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Qué ver en Santo Domingo de Silos

Panorámica de lo que hay que ver en Santo Domingo de Silos

El monasterio donde un riojano se hizo santo castellano

El monasterio benedictino es sin duda lo más importante que ver en Santo Domingo de Silos. Es famoso por su claustro románico, pero también por las voces de sus monjes. En los años noventa del siglo XX recuperaron el canto gregoriano, consiguiendo discos de platino vendidos por todo el mundo.

Planifica tu escapada a Silos

Lo que hay que ver en Santo Domingo de Silos puede recorrerse en unas pocas horas. La tarde se suele pasar en el vecino espacio natural de La Yecla y los Sabinares del Arlanza. Otra opción es el magnífico y poco frecuentado Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila. Puede merecer la pena acercarse a la legendaria localidad de Salas de los Infantes para ver su pequeño museo de dinosaurios. En el viaje de vuelta hacia Burgos o Madrid, se halla Lerma, una rica ciudad que merece una visita.

Existen numerosas opciones de turismo activo en la provincia de Burgos entre las que elegir. Recomendamos las páginas de dormir y comer en Santo Domingo de Silos para preparar la escapada.

¿Quieres conocer este sitio?

Antes de conocer lo que hay que ver en Santo Domingo de Silos, conviene repasar la historia de esta localidad de Burgos. Desde antes del siglo VII, en un lugar del valle del Tabladillo llamado Silos existía un monasterio dedicado a San Sebastián. Durante la ocupación musulmana de la zona se dejó de tener noticias de él. Sin embargo, a finales del siglo X el monasterio de San Sebastián de Silos fue restaurado y refundado por el conde castellano Fernán González. Más tarde sufriría los estragos de Almanzor.

Hacia el año 1040, el conocido monje benedictino Domingo se negó a someterse a los dictados de su rey, García Sánchez III de Navarra. El prior del monasterio de San Millán de la Cogolla huyó entonces al reino de Castilla. Allí se ganó la confianza del rey Fernando I de León, que le encargó el relanzamiento del arruinado monasterio de San Sebastián de Silos.

Con gran acierto, Domingo estuvo al frente de las obras de construcción de la iglesia y el claustro hasta su muerte en 1073. Hombre de gran santidad, llegó a tener una visión mística de la virgen María, que le predijo con tres días de adelanto su muerte. Fue enterrado en la abadía que dirigió. Su fama provocó que fuera canonizado tan solo tres años después de morir. En 1088 el abad Fortunio consagró el templo. Por ello, el nuevo edificio y la tumba del célebre santo provocaron peregrinaciones al centro monástico para orar ante su tumba. En 1177 una de las peregrinas fue Juana de Aza. La noble castellana decidió darle el nombre de Domingo a su hijo primogénito. Más adelante se convertiría en Santo Domingo de Guzmán.

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De los copistas e ilustradores de su scriptorium salió el códice del Beato de Silos. Hoy se encuentra en el British Museum. En 1512, el monasterio silense se adhirió a la Congregación Benedictina de Valladolid. El monasterio moderno fue creciendo junto al medieval: muralla perimetral, ala sur para las celdas individuales de los monjes y la capilla de Santo Domingo. Finalmente, en el siglo XVIII el famoso arquitecto Ventura Rodríguez amplió la primitiva iglesia románica por la barroca-neoclásica de la actualidad, uno de los lugares que hay que ver en Santo Domingo de Silos. El monasterio mantuvo su vigencia hasta el 17 de noviembre de 1835. Fue entonces cuando los monjes fueron desposeídos de todos sus bienes, por lo que debieron de abandonar el edificio.

Códice del Beato de Silos, en el British Museum
Códice del Beato de Silos, conservado en el British Museum

Volvió a ser habitado en 1881 por monjes benedictinos procedentes de la abadía francesa de Ligugé dirigidos por un abad procedente de Solesmes. Consiguieron revitalizarlo y convertirlo en uno de los centros principales de la liturgia católica, que destaca por el mantenimiento del canto gregoriano.

La parte habitacional afectada en 1970 por un incendio fue restaurada por los arquitectos Alberto García Gil y Julia Fernández de Caleya. Desde entonces ha continuado una incesante actividad. Además ha irradiado su influencia mediante la fundación de nuevas casas en Estíbaliz (Álava), Montserrat (Madrid), Leyre (Navarra), la Abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos (Madrid) y en México y Argentina. Recomendamos la lectura del siguiente apartado para conocer lo que hay que ver en Santo Domingo de Silos.

El principal atractivo para visitar Santo Domingo de Silos es el extraordinario Claustro románico. Se accede por el arco de las Vírgenes, un resto de la iglesia originaria. Pese a su disposición asimétrica en forma de rectángulo irregular, se trata de un recinto de gran armonía. Construido a lo largo del siglo XI, está compuesto por dos pisos con arquerías alzadas sobre dobles columnas.

Posee 64 capiteles, decorados en el nivel inferior, que se deben a dos artistas diferentes pese a mantener cierta unidad. Abundan los motivos de animales, como leones, águilas, flamencos y otras aves. También destacan los seres mitológicos: arpías, trasgos, grifos, centauros y geniecillos. Además, se pueden observar cestillos con flores y frutos y follajes de acanto. Muchos de los motivos, en especial los del ala este del claustro, están esculpidos con trazos sinuosos y coronados por ábacos adornados con diseños geométricos y entrelazados. Ello evidencia una influencia oriental e islámica. Por otra parte, los bajorrelieves situados en las esquinas representan escenas de la vida de Cristo.

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El Claustro barroco tardío y neoclásico posee mayor sencillez. El techo de sus galerías está cubierto de artesonados mudéjares del siglo XIV. Estos conservan su policromía gótica de escenas galantes, cinegéticas y satíricas. En el ángulo nororiental se puede admirar la Virgen de Marzo del siglo XIII, tallada en piedra y policromada. En el centro de la galería norte se encuentra el primitivo sepulcro de Santo Domingo, excavado en la roca. Le precede una estatua yacente sostenida por leones del siglo XIII. En uno de los lados del jardín se levanta ese ciprés al que loara Gerardo Diego con su conocido soneto.

El Ciprés de Silos

“Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado así mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos”

Otro de los lugares que ver en Santo Domingo de Silos es la Botica, del siglo XVIII. Posee una colección de tarros de cerámica de Talavera de la Reina. El museo del monasterio, por otra parte, contiene varias salas con objetos litúrgicos y tablas góticas y flamencas. También se hallan esculturas en piedra policromada, sarcófagos medievales y manuscritos. En cuanto a orfebrería, destacan sobre todo el cáliz de Santo Domingo de Silos (s. XI), la arqueta relicario (s. XII-XIII), la Cruz con gemas (s. XIII) y la Custodia procesional (s. XVI). En escultura resaltan el tímpano románico del siglo XII de la primitiva construcción que representa el Nacimiento, Presentación y Adoración de los Reyes y la talla de Santa Ana, La Virgen y el Niño del siglo XIV.

La Iglesia, construida sobre proyecto de Ventura Rodríguez entre 1752 y 1790, es neoclásica. En ella puede escucharse el canto gregoriano del Oficio Divino cada mañana, en la misa de nueve. También se puede escuchar en la misa de doce de los domingos.

Además, la entrada al Monasterio incluye la visita al Museo de los Sonidos de la Tierra. Este se encuentra en la antigua Casa Cárcel rehabilitada. Allí la Asociación de Amigos de Silos ha reunido un centenar de instrumentos musicales de distintas épocas y procedencias. Se incluyen los más antiguos de la comarca, como la carraca, la ocarina, la esquila y el rabel.

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capitel romanico santo domingo silos
Monstruos entre follaje en un capitel románico del claustro

En el Ayuntamiento hay habilitada una Oficina de Información del espacio natural de Yecla. Este desfiladero a dos kilómetros permite observar una sima sobrevolada por aves rapaces. Por otra parte, Silos tiene una hospedería para hombres que se ha convertido en un lugar de oración y reflexión. A ella acuden incluso personajes famosos en busca de inspiración. Con ello concluye lo que hay que ver en Santo Domingo de Silos.

A pocos kilómetros de la localidad se halla la villa de Caleruega, patria de Santo Domingo de Guzmán. Allí se puede visitar el Conjunto Monumental de Santo Domingo. Está compuesto por la Parroquia románica de San Sebastián (siglo XII), donde fue bautizado el santo y donde está el sepulcro de su madre. También se encuentran el Convento de los Dominicos y el Real Monasterio de Santo Domingo de Caleruega, regentado por monjas dominicas. Finalmente, allí también está la importante Iglesia de Santo Domingo. Esta cuenta con importantes retablos y sepulcros.

Imprescindibles

Botica antigua que hay que ver en Santo Domingo de Silos
Botica de Silos
Claustro románico que hay que ver en Santo Domingo de Silos
Claustro románico

Datos prácticos

Coordenadas

41º 57’ 45’’N, 3º 25’ 11’’W

Distancias

Madrid 200 km.

Aparcamiento

Se recomienda dejar el coche en los estacionamientos gratuitos. Son dos. El primero se halla a la entrada de la localidad, llegando de Lerma. El segundo, entrando por la circunvalación, antes del túnel de la rotonda. Ambos se encuentran muy próximos al centro, a 5 o 10 minutos.

Altitud

1007 m.

Habitantes

316 (2013).

Entre las fiestas que hay que ver en Santo Domingo de Silos destacan las siguientes. Fiesta de la Cruz (primer fin de semana de mayo), Santa Isabel (2 de julio), Romería de Cañas (primer fin de semana de septiembre), Fiesta de Santo Domingo de Silos (20 de diciembre).

Otras festividades que hay que ver en Santo Domingo de Silos son las siguientes. Fiesta de los Jefes (último sábado de enero, Fiesta de Interés Turístico Regional. Los tres jefes elegidos por sorteo -Capitán, Cuchillón y Abanderado- son reclamados en sus casas por los comisarios de capa castellana y la comunidad los recibe en el Monasterio. El domingo un emotivo Rosario y desfile de las mujeres, de luto y con cuchillos), Las Marzas (28 de febrero, Rondallas de los mozos del pueblo).

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