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Paisajes azules: 7 postales para combatir la tristeza

Paisajes azules de España para combatir el blue monday

¿Por qué no dar una vuelta al blue monday (lunes triste)? Ese tercer lunes de enero que, dicen por ahí, es el lunes más triste del año. Los propósitos se empiezan a caer, las Navidades quedan lejos, la cuesta de enero… Llegan las emociones negativas conocidas por todos. Pero estas líneas no llorarán esas penas: estas líneas darán una vuelta a la tristeza. ¿Cómo? Tomando el blue, que en ese contexto significa triste, y convirtiéndolo en la traducción más popular: azul. Así que sonrisa en la cara para repasar esos paisajes azules de la geografía española.

Júzcar, el pueblo pitufo

Júzcar, el pueblo pitufo, en la distancia
Júzcar, el pueblo pitufo, en la distancia. | Shutterstock

Este pueblo malagueño es conocido como el pueblo pitufo, siendo el contrapunto perfecto a ese conjunto de pueblos blancos que caracterizan el sur de España. Su historia reciente, ese título que ostenta, comenzó con el rodaje de una película, aunque ha tenido que dejar de ser llamado Pueblo Pitufo por aquello de los derechos de autor. La avalancha de turistas que provocó este acontecimiento, sin embargo, propició que se tomase la decisión de continuar con las casas azules una vez que el rodaje concluyó. Júzcar, en pleno valle del Genal, es un pequeño pueblo de calles estrechas y empinadas que hará las delicias de los amantes del turismo rural. A su alrededor, numerosas rutas de senderismo permitirán descubrir bellos parajes naturales, aunque en esta ocasión, claro, hay que quedarse con el azul del pueblo.

Playas de Calblanque, un sueño murciano

Las playas de Calblanque son las más valoradas de Murcia
Las playas de Calblanque son las más valoradas de Murcia. | Shutterstock

Dicen que las playas que componen el Parque Regional de Calblanque son las mejores de la Región de Murcia. Quizá haya quien encuentre unas iguales, pero es difícil hallarlas mejores. Estas pequeñas playas y calas se caracterizan por su buen estado de conservación. Lugares prácticamente vírgenes donde es posible disfrutar, salvo en los meses de julio y agosto, de la tranquilidad del mar. Es el color de este el que, precisamente, protagoniza esta selección. No hay más que fijarse en ello para entender por qué es uno de esos paisajes azules a los que recurrir.

La huella de los indianos en Asturias

Quinta de Guadalupe, un edificio precioso y con mucha historia
Quinta de Guadalupe, un edificio precioso y con mucha historia. | Shutterstock

Siguiente parada: Colombres, Asturias, una villa de gran importancia histórica. Su pasado está ligado a la figura del indiano, ese joven emigrante que a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX se marchó al continente americano buscando hacer fortuna. Cuando los indianos retornaron a la patria levantaron grandes mansiones y palacetes que todavía hoy resplandecen en tierra asturiana. Muchos de ellos están caracterizados por ese color azul que busca este texto, como es el caso de la Quinta de Guadalupe, el edificio que preside estas líneas. El conocido como archivo de Indianos es un edificio que aloja un museo, un archivo y la casa de la emigración, construido todo ello persiguiendo el océano. Es decir, con el azul como color principal.

El cielo desde el cielo

Sierra Nevada al atardecer
Sierra Nevada al atardecer. | Shutterstock

¿Qué se ve desde el cielo? Pues, entre otras cosas, el cielo sin interrupciones. Esa imagen sobre las cumbres de Sierra Nevada ilustra bien el tipo de azul que uno obtiene si se aventura a lo más alto de la montaña. Se puede rozar a pie el pico Mulhacén, que con una altitud de 3479 metros es el pico más alto de la península ibérica. Hay que estar preparado para ello, claro, pero si se consigue el resultado son unas vistas sin parangón. Quizá se haya hecho trampas, en cualquier caso, porque otro color domina el paisaje: el blanco de la nieve. Pocas combinaciones más agraciadas que esta.

Gorg Blau, en plena Tramuntana

El azul de este lago de Mallorca asombra
El azul de este lago de Mallorca asombra. | Shutterstock

Así es: este precioso lago mallorquín conocido como Gorg Blau se encuentra en plena Sierra de Tramuntana, en Mallorca. Rodeado de montañas, el embalse fue construido en 1972 para abastecer a la ciudad de Palma. Es un lago de un azul espectacular, rodeado de montañas. Concretamente, ubicado entre los picos Puig Major y Massanella. Ideal para pasear con tranquilidad su orilla y, si uno quiere verde además de azul, sus alrededores. En ocasiones, sus aguas también toman un tono verdoso muy característico, pero en su mayor parte el paisaje que conforma es el paisaje que se persigue aquí. Fue declarado Monumento Natural en el año 2003.

Las aguas de Formentera, el Caribe español

Formentera no tiene nada que envidiar a ningún otro lugar en el mundo
Formentera no tiene nada que envidiar a ningún otro lugar en el mundo. | Shutterstock

De Formentera dicen que tiene las mejores aguas de España, razón por la que ha pasado a ser conocida como el Caribe español. Es la isla habitada más pequeña de las Baleares y siempre ha destacado por el color de sus aguas, que han conquistado a turistas de todo el mundo. Del mar de Formentera se puede disfrutar de igual manera desde cualquier punto de la costa, pero parece obligatorio comenzar con la playa de Ses Illetes, en el norte. Ha sido elegida en innumerables ocasiones la mejor playa de España, título que quizá puedan disputarle otros lugares pero que indica con precisión la belleza de este espacio protegido. En cualquier caso, lo importante: las aguas de Formentera, en general. Ese azul no se ve en ningún otro lugar.

Fisterra, nada más allá del fin del mundo

Fisterra deja unas postales inolvidables
Fisterra deja unas postales inolvidables. | Shutterstock

Hay que concluir con el fin del mundo, porque tampoco hay otro azul igual en toda la península. Quizá porque provoca esa connotación épica con la que carga el viajero cuando se acerca hasta el faro, pero el azul del mar se siente diferente y cubre cualquier espacio visual, fundiéndose con el cielo. El atardecer es imperdible, pero hay que decantarse en esta ocasión por la hora del crepúsculo, cuando el sol ya ha caído y el azul oscuro pelea con las últimas tonalidades cálidas antes de que se vuelva noche. Fisterra es el mejor lugar para contemplar este cambio en el cielo. Y cualquier otro fenómeno, en realidad.