Almería cuenta con una de las plazas de toros con más historia de la península, junto a otras más antiguas como la Ancianita de Bejar. Aunque sin alcanzar el tamaño de Las Ventas de Madrid, La Maestranza de Sevilla, Vista Alegre en Bilbao o la Monumental de Frascuelo de Granada, es un bello y respetado coso. Su construcción ocurrió a partir del derribo de las murallas de la ciudad en el año 1855. Para la ciudad andaluza fue una época de bonanza debido a la pujante minería y el lucrativo comercio de la uva. Esto tuvo una enorme repercusión en la arquitectura de la ciudad y la provincia almeriense.
La construcción de la plaza de Almería
La plaza de toros fue construida por dos españoles: Trinidad Cuartara y Enrique López Rull. El edificio tenía dos pisos y capacidad para alrededor de unas 9.000 personas. La edificación se llevó a cabo por una sociedad que fue presidida por Felipe Vilches un millonario. Este hombre fue presidente de la Diputación Provincial y gobernador civil de la que formaban parte varios prohombres de la capital.
La construcción se ejecutó entre los años 1887 y 1888. Participaron más de 300 obreros y se usaron los mejores materiales. Adicionalmente, se diseñó también una calle de acceso. Esta vía se bautizó con el nombre del principal promotor: la avenida Vilches. La inauguración del coso fue el 26 de agosto de 1888 durante la feria de la Virgen del Mar. Torearon Largartijo y Luis Mazzantini ante toros de la ganadería de Veragua.
Datos curiosos sobre la plaza de toros de Almería
A día de hoy la plaza de toros de Almería puede albergar alrededor de unos 9.800 aficionados. Aproximadamente es similar a en aforo a La Malagueta de Málaga, Cuatro Caminos en Santander, el coso de Valladolid. Los asistentes se dividen entre el primer piso, donde en el tendido y gradas caben 7.800, y el segundo, donde los palcos y andanadas acogen a otros 2000. En total cuenta con 8 gradas y tendidos. Así, en la segunda altura hay 60 palcos, 50 de ellos a la sombra. Mientras tanto, en las andanadas son todas de sol. A todas estas localidades conducen 18 cuerpos de escaleras.
Almería ha contado con las mejores alternativas de toreros. Sin ir más lejos, solo entre los años 1901 y 1999 se concedieron ocho. Los nombres de los afortunados protagonistas son José Palomar, Relampaguito, Luis Freg, Juan Luis de la Rosa, Rafael Mariscal, Juanito Gimeno, Manuel Cascales y José Gabriel Olivencia. Por desgracia, murieron en ella entre 1912 y 1972 los novilleros Luis Muñoz Caña, Manuel Sánchez, Manolé, José López, Iguiño. También perdieron la vida en el coso el carrero Francisco Herrerías y el espontáneo Ramón Egea.
Como en muchas plazas españolas en Almería es costumbre merendar en medio de la corrida de toros. Sin embargo, cuenta con la particularidad de que se añaden alrededor de quince minutos entre el tercer y cuarto toro.
La estructura de la plaza de toros de Almería
La forma del coso es poligonal con veinte lados, tres de los cuales forman portadas monumentales que corresponden con las entradas principales, sol y sombra. Su estilo está basado en el clasicismo tanto en materiales como en elementos arquitectónicos. Entre estos se hallan los arcos de medio punto, las claves resaltadas, los óculos y los frontones. Al tiempo, tiene detalles de estilo neomudéjar: arcos de herradura, ventanas geminadas o uso del ladrillo.
Sobre la puerta principal se sitúa la cabeza de un toro con elementos alusivos a la fiesta. Por su parte, efigies de fieras mitológicas protagonizan los comienzos del frontón. La forma del interior es la de un círculo. Cubren los tendidos altos cubiertos un entremado estructural férreo que reposa sobre ligeras columnas de hierro fundido decoradas. A este respecto, sobresale el trabajo en hierro de vigas, barandillas y antepechos.
https://youtu.be/MMqhXSHicEo
La plaza de toros de Almería es considerada de 2ª categoría, como la del Puerto de Santa María, La Glorieta de Salamanca, Jerez o La Merced en Huelva. El momento culmen de su temporada tiene lugar en torno a las festividades de la Virgen del Mar. Esta acaece en la última semana de agosto. Cabe destacar que a ella acuden las principales figuras del escalafón.
