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Los pueblos más bonitos de Tarragona

Los pueblos más bonitos de Tarragona

En Catalunya se pueden encontrar ciudades con mucho encanto. Tarragona es un buen ejemplo de ello. Pero si se profundiza en la provincia que capitaliza esta antigua urbe, es posible descubrir algunos de los lugares más interesantes y fascinantes para visitar de todo el país. Entre ellos están los que consideramos los pueblos más bonitos de Tarragona. Se trata de localidades con un rico folclore y leyendas, con edificaciones que encierran narraciones que aún hoy se cuentan. Poblaciones ideales para una escapada concreta o para combinar en una ruta más larga.

Tarragona fascinante: sus pueblos más bonitos

Miravet

Miravet y su espectacular castillo
Miravet y su espectacular castillo. | Shutterstock

Miravet es sin duda uno de los lugares con más historia de Tarragona. Situado en un meando del río Ebro, este pequeño pueblo es reconocido por haber sido escenario tanto de las Guerras Carlistas como de la Guerra Civil. A pesar de ello, se conserva gran parte del patrimonio en buen estado, por lo que es posible visitarlo. De hecho, una de las paradas obligadas tiene como fin su castillo. Construido en el siglo XI, está situado en lo alto de la localidad. Es el monumento de referencia. Resuenan todavía las historias templarias que vivió la fortaleza. Una vez allí se pueden encontrar elementos artísticos que beben de lo islámicos, lo bizantinos e incluso del Císter.

Montblanc

Vista aérea de Montblanc
Vista aérea de Montblanc. | Shutterstock

La creación de este pequeño lugar se remonta al siglo XII. Actualmente, es considerado uno de los pueblos medievales mejor conservados de España. Una de las razones es que hace gala de una muralla datada del siglo XIV, que mandó construir Pedro III el Ceremonioso. La leyenda cuenta que justo delante de sus puertas fue donde lucharon Sant Jordi y el dragón en el año 303. Una anécdota del folclore que llevó a que la festividad del patrón de Catalunya y Aragón se celebre con especial intensidad en la localidad tarraconense.

Altafulla

Altafulla se despliega junto al mar
Altafulla se despliega junto al mar. | Shutterstock

Esta localidad tiene muchas razones para visitarla. Por ejemplo, su villa romana, numerosos arrabales y diversos elementos arquitectónicos. Todo ello ha sido más que suficiente para ser considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, así como Bien de Interés Cultural por la Generalitat de Catalunya. Además, al estar situado en la Costa Dorada, es un lugar ideal para disfrutar durante el verano. En resumen, combina a la perfección el mar y la playa, junto con una arquitectura histórica.

Prades

Iglesia de Santa María de Prades
Iglesia de Santa María de Prades. | Shutterstock

En Muntanyes de Prades, justo en el centro y a 940 metros de altura se puede hallar Prades, conocido también como Vila Vermella. Por su ubicación, fue uno de los lugares más estratégicos para la Corona de Aragón. Algo que se demuestra en las murallas que todavía conserva y que rodean prácticamente todo el casco antiguo.

También se puede encontrar la ermita de l’Abellera, situada bajo una cueva rocosa, haciendo del templo uno de los más interesantes de la zona. Además, desde el siglo XII se conserva la tradición de montar un mercado medieval en la plaza Porticada. Este espacio se sitúa en el centro del pueblo y hace gala de una de las fuentes más famosas del Renacimiento catalán.

La Vilella Baixa

Viella Baixa
La Vilella Baixa. | Shutterstock

En la Vilella Baixa hay distintos puntos que son dignos de mención. Uno de ellos es la calle que no pasa, un puente románico que cruza el río Montsant. También se puede observar el barranco de Escaladei y las casas construidas sobre él. No hay que olvidar sus calles, en cuesta y estrechas, que guardan una gran belleza. Es también un lugar perfecto para aquellos a los que les guste el senderismo. Hay caminos creados específicamente para ello, para descubrir la sierra de Montsant junto con su río o el Escaladei. El último de sus secretos es culinario: sus cocas azucaradas son tradición desde hace mucho tiempo.

Aiguamúrcia

Claustro del monasterio de Santa María de Santes Creus
Claustro del monasterio de Santa María de Santes Creus. | Shutterstock

Esta pequeña localidad tiene 800 habitantes y es uno de los pueblos más bonitos de Tarragona. Queda rodeado de campos de viñas y se ubica junto al río Gaià. El lugar más emblemático del lugar es el monasterio de Santa María de Santes Creus. Construido en el siglo XII, es una de las construcciones más impresionantes del arte medieval catalán. Tanto es así que ha sido nombrado Monumento Nacional.

Horta de San Joan

La Horta de Sant Joan tras un prado florido
La Horta de Sant Joan tras un prado florido. | Shutterstock

A pesar de no ser muy conocido, esta localidad es histórica por varias razones. Una de ellas es que parece que Picasso encontró, durante su estancia en Horta de San Joan, la inspiración que necesitaba como pintor. También cabe destacar que su núcleo antiguo es Bien de Interés Cultural. En la población también se puede visitar una iglesia del siglo XIII, la de San Juan Butista. En la plaza central también se pueden observar edificios de sillería datados del siglo XVI, así como el Centro Picasso o la casa Pessetes.

L’Ametlla de Mar

L'Ametlla de Mar
L’Ametlla de Mar. | Shutterstock

También conocida como La Cala, esta localidad marinera tiene algunas de las playas más populares de la zona, como L’Alguer o Pixavaques. Por otro lado, desde Tres Cales o Calafat se pueden ir descubriendo todas las calas que encierra este pueblo. Además de poder disfrutar de sus arenas y aguas, también se puede hacer el sendero del Mediterráneo. Abarca nueve kilómetros y muestra los encantos de la Costa Dorada.

Riudecanyes

Castillo-monasterio de Riudecanyes
Castillo-monasterio de Riudecanyes. | Shutterstock

En este repaso a algunos de los pueblos más bonitos de Tarragona no se debe pasar por alto a Riudecanyes. Se encuentra en un extremo de la sierra de l’Argentera y una de sus peculiaridades es que varias de sus calles tienen el nombre de los días de la semana. Allí se puede encontrar el castillo-monasterio de San Miquel d’Escornalbou. Este lugar, situado en la cima de la montaña, combinó su uso como cenobio con el de fortaleza, debido a sus gruesos muros. También es destacable su iglesia de Sant Mateu, con un altar que alcanza los 25 metros de alto.

Siurana

Siruana se despliega en las alturas
Siurana se despliega en las alturas. | Shutterstock

Siurana es un pueblo con un patrimonio histórico envidiable. Para entrar hay que atravesar un bello arco, a partir del cual se encuentran emplazamientos tan importantes como la iglesia de Santa María o el castillo andalusí, justo en el borde del despeñadero. Este edificio se convierte en mítico gracias a una leyenda ampliamente conocida: el salto de la Reina Mora. Según se cuenta, la monarca musulmana Abdelazia consiguió cabalgar huyendo del ejercito cristiano, pero al llegar al borde del precipicio, su corcel frenó. Una desgracia que provocó que la noble saliera despedida.

Ulldecona

Pinturas rupestres de Ulldecona
Pinturas rupestres de Ulldecona. | Shutterstock

Para despedir este repaso a los pueblos más bonitos de Tarragona toca ir a la sierra del Montsià. Ulldecona es una población en la que se mezclan épocas históricas. Por ejemplo, a escasos kilómetros existen pinturas rupestres, más de 400. El yacimiento cuenta con un centro de interpretación. Avanzando algún que otro milenio cabe destacar su castillo, del siglo XII, que da idea del carácter defensivo que tuvo la villa por aquella época. Un nuevo salto temporal lleva a la era modernista, representada en la Oficina de Turismo o la casa de la Feligresa. Un discípulo de Gaudí, César Martinell, es el mayor representante de este estilo artístico en la localidad.

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