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Qué ver en El Puerto de Santa María, la ciudad de los cien palacios

Panorámica que ver en El Puerto de Santa María

Esta ciudad de aspecto señorial, ubicada en la desembocadura del río Guadalete, tuvo un extraordinario esplendor en torno al siglo XV. El comercio que llegó con los contactos con América hizo que se enriqueciera sobremanera. Hoy sigue siendo un importante centro vinícola y uno de los principales enclaves turísticos del suroeste andaluz. Estamos hablando de El Puerto de Santa María. A sus numerosos palacios y edificios de interés, hay que sumar las emblemáticas bodegas donde degustar ricos caldos. En los meses cálidos, además, sus playas están muy concurridas y su ambiente nocturno es extraordinario.

Un poco de historia de El Puerto de Santa María

Castillo de San Marcos
Castillo de San Marcos. | Shutterstock

Antes de conocer los lugares que hay que ver en El Puerto de Santa María, lo ideal es dar una vuelta por su pasado. Según una leyenda, Menestheo, rey de Atenas, tuvo un despiste al regresar de la guerra de Troya. Su falta de guía acabó en la fundación de este enclave a orillas del río Guadalete. En todo caso, lo que sí es seguro es que la zona estaba poblada durante los siglos VIII y II a. de C, antes incluso. Las pruebas las aportan el yacimiento Paleolítico de “El Aculadero” y el fenicio situado en las inmediaciones del Castillo de Doña Blanca. Más tarde llegarían los romanos, que apenas dejaron vestigios.

En el 711, los árabes le dieron el nombre de Almaría Alcanter/Puerto de las Salinas. Se trataba de una pequeña población dependiente de la vecina Sheres. Continuaría bajo dominio mahometanos hasta que Alfonso X el Sabio la tomó en 1260. Este la denominó Santa María del Puerto, haciendo un repartimiento de tierras entre los colonos cristianos. Además, otorgó una carta puebla y edificó una fortaleza. Al igual que pasara con Medina-Sidonia, en 1279 el lugar quedó bajo el dominio de la Orden de Santa María de España. Sin embargo, esta fue absorbida al año siguiente por la de Santiago, tras morir casi todos los santiagueros.

Alcanzado el 1284, Sancho IV vendió el señorío al gran marino y comerciante genovés Benedetto Zaccaría. Este haría lo propio en 1295, cediendo la mitad a Guzmán el Bueno. La hija de este último, Leonor Pérez de Guzmán y Coronel, daría la propiedad como dote al casarse con Luis de la Cerda. La unificación llegaría cuando su retoña comprara en 1357 el territorio restante al genovés. El juego de dotes y herencias terminó con el Puerto de Santamaría pasando a formar parte del Condado de Medinaceli.

Entre 1482 y 1486 Cristóbal Colón residió en El Puerto de Santa María. En esta población recaudaría parte de la financiación necesaria para su aventura. Además, en el puerto local se aparejó la carabela Santa María. Durante 1493, el marino prepararía aquí su segunda expedición. Así, se puede afirmar que fue uno de los primeros lugares del viejo continente en que se reflejó el contacto con el entonces llamado Nuevo Mundo.

El Puerto de Santa María fue sede de la Capitanía General de la Mar Océana y, por tanto, lugar de encuentro de gentes de todo tipo de procedencias. Junto a su relevante papel mercantilista destaca su protagonismo militar. Por tal razón se instalaron muchas de las personas beneficiadas con los ingentes beneficios generados por el comercio con las Indias. Dichos capitales que se invirtieron en numerosos palacios y edificaciones religiosas. Por otro lado, durante los siglos XVI y XVII fue la base invernal de las Galeras Reales.

En 1729 la villa consiguió que Felipe V la declarara de realengo, decidiendo veranear allí ese año y el siguiente. El movimiento atrajo a personajes deseosos de relacionarse con la Corte. Entre 1810 y 1812 sería usada como Cuartel General de los franceses que asediaban Cádiz. Fue en El Puerto de Santa María donde desembarcó el rey Fernando VII, tras ser liberado por el Gobierno, renegando de su promesa de respetar la Constitución de 1812. Más tarde, en el septiembre de 1823, la localidad sirvió de base a los Cien Mil Hijos de San Luis en el sitio al que sometieron a Cádiz.

Qué ver en El Puerto de Santa María

Atardecer en El Puerto de Santa María
Atardecer en El Puerto de Santa María. | Shutterstock

La plaza de España es el primer lugar que ver en El Puerto de Santa María. Allí queda la iglesia Mayor Prioral, del siglo XV, dedicada a la Virgen de los Milagros. Sobresalen sus dos importantes portadas. La que se emplea para acceder al interior es la Portada del Sol, de estilo barroco con algunos elementos platerescos. En su tímpano aparece la Virgen titular del templo sobre el castillo de San Marcos. Por otra parte, la Portada del Perdón es gótica y está bellamente decorada, sin llegar a finalizarse. Su campanario es de época barroca. En el interior hay varias capillas de familias nobles. La capilla de la Soledad guarda una bella imagen de Gaspar Becerra mientras que en la capilla del Sagrario se halla un retablo de plata mejicana con la figura de un ángel, atribuido a La Roldana.

Desde la perspectiva simbólica, el principal emblema que ver en el Puerto de Santa María es el castillo de San Marcos, del siglo XIII. Mandado construir por Alfonso X el Sabio, sirvió como fortaleza y templo. Las obras que emplearon a cientos de trabajadores fueron recogidas en las célebres Cantigas de Santa María. El edificio rectangular con ocho torres, además de santuario, fue sede del Concejo y vivienda. Otro edificio notable es la plaza de toros, neomudéjar, abierta en 1880. Escenario de festejos taurinos, en su puerta hay una cerámica con la afirmación del histórico torero Joselito, El Gallo. Esta reza: “Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros”.

El Puerto de Santa María
El Puerto de Santa María. | Shutterstock

La cercana plaza del Ave María guarda la iglesia de San Francisco, que combina estilos renacentista y barroco. Su interior custodia esculturas de Juan de Mesa. Siguiendo el paseo se alcanza el colegio de San Luis Gonzaga, donde estudiaron los literatos Fernando Villalón, Juan Ramón Jiménez, Pedro Muñóz Seca y Rafael Alberti. Por tan magna obra, en la actualidad existe una fundación que lleva su nombre. También resulta de interés el monasterio de la Victoria, de los siglos XV y XVI, caracterizado por la portada gótica ojival de su iglesia. El claustro muestra elementos góticos y renacentistas. Por su parte, la sala capitular y la sacristía son barrocas. Tras ser propiedad de la Orden de los Mínimos, en el siglo XIX llegó a ser cárcel.

Cambiando de tercio, entre las muchas bodegas con sede en la ciudad brillan las de Osborne y Terry. Cerrando el paseo por lo mejor que ver en El Puerto de Santa María, en la plaza del Polvorista conviene visitar el edificio de la antigua Lonja, conocido popularmente como El Resbaladero, del siglo XVIII.

Los palacios de El Puerto de Santa María

Detalles del palacio de los Bernabé-Madero
Detalles del palacio de los Bernabé-Madero. | Osuna37, Wikimedia

Dada la gran riqueza amasada por los comerciantes locales entre los siglos XVI y XVIII, los palacios son algo primordial que ver en El Puerto de Santa María. Por ejemplo el palacio de Villareal y Purullena, del siglo XVIII, que acoge la sede de la Fundación Luis Goytisolo. También notable resultan el palacio de Inblusqueta, del siglo XVIII, con su precioso patio, y el Palacio de Santa Cruz, del siglo XVII, que incluye entre su decoración frescos alegóricos de las estaciones.

Hoy en día el Palacio de Aranibar, del siglo XVII, alberga la sede de la Oficina de Turismo. Su estructura destaca por la calidad del artesonado mudéjar. Al tiempo, el palacio de Santa Cruz o Palacio de Valdivielso, del siglo XVII, guarda bellos frescos sobre las estaciones del año. Por último quedan la Casa de la Aduana, de los siglos XVI y XVIII, en la que los duques de Medinaceli centralizaban el cobro de impuestos, y la barroca Casa de Roque Aguado, del siglo XVIII.

Los alrededores del Puerto de Santa María

Como excursiones de día se puede ir a numerosas localidades cercanas. Por ejemplo, se puede asistir a San Fernando o la capital local, Cádiz. Asimismo, Jerez de la Frontera es una meca para los amantes del vino. Otras salidas apetecibles las componen Chipiona Sanlúcar de Barrameda. Por otro lado, resulta muy recomendable visitar el parque natural de la Bahía de Cádiz.