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Los pueblos más bonitos de la Costa Brava

Pueblos más bonitos de Costa Brava

Uno de los lugares más afamados de la costa española, por su gran belleza, es Costa Brava. Cuna de civilizaciones griegas y romanas y del aclamado Salvador Dalí, este enclave es uno de los mejores sitios de España para relajarse y descubrir la esencia mediterránea. Costa Brava es para enamorarse. Para saborearla a sorbitos. Para perderse en sus calas de ensueño y admirar las hermosas montañas que conforman la región de L’Empordà. Con una extensión de más de 200 kilómetros de costa, este destino desprende magia se mire por donde se mire. Y gran parte de ese encanto recae en los que están catalogados como los pueblos más bonitos de Costa Brava.

Visitar los pueblos más bonitos de la Costa Brava es una experiencia única. Para empezar, muchos de ellos aún conservan la auténtica naturaleza de los antiguos pueblos de pescadores. Un mar de casitas blancas que enamora desde el primer vistazo. Los productos frescos y la gastronomía popular es otro de sus grandes fuertes. Por no hablar de sus callejuelas serpenteantes al más puro estilo medieval y sus atardeceres de infarto. El siguiente recorrido viaja a través de los 8 pueblos más bonitos de la Costa Brava.

Los mejores pueblos de la Costa Brava: belleza medieval y mediterránea

Cadaqués, el pueblo más bonito de Cataluña

Cadaqués
Cadaqués. | Shutterstock

Inscrito en el top de pueblos más bonitos de España, Cadaqués es la perla del Mediterráneo. De hecho, el célebre pintor Salvador Dalí lo consideraba como uno de los pueblos más bonitos del mundo. Y no es para menos. En este pintoresco pueblecito de pescadores las calles empedradas serpentean a sus anchas hasta fundirse en el azul turquesa del mar. Sus casitas blancas sobresalen en un paisaje marcado por encontrarse en pleno Parque Natural del Cap de Creus. ¿Lo mejor? El parque alberga varios senderos muy accesibles que conducen hasta idílicas calas.

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A orillas del pueblo se ubica una pequeña playa ideal para relajarse con el murmullo de las olas. Y si el día se presenta activo, un plan muy recomendable es caminar durante 15 minutos hasta Port Lligat, una pequeña villa anexa a Cadaqués. En ella se puede visitar la antigua casa de Dalí y disfrutar de una agradable cena marinera junto al mar.

Peratallada, herencia medieval

Peratallada
Peratallada. | Shutterstock

Quizás a alguno le sorprenda encontrar un pueblo sin mar en una lista que incluye la palabra Mediterráneo, pero sí. Peratallada es de obligada visita por muchas razones. La primera es que está considerado como uno de los pueblos medievales mejor conservados de España. La segunda, es que sus imponentes murallas y sus callecitas de piedra le han valido para ser declarado Conjunto Histórico-Artístico. Algunos de sus imprescindibles son la iglesia de Sant Esteve, el Portal de la Virgen y la torre del Homenaje. La calle de la Roca, con sus casitas de piedra vestida con enredaderas y la plaza del Esquiladors ponen la guinda final a un hermoso viaje a través de la historia medieval de España.

Calella de Palafrugell, encanto Mediterráneo

Calella de Palafrugell desde una ventana
Calella de Palafrugell desde una ventana. | Shutterstock

Aunque su nombre no sea uno de los más fáciles de recordar, lo cierto es que Calella de Palafrugell es una maravilla en sí misma. Su casco antiguo es uno de los más pintorescos de la zona con blancas casitas adornadas con flores, calles estrechas y arcos que antaño servían de refugio a los pescadores. Las calles de les Voltes y la Gravina son perfectas para perderse en la esencia de un pueblo que aún mantiene su propia identidad. Las playas de Port Bo, Canadell y La Platgeta son una opción muy recomendable para desconectar a los pies del Mediterráneo.

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L’Escala, tierra de antiguas civilizaciones

Ruinas d’Empúries
Ruinas de Empúries. | Shutterstock

Si hay algo por lo que destaca L’Escala, además de sus bellos paisajes, es por albergar las antiguas ruinas de Empúries. Estos yacimientos arqueológicos pertenecen a las antiguas civilizaciones griegas y romanas, cuyos principales asentamientos ocurrieron en esta zona. Aún se conservan el foro romano, restos de templos, mosaicos y esculturas. Es el destino perfecto para los amantes de la historia. El paseo marítimo de L’Escala es, además, el lugar ideal para contemplar los hermosos atardeceres y probar las famosas tapas de anchoa en alguno de sus restaurantes.

Tossa de Mar, al más puro estilo medieval

Castillo de Tossa de Mar
Castillo de Tossa de Mar. | Shutterstock

Otro de los pueblos medievales más bonitos de España que se encuentra en Costa Brava. De hecho, desde su playa Platja Gran se puede observar el imponente castillo de piedra que preside la costa. Tossa de Mar es un destino indicado para aquellos que quieran relajarse en la arena y descubrir la herencia histórica que el periodo medieval dejó en la Vila Vella de este pueblo catalán de postal.

Begur, el amor prohibido de los piratas

Casco antiguo de Begur
Casco antiguo de Begur. | Shutterstock

Muchos han sido los que se han quedado prendados de la indiscutible belleza de Begur. Este bello escenario se convirtió en el siglo XVI en una obsesión pirata. Sus altas torres de piedra dan buena cuenta de ello. Begur también es conocido por albergar antiguas casas señoriales de indianos, construidas en su gran mayoría por habitantes autóctonos que habían hecho fortuna en Cuba.

Las hileras de casitas blancas que visten la zona descienden hasta Sa Tuna, la cala local, formando un hermoso paisaje en el que se combina el azul turquesa del mar con el intenso verde de la vegetación que rodea al pueblo. Desde este enclave parten algunos de los caminos de Ronda, rutas senderistas que discurren a través de toda la Costa Brava.

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Torroella de Montgrí, belleza desconocida y monumental

Castillo de Torroella de Montgrí
Castillo de Torroella de Montgrí. | Shutterstock

Uno de los pueblos desconocidos de la Costa Brava. Torroella de Montgrí deslumbra por sus imponentes construcciones de piedra y por ubicarse dentro del Parque Natural del Montgrí, un hermoso paisaje natural presidido por el castillo de Montgrí. Este castillo data del siglo XIII y fue construido por Jaume II para protegerse de los ataques del conde de Empúries. En el casco antiguo pueden observarse maravillas arquitectónicas como la iglesia de Sant Genís, de origen gótico, el palacio Solterra, el convento de los Agustinos y la plaza de la Vila, centro neurálgico del pueblo.

Tamariu, en el corazón de la naturaleza

Playa de Tamariu
Playa de Tamariu. | Shutterstock

Si hay un pueblo capaz de eliminar completamente el estrés desde el minuto uno ese es Tamariu. Un auténtico remanso de paz rodeado de naturaleza. Pueblo emblemático de la Costa Brava se mire por donde se mire, Tamariu destaca por poseer una fuerte tradición marinera que se traduce en pintorescos barcos de pesca apoyados en la arena y sus deliciosos platos de arroz, marisco y pescado fresco servidos a pie de playa.

Algunas de las mejores calas escondidas de la Costa Brava se encuentran en los alrededores de este hermoso escenario. Como Aigua Xelida y Aigua Dolça. Dos pequeñas calas de aguas cristalinas que se ubican en un impresionante entorno natural. Las playas locales Palangui y Es Dofi también son un punto reseñable en el mapa que merece la pena visitar.