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La Barcelona de Gaudí

Gaudí

A nadie se le escapa que una de las razones por las que la ciudad condal atrae cada año a visitantes de todas partes del mundo es su arquitectura modernista, especialmente los edificios que hay en Barcelona de Gaudí, el principal exponente de este movimiento en arquitectura. Gaudí fue un genio que revolucionó la forma de construir edificios tanto por su fabulosa decoración como por las soluciones arquitectónicas, muchas de las cuales siguen siendo innovadoras hoy en día. En Barcelona encontró a sus principales mecenas; empresarios adinerados y burgueses para los que construyó casas y palacios en la ciudad y sus alrededores, por lo que hoy sus calles albergan hasta 14 obras del arquitecto.Hoy os traemos una selección de aquellas que no te puedes perder en tu viaje a la capital catalana ¡Y todas ellas son visitables!

Palacio Güell

Empezamos el recorrido por la Barcelona de Gaudí con el que fuera el primer encargo importante. Vino de la mano del industrial catalán Eusebi Güell, quien acabaría siendo su principal mecena. El edificio pertenece a la etapa orientalista del arquitecto y posee todo un conjunto de elementos mudéjares, remates, artesonados y complejas rejerías junto a elementos característicos gaudinianos como los arcos parabólicos. La fachada, construida en piedra calcárea, es monumental, pero no es nada comparada con el conjunto de salones, bibliotecas y dormitorios que esconde en su interior, uno de los más ricamente decorados por Gaudí y, al mismo tiempo, de los mejor conservados, incluyendo los muebles.

Palacio Güell: La Barcelona de Gaudí
Palacio Güell

Casa Batlló

En 1904 se le encargó a Gaudí la reforma de este edificio situado en el Paseo de Gracia, que previamente había adquirido Josep Batlló. A pesar de ser una remodelación se puede apreciar todo el potencial imaginativo de un Gaudí que se encontraba en su mejor momento, la llamada etapa naturalista (primera década del siglo XX). La fachada posee una forma ondulada y está cubierta de arenisca y cristales de colores, la cubierta del tejado tiene forma de dragón escamado en alusión al mito de San Jorge y las columnas y balcones recuerdan a formas óseas, ya que toda la construcción se compone a base de armónicas curvas y formas basadas en la naturaleza. Por desgracia, las estancias de esta fabulosa casa no poseen los muebles originales, diseñados también en estilo modernista, a pesar de que ha estado habitada hasta hace muy poco.

Casa Batlló: La barcelona de Gaudí
Casa Batlló

Casa Milà

Esta casa, que al poco de construirse ya era conocida como la Pedrera (la cantera en catalán) de manera despectiva, actualmente es uno de los lugares más visitados de Barcelona, recibiendo más de 1 millón de visitantes al año. Pertenece también a la etapa naturalista de Gaudí, quien la terminó en 1912. En esta casa la fachada no tiene una función estructural, por lo que pudo emplear en ella una gran libertad creativa; la construyó en piedra caliza y dotándola de formas curvas que generan un juego de sombras diferente según la hora del día, rematándola con azulejos de distintos tipos. Las formas abstractas de la rejería de los balcones recuerda a un conjunto de algas marinas, rematando el aspecto del edificio que se asemeja a una gran roca moldeada por el mar. Pero lo mejor de todo es el interior, amueblado con minuciosidad y que conserva la decoración original en los pisos que están abiertos al público.

Casa Milà: La Barcelona de Gaudí
Casa Milá

Parque Güell

Otro de los encargos que le hizo a Gaudí su amigo y mecenas Eusebi Güell fue la construcción de una gran urbanización, proyecto que fracasó, finalmente convertida en parque público en 1926. El resultado es un complejo e imaginativo parque laureado de simbolismo político, religioso y mitológico con el que arquitecto y mecenas dejaron su ideario reflejado en la obra. El abundante uso del trencadísjunto a la dificultad de concluir dónde termina la acción de la naturaleza y dónde comienza la del hombre, hacen de este parque un oasis mágico y lleno de colorido en el que olvidarse del ajetreo que posee una urbe como Barcelona. Sin lugar a dudas, una parada obligatoria en la Barcelona de Gaudí.

Parque Güell: La Barcelona de Gaudí
Parque Güell

La Sagrada Familia

El monumento más visitado de nuestro país es, por supuesto, una parada obligatoria en nuestro recorrido por la Barcelona de Gaudí. El arquitecto catalán trabajó más de 40 años de su vida en esta obra que comenzó en 1882 y que todavía está en construcción. Se trata de una obra magna acorde con sus profundas inclinaciones religiosas: una basílica de 18 torres cuya construcción fue improvisando según avanzaba, a partir de unos bocetos generales. De esta forma, Gaudí fue incorporando al proyecto de la Sagrada Familia elementos con los que había experimentado en otras obras a lo largo de su carrera, como los arcos parabólicos y otros elementos de la geometría reglada. El resultado es una basílica de formas orgánicas, con un interior sobrecogedor lleno de luces y colores que desborda belleza y espiritualidad, convertida ya para siempre en símbolo de Gaudí y de la ciudad de Barcelona.

La Sagrada Familia: La Barcelona de Gaudí
La Sagrada Familia