Qué ver en Puerto Real

En la parte interna de la Bahía de Cádiz se encuentra Puerto Real. Un histórico lugar que nació en la época de los Reyes Católicos y ha sido clave para la industria naval española durante siglos. Su patrimonio abarca desde la herencia de sus diques a yacimientos romanos, pasando por un espectacular entorno natural. Su cercanía con la propia capital gaditana, Chiclana, San Fernando o El Puerto de Santa María hacen que tenga una ubicación perfecta para disfrutar de la zona. Estos son los grandes hitos que ver en Puerto Real.

Iglesia Conventual de la Victoria

Hay tres templos principales en Puerto Real. La iglesia conventual de la Victoria es uno de ellos. De estilo barroco, perteneció a un complejo de la Orden de los Mínimos. Aunque el resto del convento fue derribado, la iglesia ha conseguido sobrevivir y mantener su carácter sacro. Elevada en el siglo XVII, de ella destaca sobre todo su torre. Azulejos azules aportan un notable toque de color al capitel de la misma. Sin embargo, su obra maestra es la figura de la virgen de la Soledad de Luisa Roldana. Dicha escultora barroca fue una pionera y es la primera artista de su tipo de la que queda registro en España.

Iglesia de San Sebastián

Por su parte, la iglesia de San Sebastián es la más antigua del lugar. Data de 1490, solo siete años después de que los Reyes Católicos fundaran la ciudad. Hoy luce un aspecto externo muy sencillo, encalado. Ubicada en lo más alto de la ciudad, con sus tres plantas es el templo más amplio del lugar. Aunque domine el renacentista, se pueden ver en él muestras de gótico y barroco. Las primeras son vestigios de la ermita sobre la que se edificó, mientras que los segundos son frutos de posteriores reformas.

Asimismo, cabe destacar en breve la iglesia de San José. Es neoclásica y actualmente sirve como centro cultural. El color pardo de su piedra sobresale sobre el blanco que domina Puerto Real. Durante la Guerra Civil sufrió incendios y saqueos, pese a lo cual su estructura logró sobrevivir hasta la actualidad.

Teatro Principal de Puerto Real

En 1857 se comenzó a construir este edificio, en unas obras que se extenderían dos años. Fruto de ello nació el segundo teatro en funcionamiento más antiguo de Andalucía. Solo le supera en veteranía el Teatro de las Cortes, de la vecina Cádiz. El diseño responde al modelo italiano clasicista que predominaba en la época en que lo levantaron. Sus 568 butacas se reparten entre un patio central, un graderío y palcos laterales en tres alturas. Debido al acto social de ostentación que ir a ver obras teatrales suponía a mediados del XIX, los espacios comunes como escaleras de acceso y los exteriores son notables, aunque parcos.

Con el pasar de los años fue también sede de un casino, aunque finalmente volvió a su función original. Varias obras y restauraciones desde finales del siglo XX lograron consolidar la construcción y modernizarla al mismo tiempo. De este modo el aspecto exterior se conserva próximo a como fue proyectado.

Otro edificio civil reseñable que ver en Puerto Real es el mercado de abastos. En su caso, se considera que es el más antiguo en activo de su Comunidad Autónoma. Ocupa una manzana, tiene planta cuadrada y fue culminado en 1802. El encargado de dirigir este proyecto fue Torcuato Benjumeda, uno de los más conocidos arquitectos neoclásicos andaluces. Igualmente notables son los iglús o casas del Ingeniero del barrio Jarana. Ideadas por el ingeniero Luffini, se asemejan a las construcciones esquimales hechas con hielo. Se elevaron en 1955 y siguen en uso.

Playa de la Cachucha

Aunque no tenga la impronta de los grandes arenales gaditanos, como los de Roche o Zahara de los Atunes, la playa de la Cachucha da la posibilidad de disfrutar de las tranquilas aguas del interior de la Bahía de Cádiz. Su tamaño es contenido, de unos 400 metros. Debido a que depende del Océano Atlántico, las mareas hacen que su fisionomía varía mucho entre bajamar y pleamar.

Cabe destacar que los fangos que se generan a raíz de la acción mareal han sido muy valorados históricamente. Sus propiedades medicinales llevaron a que a en la playa de la Cachucha hubiera antiguamente un balneario. Debido a estudios que han corroborado los beneficios de los barros mencionados, es posible que en el futuro vuelva a haber instalaciones que los aprovechen.

Museo El Dique

Los Astilleros de Puerto Real son, desde que se construyeran a finales del XIX, uno de los grandes motores económicos del lugar. El responsable de crear el dique seco en la zona de la Matagorda fue el primer Marques de Comillas. Cuando se hizo cargo del servicio de correos con las astillas se vio obligado a desarrollar una base en la zona de Cádiz. Aunque podía usar las instalaciones militares de la Carraca, en San Fernando, cuando estuvieran libres, decidió tener su propio astillero. Desde entonces fue cambiando de manos, pasando finalmente a empresas públicas.

Las instalaciones acabaron siendo estratégicas para el sector naval a nivel nacional. Actualmente es Navantia quien se hace cargo de los Astilleros de Puerto Real. A pesar de la crisis continua que sufre el negocio de la construcción de barcos a raíz del auge asiático, ha logrado sobrevivir basándose en la ejecución de grandes buques. La mejor manera de conocer la historia de este elemento puertorrealeño es el Museo El Dique.

Este espacio ofrece visitas guiadas que exploran los distintos aspectos históricos del complejo. De este modo pueden conocerse las ruinas del castillo de la Matagorda, del siglo XVII. También las distintas instalaciones creadas durante el dominio de los marqueses de Comillas, como una bonita capilla. Por otro lado, el dique de la Carena, y diferentes espacios industriales forman también parte del recorrido.

Restos romanos de Puerto Real

En la época romana la zona de Puerto Real contó con actividad industrial. Diversos restos han llevado a pensar que allí se situaba Portus Gaditanus, una mansio. Estos complejos se ubicaban en las vías, en este caso la Vía Augusta que conectaba Cádiz y Sevilla. Se situaban aproximadamente cada diez millas, algo más según el caso, y servía para descansar o cambiar los caballos de tiro. Otra posible ubicación para esta especie de posada latina era el Puerto de Santa María. Sea como fuere, lo que es seguro es que en el lugar había fábricas de ánforas y embarcaderos.

Dos hitos notables creados por Roma en el lugar son el alfar romano del Cerro de Ceuta y el Horno del Gallinero. El primero se asienta en el punto más alto de la zona, a un par de kilómetros del centro. Hay restos que sugieren una habitación junto a la factoría de ánforas. Sin embargo, los restos principales los componen un par de hornos. La conservación de las estructuras en sí no es muy buena, pero en sus inmediaciones existen multitud de restos que han permitido estudiar su actividad.

Por otro lado el horno romano del Gallinero se asienta cerca del Caño del Trocadero, en la parte oeste del municipio. Tiene en torno a cuatro metros y medio de diámetro. Su estado es excelente y permite apreciar la construcción de forma clara. Esta consiste en un soterramiento con muros en el perímetro. Una parte central permitía poner una parrilla y sobre ella estaban las cámaras de combustión y cocción. Al igual que en el alfar del Cerro de Ceuta, su fin era crear objetos cerámicos. Se han encontrado muchos de ellos alrededor.

Parque Natural de la Bahía de Cádiz

A pesar de no tener un tamaño muy grande, el municipio de Puerto Real cuenta con interesantes espacios naturales. El más notable es la Isla del Trocadero. Esta se extiende en paralelo a la parte occidental del municipio, formando el caño homónimo. Es parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, un entorno de humedales vital para las aves migratorias en conjunto con el Parque del Estrecho, en el entorno de San Roque y Algeciras, y Doñana , en Huelva.

Precisamente estos animales son uno de los principales atractivos de la alargada ínsula. Otro es el fuerte de San Luis, situado en su punta occidental. Fue clave en la batalla del Trocadero, que supuso en 1823 el final del Trienio Liberal a manos de la Santa Alianza. Hoy se encuentra en ruinas.

También parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz es el pinar de la Algaida y las salinas anexas. El bosque ofrece diversas rutas que dejan estampas típicas de esta zona. Por otro lado, las marismas se entremezclan con las salinas, en muchos casos reconvertidas para usarlas para la pesca. Varias pasarelas y pasos permiten recorrer el lugar sin mayor problema. Asimismo, hay una zona adehesada que termina de componer la estampa ecléctica del espacio.

Finalmente, cabe destacar el parque de Las Canteras. Tiene un importante pinar en el que sobrevive un comunidad de camaleones, hito muy raro en Europa. Gracias a ello es uno de los espacios ajardinados más importantes de la villa.

Puente Zuazo

Aunque Puerto Real cuente con varios puentes, el más histórico es sin duda el puente Zuazo, sobre el caño de Sancti Petri. En el 14 a.C. se construyó un acueducto para llevar agua a Gades. La infraestructura romana también permitió el paso de personas, derivando con los siglos en la actual construcción. Su uso estratégico fue clave a lo largo de la Historia, ya que suponía el nexo de unión entre la isla de San Fernando y la Península Ibérica. De este modo, todavía se pueden ver los restos de las baterías que defendían el paso. De los varios asaltos a Cádiz que ha permitido rechazar, el más famoso fue el Asedio de Cádiz. El ejército napoleónico no pudo pasarlo en dos años. Al otro lado quedaba el último reducto peninsular español.

Además del puente Zuazo hay otros dos pasos de gran envergadura, aunque en este caso ambos están en el noroeste. Se trata del puente José León de Carranza y el puente de la Constitución de 1892. Ambos datan del siglo XX y solventan la necesidad de dar un rodeo por San Fernando para llegar a Cádiz. En el caso del puente Carranza se terminó en 1969 tras décadas de proyectos para ejecutarlo. Tiene 1.400 metros de longitud y posee un tramo de hojas basculantes para permitir el paso de embarcaciones. Mientras tanto el de la Constitución de 1892 se concluyó en 2015 y es atirantado. Con más de medio kilómetro de largo, se eleva lo suficiente para permitir la navegación, estando entre los más grandes de Europa en su tipo.