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Mapa de las aldeas más bonitas de España

Aldeas más bonitas de España

Hay una diferencia fundamental entre pueblo y aldea, dos conceptos a veces empleados indistintamente cuando se trata de buscar el entorno rural más bonito de España. La diferencia entre ambos no radica solo en el número de habitantes. Una aldea suele ser más pequeña que un pueblo, pero no es así necesariamente. La denominación de uno y otro tiene más que ver con la administración del lugar. Las aldeas dependen de otros núcleos de población, los pueblos no.

Así que en muchas ocasiones, cuando se habla del encanto de un pueblo, en realidad se está hablando del encanto del conjunto municipal, es decir, del conjunto de núcleos de población que a efectos de organización forman uno solo. Hay varios casos en este mapa de las aldeas más bonitas de España que ejemplifican esto.

mapa aledas más bonitas españa Mapa de las aldeas más bonitas de España. | Paula Garvi

Porque es esto lo que quieren destacar estas líneas. Esos pequeños rincones, esas aldeas bonitas y auténticas, que siguen palpitando con fuerza y que cada vez atraen más a los viajeros interesados en un turismo lento, consciente y atento a los detalles pequeños. Lo que viene siendo el turismo rural responsable al que tanto se apela en los últimos tiempos.

Recorremos España de aldea en aldea

A Ponte Maceira

A Ponte Maceira
A Ponte Maceira. | Shutterstock

Se suele considerar A Ponte Maceira uno de los pueblos más bonitos de A Coruña, pero en realidad es una aldea que pertenece a la parroquia de Agrón, en el municipio de Ames. Sus orígenes son indeterminados, pero la leyenda los relaciona con los tiempos en que los romanos perseguían a los cristianos. Se cuenta, de hecho, que varios discípulos de Santiago Apóstol consiguieron escapar de estos una vez que un milagro del Santo derribó el puente que hoy caracteriza la fisionomía de A Ponte Maceira.

Lo cierto es que la primera fecha que puede asegurarse a la hora de establecer sus orígenes se mueve entre los siglos XIII y XIV, cuando se construyó ese puente que se despliega sobre el río Tambre. Su belleza es incuestionable y condiciona todo el paisaje. No importa el ángulo desde el que se mire, gustará a quien lo haga. Paso obligado para quien realiza el Camino de Santiago desde la capital gallega hasta Fisterra, no hay que dejar de visitar monumentos de interés como la capilla de San Blas o el pazo de Baladrón.

Os Teixois

Os Teixois
Aldea de Os Teixois. | Shutterstock

Os Teixois es una pequeña aldea ubicada en Taramundi, concejo asturiano que desde hace años ha sido reconocido como uno de los grandes promotores del turismo rural. Dentro de Taramundi pueden destacarse varias cosas, sobre todo la manera en la que se ha desarrollado siempre en consonancia con la naturaleza. Pero si hay un núcleo concreto que debe visitarse esa es la aldea de Os Teixois, que en eonaviego, el idioma gallego-asturiano, significa “los tejos”. Estos árboles son comunes en la zona, dentro de esa Reserva de la Biosfera de Oscos, Eo y Terras Burón en la que se ubica el concejo.

La aldea en cuestión puede presumir de haber mantenido la arquitectura tradicional en sus construcciones, pero sobre todo del valioso conjunto hidráulico que ha cuidado como el tesoro que es. Un molino, una rueda de afilar, una pequeña central eléctrica y un batán forman parte de este complejo cuya restauración se inició en 1989, cuando se hizo evidente la necesidad de mantener viva esta parte de la historia de Asturias. Hoy en día, pasear por Os Teixois es un placer para los amantes de la historia y de la naturaleza. Sin duda, es una de las aldeas más bonitas de España.

Orbaneja del Castillo

Orbaneja del Castillo, una de las aldeas más bonitas de España
Orbaneja del Castillo. | Shutterstock

El agua tiene una importancia monumental también en Orbaneja del Castillo, perteneciente al municipio de Valle de Sedano. Dependiendo de cuándo se visite este espectacular enclave, tendrá que alzarse más o menos la voz, pues en época de lluvias intensas todo cuanto se escucha es el discurrir del agua. Y es que Orbaneja del Castillo es una aldea atravesada por una cascada. Esta brota de la cueva del Agua, a más de 20 metros de altura, y lo condiciona todo a su paso, dividiendo el pueblo en dos para terminar uniéndose al Ebro, que diseña el paisaje por el sur.

Protegido por unas altas paredes rocosas, las casas de Orbaneja del Castillo se distribuyen de forma escalonada siguiendo el curso del agua. Las calles estrechas, empinadas, encajan bien con el tipo de construcciones que se alzaron en torno a la cascada. El conjunto transmite una sensación de antigüedad acogedora y de gran belleza que explica bien por qué es uno de los espacios rurales más visitados del norte de España.

Lanuza

Lanuza
Lanuza. | Shutterstock

De Lanuza impresiona todo. La belleza del paraje en el que se encuentra, en pleno valle del Tena, la peculiaridad de sus construcciones, propias de los Pirineos Aragoneses, y la historia de esta aldea que pertenece al municipio de Sallent de Gállego. No llega al centenar de habitantes, pero todos ellos se reunieron tiempo atrás para reconstruir un lugar que había sido anegado por el embalse que lleva el nombre de la aldea. Lanuza renació de sus cenizas. Por algo es uno de los protagonistas de la serie Pueblos Renacidos.

Al margen de esta historia, en Lanuza hay que disfrutar de rincones como la sorprendente iglesia de San Salvador, de dimensiones considerables. También, encontrándose como se encuentra en los Pirineos, de las posibilidades que ofrece la naturaleza. En las afueras de la aldea se halla el embarcadero Suscalar, que aprovisionará al viajero de todo cuanto necesite para practicar deportes acuáticos sobre el embalse. Por otro lado, una ruta de senderismo conducirá a la cascada natural de O Saldo de Escarrilla, recorriendo bosques y valles, siempre con vistas espectaculares.

Siurana

Siurana
Siurana. | Shutterstock

Perteneciente al municipio de Cornudella, Siurana se presenta como uno de los mejores miradores de Catalunya. Las sierras de Montsant y de Gritella custodian el perímetro de este lugar construido sobre una roca, casi pendiendo del acantilado. Es la piedra la que domina todo en este lugar que parece sacado de cualquier decorado de película. El marrón propio de los pueblos medievales establece una comunión perfecta con el verde de las numerosas flores que adornan las fachadas y las calles empedradas. Siurana es un sueño.

Su historia es un relato de asedios que no llegaban a término, pues el lugar en que la aldea está emplazada jugaba siempre a favor de sus habitantes. En Siurana todavía se recuerdan algunas de las leyendas de esos tiempos medievales a los que se remontan sus orígenes. Como guinda del pastel, los atardeceres y amaneceres desde la interesante iglesia románica de Santa María permiten observar en todo su esplendor el cielo de Catalunya.

Val de la Sabina

Val de la Sabina
Val de la Sabina. | Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN, Wikimedia

En ese pequeño reducto de Comunidad Valenciana que existe entre Aragón y Castilla-La Mancha se encuentra la que es una de las aldeas más bonitas de España. Como si hubiera tomado un poco de cada una de las comunidades que la rodean, Val de la Sabina, perteneciente al municipio de Ademuz, presume orgullosa de historia y naturaleza. Asentada sobre una ladera, al margen derecho del río Rambla del Val, sus calles estrechas y su aire auténtico conquistan a los viajeros que, por casualidad o a propósito, terminan allí.

A su alrededor, numerosas rutas de senderismo permiten conocer los alrededores de esta comarca montañosa que, a pesar de su reducido tamaño, tiene muchas historias que contar. Como monumento destacado de la aldea, la ermita de San Miguel Arcángel gustará tanto por sus formas como por el lugar en que está emplazada.

Trevejo

Trevejo, una de las aldeas más bonitas de España
Trevejo. | Shutterstock

La propia carretera que conduce a Trevejo ya resulta de lo más cautivadora, rodeada como está de castaños que en su mejor época lo inundan todo de color. En plena sierra de Gata, a un paso de la frontera con Portugal, esta aldea integrada en el municipio de Villamiel tiene mucho que ofrecer al viajero. La belleza de sus calles, antiguas y bellísimas, y la historia que lleva a sus espaldas.

Por ejemplo, las ruinas del castillo árabe. Aunque este se alzó en torno al siglo XII, lo que hoy puede disfrutarse pertenece a una época posterior, cuando órdenes religiosas como la de Santiago dominaban la zona. Fueron los franceses quienes, durante la Guerra de la Independencia, destruyeron el monumento, que a pesar de ello sigue siendo muy recomendable de visitar, en parte por ese sabor histórico que tiene, en parte por las vistas que ofrece de todo el valle. Bajo el castillo, la iglesia de San Juan Bautista es un coqueto templo que tiene la particularidad de contar también con un conjunto de tumbas antropomorfas. Trevejo es un tesoro.

Riópar Viejo

Riópar Viejo
Aldea de Riópar Viejo. | Shutterstock

Riópar Viejo forma parte de uno de tantos lugares que fueron abandonados en la segunda mitad del siglo XX solo para renacer años más tarde con cara renovada. Actualmente hay dos Riópar, por lo que no hay que confundirse: es el conjunto antiguo, la aldea propiamente dicha, la que hay que visitar. No cuenta con demasiados habitantes, pero sí ofrece muchas ofertas de alojamiento para quien quiera vivir una verdadera desconexión en la naturaleza.

A más de 1.000 metros de altitud, las ruinas del antiguo castillo dominan el valle del río de la Vega y permiten observar bien el parque natural de los Calares del río Mundo y de la Sima, donde nace el río Mundo en esa impresionante cascada tan fotografiada. Como curiosidad, en Riópar Viejo se encuentra un museo del esparto, con más de 150 artículos que hablan con detalle de la antigua vida agrícola y ganadera de la zona. La iglesia del Espíritu Santo, de aspecto románico, lleva en pie desde el siglo XV, sobreviviendo al paso de la historia y a ese abandono hoy superado.

El Acebuchal

El Acebuchal
El Acebuchal. | Shutterstock

En pleno parque natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, en la provincia de Málaga, El Acebuchal se presenta como una preciosa manera de conocer la cara menos turística de la muy visitada Frigiliana. El Acebuchal es una aldea que tiene una treintena de viviendas de ese color blanco que en Andalucía luce como en ningún otro lugar. Ese blanco solo lo rompen los pequeños detalles que embellecen el conjunto: las ventanas moradas o azules, las macetas que rebosan de flores, el verde que trepa por las paredes.

El Acebuchal significa desconexión, tranquilidad, turismo lento. Se pasea con la seguridad de que no hace falta llegar a ningún lado, a menos que quiera uno tomar una de las múltiples rutas de senderismo de los alrededores, que sí tienen un final. Feliz, por cierto, porque la naturaleza de este parque natural en que se encuadra es como se espera que sea: preciosa.

Con El Acebuchal se pone la última chincheta en este mapa de las aldeas más bonitas de España. No sin antes recordar al viajero que esté atento: el turismo rural es más un descubrimiento paciente y consciente, la mayoría de veces inesperado, que el ir tachando obligatorios.