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El ecléctico esplendor del Hospital Real de Granada

Hospital Real de Granada panorámica

Cuando Granada cayó finalmente ante los Reyes Católicos se inició no solo una nueva era en la península. La que fuera capital nazarí mutó de una forma total. Los monarcas se volcaron en transformarla, reconvirtiendo muchos de los antiguos edificios islámicos, conservando otros como la Alhambra y erigiendo un conjunto monumental entre el Gótico y el Renacimiento que solo puede calificarse como apabullante. A estas fundaciones pertenece el Hospital Real de Granada.

Una construcción en pos de la salud

Portada del Hospital Real de Granada
Portada del Hospital Real de Granada, donde se aprecia claramente que fue parte del legado de los Reyes Católicos. | Shutterstock

La puesta en marcha de esta institución se fecha en 1504. Fue entonces cuando Isabel y Fernando firmaron las cartas que darían pie al inicio de las obras. Estas, sin embargo, tardarían en llegar. Elegir la ubicación del Hospital Real de Granada resultó una tarea larga, llegando la definitiva en torno a 7 años después de que los Reyes Católicos promulgaran el edificio.

Otra dificultad crucial fue la muerte de Fernando II de Aragón. Un nuevo parón que se solventó gracias a la acción de su heredero Carlos V, hijo de Juana I de Castilla. Bajo su mandato se iniciaría la actividad sanitaria en el hospital, en 1525. Al año siguiente se celebró la inauguración oficial. Los primeros pacientes eran sifilíticos, enfermos del llamado mal francés, muy extendido en aquella y posteriores épocas. Con el tiempo, acabaría acogiendo a personas con sífilis de todo el país.

Biblioteca en el Hospital Real de Granada
Biblioteca en el Hospital Real de Granada. | Shutterstock

Los enfermos mentales fueron otros de los huéspedes del Hospital Real de Granada. Los estigmas de sus afecciones permanecerían durante siglos, por lo que espacios como este eran especialmente importantes. En el XIX la construcción pasó a manos de la diputación local. Con este cambio, fruto de las desamortizaciones, el uso se extendió a los ancianos. Pasarían décadas hasta que abandonara su función primigenia, en los 60 del siglo pasado, cuando pasó a depender del Ministerio de Educación. De ahí pasaría en los 70 al ámbito universitario, motivo por el que hoy alberga diversas instalaciones de la Universidad de Granada. Destaca sobre el resto la biblioteca.

La belleza del Hospital Real de Granada

Los patios son uno de los fuertes del Hospital Real de Granada
Los patios son uno de los fuertes del Hospital Real de Granada. | Shutterstock

La religión y la sanidad van muy de la mano en este edificio granadino, como ocurría en tantos otros hospitales de la época. Esto se refleja en su estructura, que siguió una mezcla del primer Renacimiento y el Gótico final, con elementos mudéjares. Los responsables de la construcción fueron diversos e importantes, como Diego de Siloé o Enrique Egas.

El Hospital Real de Granada es un cuadrado que protege una planta de cruz griega. Cuatro patios ocupan las zonas de los ángulos. Gracias a todo ello el conjunto muestra el equilibrio y la simetría propias de lo renacentista. En el centro se alza el crucero a dos alturas, como el resto del edificio. Los techos en madera son sus grandes valores junto al cimborrio gótico que lo corona.

Vista del patio de los Mármoles en el Hospital Real de Granada
Vista del patio de los Mármoles. | Shutterstock

Otros puntos a los que prestar atención son los dos patios que vieron completada su construcción. Se trata de los patios de los Mármoles y de la Capilla. El primero recibe su nombre por el material usado. Es Renacentista y se culminó a mediados del siglo XVI. Martín de Bolívar, su arquitecto, no pudo llevar a cabo los trabajos de la planta alta debido a un incendio que afectó a toda la institución. Antes se acabó el segundo de los espacios mencionados, en donde sobresale el conjunto de arcos de medio punto y la fuente central.

Finalmente, resulta extraordinaria la fachada. En piedra, sobresalen las diferentes referencias a los fundadores del hospital, los Reyes Católicos, que posee la portada. Por lo demás, los elementos platerescos son profusos. De esta forma, el Hospital Real de Granada sigue mostrando un esplendor fruto de una época en que la ciudad fue uno de los grandes centros de atención de todo Occidente. Un lugar que hoy en día, gracias a sus funciones universitarias, sigue estando muy vivo.