

Un puente sobre un río y una ciudad iluminada al atardecer
La ciudad de Córdoba desde el otro lado del río. | Shutterstock

A continuación, el mapa nos guía a la soleada Andalucía. Si nos asomamos al mirador natural de Córdoba, al noroeste de la ciudad, veremos una planicie verde donde se extienden sus casas anaranjadas. Descansando junto al río Guadalquivir, no lejos de Sierra Morena, Córdoba fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.

Una vez más, nos encontramos con una ciudad en cuyas raíces se enlazan ramificaciones romanas, musulmanes, judías y cristianas. Así, descubrimos una Córdoba surcada por puentes romanos, baños árabes, calles de la judería y alcázares cristianos, entre otros monumentos que atraviesan la historia en todos sus momentos clave.

Columnas y arcadas con rayas anaranjadas
Sala hipóstila en la Mezquita-Catedral de Córdoba. | Shutterstock

Un claro ejemplo de ello es la Mezquita-Catedral de Córdoba, condecorada con el título de Patrimonio de la Humanidad desde 1984. En sus orígenes, esta se trataba de una construcción visigoda. Entre sus paredes identificamos elementos de arquitectura omeya, gótica, renacentista y barroca. Se divide en dos áreas principales, el patio o sah, y la sala de oración o haram. Antes de abandonar esta joya arquitectónica, no podemos olvidarnos de visitar su sala hipóstila y admirar la emblemática fotografía de las columnas y arcadas bicolores.

Granada

Una ciudad al atardecer un montañas de fondo
Granada al atardecer. | Shutterstock

Puede que hayamos dejado atrás Córdoba, pero aún nos queda un poco de Andalucía que saborear. A las faldas del impresionante macizo montañoso de Sierra Nevada, Granada extiende sus ancianas alas sobre la depresión del río Genil.

Si hay un monumento en Granada que ha trascendido el tiempo y el espacio, este es la Alhambra. Sobra decir que este complejo arquitectónico está catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Sus orígenes se remontan a la dinastía nazarí del Reino de Granada, y se cree que la primera construcción data del siglo IX. La Alhambra ha sido reconstruida en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos, por ejemplo por el soberano nazarí Muhammed V, quien mandó construir el famoso patio de los Leones. No obstante, cualquier descripción se quedaría corta ante la belleza y el inmenso valor histórico de la Alhambra, por lo que merece la pena visitarla en persona.

Un patio con una fuente de leones
El patio de los Leones en la Alhambra. | Shutterstock

Otro de los mayores tesoros de Granada es el Generalife, un palacio de retiro de los monarcas nazaríes. Es un entorno perfecto para ello, ya que esta villa cuenta con jardines, laberintos y huertas donde tener la mente en calma está siempre a un paseo de distancia.

Una fachada blanca con flores y una torre
Las típicas casas blancas en el barrio del Albaicín. | Shutterstock

También es posible disfrutar de una hechizante panorámica de Granada y la Alhambra desde el mirador de San Nicolás, ubicado en el barrio del Albaicín. Esta zona, una de las más antiguas de la ciudad, nos permite impregnarnos de la esencia de Granada a través de sus casitas blancas y sus callejuelas estrechas y empedradas.

Palma de Mallorca

Una catedral frente al mar
La ciudad de Palma y su catedral. | Shutterstock

Palma de Mallorca, o simplemente Palma, constituye nuestra última parada. Esta joya del Mediterráneo es la capital tanto de la isla de Mallorca como de las Islas Baleares.

Rodeada de calas cristalinas, Palma se avista desde el mar como una línea blanca en el horizonte. Podemos caminar desde el puerto hasta el casco histórico, donde encontraremos una bella amalgama de edificios medievales, estructuras modernistas, hermosas plazas, baños árabes y patios rebosantes de flores.

Un patio circular con columnas y plantas
Un precioso patio en el casco histórico de la ciudad. | Shutterstock

Tenemos una cita obligatoria con la catedral de Mallorca, un tesoro de estilo gótico que se alza alto y dorado frente al mar. El mismísimo Gaudí trabajó con maestría en la iluminación de su interior, creando una atmósfera hechizante donde los halos de luz que atraviesan las vidrieras se proyectan sobre las columnas y esculturas en un hipnótico espectáculo de luces y sombras. Este cuadro está coronado por un gran rosetón de 11 metros de diámetro y vidrios de colores.

El interior de una catedral con columnas y vidrieras
El interior de la catedral. | Shutterstock

Las sombras se alargan, y la travesía empieza a pesarnos sobre los hombros. No estaría de más sentarse en una terraza del casco antiguo y descansar a la sombra por unos minutos. Podemos cerrar este capítulo en compañía de una delicia mallorquina: las ensaimadas. Bocado a bocado, dejaremos que este dulce se deshaga en nuestra boca y nos dejaremos llevar por reminiscencias de una aventura a través de algunas de las ciudades más bonitas de España.