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La Real plaza de toros de El Puerto de Santa María

Plaza de toros del Puerto de Santa María

“Quien no ha visto toros en El Puerto de Santa María no sabe lo que es un día de toros”. Una aseveración que viene del matador Joselito “El Gallo”. La dijo en una tertulia en Donostia allá por 1916. Condensa de forma clara el sentir de esta plaza. De esta forma, en su centenario se plasmó en un mosaico de azulejos colocados en la entrada principal.

La Real plaza de toros de El Puerto de Santa María fue inaugurada los días 5 y 6 de junio del año 1880. Una doble corrida protagonizada el sevillano Antonio Carmona “Gordito” y el cordobés Rafael Molina “Lagartijo”. Enfrente tuvieron a toros de Anastasio Martín y de Saltillo. El proyecto fue obra de Mariano Carderera y Manuel Pardo. Mientras tanto, su edificación la realizó una compañía formada por un grupo de ilustres presidido por Don Tomás Osborne Böhl de Faber.

Plaza de toros del Puerto de Santa María
Plaza de toros de El Puerto de Santa María.

El coso tiene carácter monumental. Sus extraordinarias dimensiones y el estilo arquitectónico en que se enmarca están influidos por los antecedentes taurinos de la ciudad. También por las circunstancias de la época en que se construyó.

Los orígenes de la plata de toros de El Puerto de Santa María

El Puerto de Santa María, Cádiz, posee una extraordinaria tradición en torno a la tauromaquia. Se tienen referencias de la celebración de estos espectáculos desde principios del siglo XVII. Sin embargo, seguramente los hubo antes. Como en otros puntos del país, de Béjar a Salamanca, estos tenían lugar en las plazas públicas. Normalmente era en la plaza mayor o principal. Esta se cerraba con andamios de madera, carros y tablas para conformar un cerco o ruedo.

Ya en el s. XVIII se celebraban corridas en la Plaza de las Galeras. Se trataba de la antesala de los cosos de madera, similares a algunos que se ven todavía hoy día en localidades como Montemayor de la Pililla. Ocupaban el espacio del actual coso. Es un edificio poligonal con 60 lados, 99 metros de diámetro, tres plantas. Por su parte, el ruedo alcanza los 60 metros, uno de los más grandes del país. Gracias a ello compite con maravillas como La Malagueta, la Monumental de Frascuelo de Granada o la Maestranza de Sevilla, a pesar de ser de 2ª categoría. Tiene capacidad para más de 12.000 personas. Las grandes figuras de la historia han pasado por su arena, como por ejemplo Curro Romero.

Curro Romero en la Plaza de toros del Puerto de Santa María
Curro Romero en la Plaza de toros de El Puerto de Santa María. | Cultoro

 

 

Volviendo al pasado, en el siglo XVIII se sucedieron cambios en la fiesta. Por ejemplo, el orden en la lidia o la regulación de la muerte del toro. Asimismo empezaban a levantarse los edificios circulares, que evitaban ángulos muertos. Entre las consecuencias hubo un aumento de la seguridad para los lidiadores o toreros. El carácter profesional también se estaba imponiendo. Ya entrado el siglo XIX, tras importantes cambios en la planta urbana, se alejaron del centro de las urbes y adquirieron un carácter monumental. Tal fue el caso de la plaza de toros de El Puerto de Santa María

Debido a la larga tradición de esta fiesta la plaza de toros se erigió relativamente temprana. La presión vecinal era grande, había quejas y se optó por un nuevo edificio. Se seleccionó la zona del Egido de San Francisco, el emplazamiento actual. Sin embargo, desde 1769 se llegaron a construir seis plazas de toros sucesivas, hasta la existente de 1880.

Hacia la nueva plaza de El Puerto

Las gestiones para la construcción la Real plaza de toros de El Puerto de Santa María comenzaron en 1878. Solo un año antes había caído la última. Esta vez la construcción debía ser más duradera, ya que las anteriores eran de madera. Para este fin se constituyó oficialmente una compañía anónima que estaba formada por empresarios y personalidades de la localidad. La presidía Tomas Osborne Böhl de Faber, propietario y director de Bodegas Osborne. Contó además con la participación del consistorio local.

Tendidos del coso durante una corrida
Tendidos del coso durante una corrida.

No sin algunos problemas iniciales, finalmente el ganador fue un proyecto de los ingenieros madrileños Mariano Carderera y Manuel Pardo. La dirección de obras recayó en el arquitecto Manuel Portillo de Ávila y Herrera. Se quiso que fuera una de las “más bellas de España”. El junio de 1880 se culminó con una gran apertura. Respecto a los materiales, primó la durabilidad. Por tanto, se usó ladrillo y piedra en el exterior. Mientras tanto, piedra y hierro fundido dominan el interior. Por fuera se aprecia un polígono sexagonal. Cada uno de ellos cuenta con zócalo que  repite un esquema similar.

De esta forma, el primer cuerpo tiene una abertura a modo de puerta enmarcado por pilastras. Los dos superiores forman una terna de arcos abiertos. Las separaciones son cenefas de material cerámico. En el perímetro de fachada destacan cuatro puertas principales, diferenciadas. Por su parte, la puerta grande sobresale como si fuese un arco del triunfo. De tres planta, alberga las dependencias de los palcos regio y presidencial.

Un interior de lujo

En el interior destaca su gran ruedo, de más de 60 metros de diámetro y los tres pisos. Uno es de gradas, con 16 filas, y dos de balcones. Los pisos superiores se apoyan en columnas de hierro fundido que aportan solidez y ligereza. Las características de la plaza quedaron perfectamente integradas en el nuevo estilo arquitectónico que refleja, en buena medida, el carácter del siglo XIX. El eclecticismo, surgido a mediados del mismo, adapta y combina tanto estilos como materiales tradicionales con nuevos.

Plaza de toros del Puerto de Santa María
Plaza de toros de El Puerto de Santa María. | Wikimedia

La Plaza de toros de El Puerto de Santa María ha sido una referencia desde su inicio. La fama de esta plaza y su protagonismo ha hecho que se convierta en modelo para diversas obras artísticas. Así, la feria local también cuenta con una gran fama. No lejos posee otros cosos destacados, como La Merced en Huelva. De las figuras surgidas, Joselito El Gallo posiblemente sea la más querida.