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Los pueblos más bonitos de Barcelona

Los pueblos más bonitos de Barcelona

Escoger entre los pueblos más bonitos de Barcelona es un auténtico reto, tantas son las joyas, ocultas o conocidas, que posee la provincia. Y es que, a menudo, la capital se lleva toda la atención entre los turistas, pero lo cierto es que cerca de ella hay pequeñas poblaciones repletas de encanto.

Lugares que combinan la playa y la montaña, lugares de interior con un entorno natural espectacular. Todos ellos repletos de historia, un rico patrimonio y una arquitectura única. Estos son los pueblos con más encanto de Barcelona que se tienen que visitar, al menos, una vez en la vida.

Barcelona fascinante: sus pueblos más bonitos

Sitges

Sitges
Sitges. | Shutterstock

Si hay un pueblo reconocible en el litoral catalán es, sin duda, Sitges, conocido por sus playas y ambiente. En el pasado fue una tranquila villa marinera que hoy despliega un fascinante patrimonio modernista. Asimismo, es una localidad animada con actividades culturales todo el año, como el Carnaval de Sitges y el festival del cine fantástico y de terror, de fama mundial. Destaca la preciosa iglesia de Sant Bartolomé en pleno paseo marítimo y por tener una de las playas urbanas más bonitas de Catalunya: la playa de San Sebastián, galardonada con muchos premios y que regala atardeceres de ensueño.

Rupit i Pruit

Rupit i Pruit
Calles de Rupit i Pruit | Shutterstock

Sin duda, Rupit i Pruit, no puede faltar en la lista, puesto que es considerado uno de los pueblos más bonitos, no solo de Barcelona, sino de Catalunya. Enclavado en un entorno espectacular de la comarca del Osona, a corta distancia de la sierra de Cabrera. Destaca por estar dividido en dos núcleos muy diferentes entre ellos y que merece la pena descubrir. Es un claro ejemplo de pueblo medieval repleto de calles adoquinadas y casas del siglo XVI, incluso cuenta con un castillo del siglo XI. Además, merece la pena hacer el sendero hasta el salto de Sallent.

Bagà

Bagà y su puente
Bagà. | Shutterstock

Este pueblo medieval, considerado uno de los más encantadores de la provincia de Barcelona por sus calles empedradas y sus casas de piedra. Parece sacado de un cuento. Uno de los imprescindibles es pasear por sus callecitas y descubrir el puente románico que da entrada al pueblo. También la iglesia de Sant Esteve, de estilo románico y gótico. Bagà destaca por estar enclavado en un entorno natural espectacular, puesto que está a la entrada del parque natural del Cadí-Moixeró. Esto hace que sea un destino perfecto para una escapada rural de fin de semana para descubrir el nacimiento del río Bastareny o la fageda de Millares.

Talamanca

Talamanca
Talamanca. | Shutterstock

En pleno parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, este encantador pueblo es uno de los más encantadores de la zona por su preciosa estética medieval. Es la combinación perfecta entre entorno natural y belleza arquitectónica. En el pueblo algunos de los monumentos imprescindibles para visitar son el castillo de Talamanca de origen románico, el memorial de la Batalla de Talamanca, su encantadora iglesia de Santa María y la plaza dels Saldoners. Gracias a su ubicación es un punto de partida clave para los amantes del senderismo.

Tavertet

Tavertet
Tavertet. | Shutterstock

Uno de los pueblos con más encanto de Barcelona es Tavertet que, a pesar de solo tener poco más de 100 habitantes, es conocido por ofrecer las mejores panorámicas de los pantanos de Sau y el parque natural del Montseny. También llama la atención su exquisita gastronomía y por sus edificios antiguos bien conservados, tanto es así que ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

Castellar de N’Hug

Castellar de N’Hug
Castellar de N’Hug. | Shutterstock

Castellar de N’Hug es uno de los pueblos de referencia en Barcelona, no solo por el encanto de la localidad, sino también por el entorno que lo rodea. Destaca por su estilo medieval y está enclavado en lo alto de la montaña, desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas de los montes de Berguedà. Lo más destacado del pueblo es la combinación de la arquitectura con la naturaleza, regalando unas panorámicas dignas de postal. Además, gracias a su privilegiada ubicación, es posible descubrir algunos parajes naturales de gran importancia como Las Fonts del Llobregat.

Caldes de Montbui

Caldes de Montbui
Caldes de Montbui. | Shutterstock

El pueblo Caldes de Montbui es de obligada mención, ubicado en pleno Vallès Oriental y declarado Bien de Interés Cultural gracias a sus monumentos bien conservados. Su origen se remonta a la época romana cuando fue fundado sobre sus manantiales de agua caliente. Así, posee una gran historia a su alrededor que aún se puede vislumbrar en sus monumentos. Sus aguas termales llegan a alcanzar los 74 °C y son por ello de las más calientes de toda Europa. Además, es popular por su coqueto casco antiguo, sus exquisitos restaurantes y sus bosques repletos de senderos.

Santa Coloma de Cervelló

Colonia Güell
Colonia Güell. | Shutterstock

Hay pueblos con un encanto característico, y en esta lista no puede faltar la mención a la Santa Coloma de Cervelló gracias a su arquitectura singular. Aquí se encuentra uno de los tesoros del legado de Gaudí, la Colonia Güell, de estilo modernista y con edificios de gran valor histórico. Especialmente popular es la cripta Güell, con un impresionante interior y exterior, tanto que es uno de los lugares más turísticos de la provincia. El estado de conservación es tan bueno que parece que al recorrerlo se retrocede 100 años. Destaca la antigua cooperativa de Consumo y sus bodegas, la casa del secretario o el antiguo convento de las monjas.

Sant Sadurní d’Anoia

Sant Sadurní d’Anoia
Sant Sadurní d’Anoia. | Shutterstock

Ubicado entre las ciudades de Barcelona y Tarragona, Sant Sadurní d’Anoia es conocida como la capital del cava, rodeada de un espectacular paisaje vinícola, ideal para hacer turismo enológico. Pero también es popular por su rica historia que se puede descubrir gracias a su patrimonio monumental. Imprescindible dar un paseo por el centro del lugar para hacer una ruta por la zona más modernista, visitar su iglesia y, por supuesto, visitar alguna de sus pequeñas cavas artesanales.

Pujalt

Pujalt
Pujalt. | Shutterstock

Enclavado entre campos, Pujalt es un encantador pueblo donde la piedra es la característica de sus casas más antiguas. Recorrer sus calles es el mejor plan para descubrir sus monumentos emblemáticos como su iglesia parroquial de Sant Andreu, su torre-campanario o el interesante Observatorio Meteorológico y Astronómico de Pujalt. Otro punto de gran interés es su Museo Memorial, que explica la vida de los soldados que vivieron en el campamento militar del Ejército Popular de la República, ubicado en el pueblo durante la Guerra Civil.

Les Gunyoles

Iglesia de Les Gunyoles
Iglesia de Les Gunyoles. | Wikimedia

Les Gunyoles, también conocido como Las Guñolas, es considerado uno de los pueblos más bonitos de Barcelona. Es una pequeña localidad con apenas 300 personas que regala un ambiente calmado, ideal para desconectar lejos del bullicio de las grandes ciudades. Destaca por su patrimonio histórico-artístico con un gran valor que se puede visitar paseando por su casco antiguo, como la plaza de la Iglesia, la casa señorial de Can Ribals y la torre Romana, declarada Bien de Interés Nacional. Especial mención a sus asombrosas vistas de la llanura del Penedés, el mar y la montaña de Montserrat.